English

José Craveirinha, Mozambique

José Craveirinha lee sus poemas ante los presos de la Cárcel Bellavista
7º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: José Craveirinha
Traductor: Samuel Vásquez

                      Cantiga del lanchón

Si me vieses morir
las miles de veces que nací

Si me vieses llorar
las miles de veces que te sonreí...

Si me vieses gritar
las miles de veces que me callé...

Si me vieses cantar
las miles de veces que morí
y sangré...

Te digo hermano europeo
habías de nacer
habías de llorar
habías de cantar
habías de gritar

y habías de sufrir
sangrar vivo
miles de muertes como yo!!!

 

Grito negro

Yo soy carbón!
Y tú me arrancas brutalmente de la tierra
Y me haces tu mina
Patrón!

Yo soy carbón!
Y tú me asciendes, patrón
Para servirte eternamente como fuerza motriz
Pero eternamente no
Patrón!

Yo soy carbón!
Y tengo que arder, sí
Y quemar todo con la fuerza de mi combustión.

Yo soy carbón!
Tengo que arder en la exploración
Arder hasta las cenizas de la maldición
Arder vivo como alcatrán, mi hermano
Hasta no ser más tu mina
Patrón!

Yo soy carbón!
Tengo que arder
Y quemar todo con el fuego de mi combustión.

Sí!
Yo seré tu carbón
Patrón!

 

Poemita eterno

Los amigos
eran falsos como Judas.
Ah, como Judas, no.
Judas se arrepintió.

Los amigos
eran mezquinos como Judas.
Ah, mezquinos como Judas tampoco.
Judas vendió a Cristo
y se esforzó.

 

Imprecación

...Pero pon en las manos de Africa el pan que te sobra
y del hambre de Mozambique te daré los restos de tu gula
y verás cómo también te llena la nada que te restituyo
de mis banquetes de sobras.

Que para mí
todo el pan que me das es todo
lo que tú desechas, Europa!

 

La última puerta

Ultima puerta a la derecha.
El mundo ensordecedor de moscas de silencio
los pulsos mata-hambres del gran ratón verde de miedo
la imaginaria omnipotencia de nuestros hechizos imposibles aquí
y el táctil gusto de las puntas de los dedos en las paredes
aculturaciones en común de los hombres
mientras escafandrizados locos
respiran la ternura de los varones.

Y por dentro la puerta al medio
más ciega
más sorda
y más muda que nosotros
en el papel auténtico
de puerta cerrada.

 

Día de visita

Te acuerdas amigo Luis?
por semana eran dos veces media hora
y el guardia de turno avisaba
-»son 30 minutos y acabó»

Y tenían que ser exactamente 30 minutos

Pero cada visita
al trigésimo primer minuto
ya no era tiempo regularmente excedido.

Sesenta segundos más con la familia
no eran más nada
...ERAN ORO!

                               Traducciones de Samuel Vásquez

 

 

Quiero ser tambor

Tambor está viejo de gritar
Oh viejo Dios de los hombres
déjame ser tambor
cuerpo y alma solo tambor.
solo tambor gritando en la noche ardiente de los trópicos.
Ni flor nacida en el monte de la desesperación
Ni río corriendo al mar de la desesperación
Ni venablo templado a la luz viva de la desesperación
Ni aun poesía forjada en dolor carmesí de la desesperación.
¡Ni nada!
Solo tambor viejo por gritar en la luna llena de mi tierra
Solo tambor de piel curtida al sol de mi tierra
Solo tambor cavado en los troncos duros de mi tierra.
Yo
Solo tambor reventando el silencio amargo de Mafalala*
Solo tambor viejo por sentarse en la batucada de mi tierra
Solo tambor perdido en la oscuridad de la noche perdida.
Oh viejo Dios de los hombres
quiero ser tambor
y no río
y no flor
y no venablo por ahora
y ni aun poesía.
Solo tambor replicando como la canción de la fuerza y de la vida
Solo tambor noche y día
día y noche solo tambor
¡hasta la consumación de la gran fiesta de la batucada!
Oh viejo Dios de los hombres
déjame ser tambor
¡solo tambor!

*Mafalala es un barrio histórico y cultural de Maputo, capital de Mozambique (Nota del traductor)

 


Reza, María

Sudan en el trabajo las combadas bestias
y no son bestias
¡son hombres, María!
A patadas se botan a los perros que tienen hambre de huesos
y no son perros
¡son seres humanos, María!
Fieras matan a viejos, mujeres y niños
y no son fieras, son hombres
y los viejos, las mujeres y los niños
¡son nuestros padres
nuestras hermanas y nuestros hijos, María!
Crías mueren a falta de pan
canallas en la calle extienden la mano pidiendo caridad
e ni crías ni canallas son
¡sino chicos tullidos sin casa, María!
Del odio y de la guerra de los hombres
de las madres y de las hijas violadas
de los niños muertos de anemia
y de todos los que se pudren en calabozos
crece en el mundo el girasol de la esperanza.
¡Ah, María
junta las manos y reza.
Por los hombres todos
y negros de todas partes
¡junta las manos
y reza, María!

 

Otra belleza

Unos exhiben insólitos perfiles
de otra belleza
maquillada
en el monte.
o
de costado
o de frente
perfectos modelos de calavera
desfilan sin nariz.
 

 

Fábula

Chico gordo compró un globo
y sopló
sopló con fuerza el globo amarillo.
Chico gordo
sopló
sopló
el globo se hinchó
se hinchó
¡y estalló!
Chicos flacos tomaron los restos
e hicieron globitos.

 

Aforismo

Había una hormiga
compartiendo conmigo el aislamiento
y comiendo juntos.
Estábamos a la par
con dos diferencias:
No era interrogada
y por descuido podían pisarla.
Pero de los dos intencionalmente
podían hacernos añicos
pero no podían
arrodillarnos.

 

Mozambiquida

De las incursiones exitosas a los poblados
resaltan en el paisaje las patricias
sacarinas capulanas* de humo
y un hervor de cinco
tablas e unos once
-o tal vez solo diez-
cuadernos y una tiza
botín de las escuelas destruidas.
Sobrevivos mozambiquicidas
se inmolan mezclados
en el infuturo.
 

*Capulana es un tipo de pareo usado en Mozambique y en el sudeste de África. Sirve como falda o como portabebé en la espalda. (Nota del traductor)

 

Nuestra casa

Ambición
mía y de María
fue tener una casa propia
donde contarnos las canas.
Sueño cumplido.
Casa definitiva ya tenemos.
Lote 42
Parcela 71883.
Fachada pintada con cal.
Clásica arquitectura rectangular.
Una vía asfaltada de un solo sentido.
Todo situado en el postrer pueblerismo
que es vivir en el barrio de Lhanguene.
Al menos envejecer ya no es un problema.
El resto en el momento más propicio
surgirá de por sí.
Parece que casi está.
En la lista donde figuro
Es injusto demore
que estemos juntos.

 

Tierra de Canaán

No, piloto Israelita.
Inútil que busques en los incendios de Beirut
y en los inocentes cuerpos mutilados por las esquirlas ardientes
las bellas palabras del Cantar de los Cantares.
Y vuela más bajo.
Baja velozmente en tu cazabombardero.
Vuela más bajo. Baja aún más piloto hebreo.
Baja hasta Eichmann. Vuela hasta el fondo de los ascos.
Acelera hasta los motores y las bombas de fósforo
contigo oscularán sufridamente el suelo sagrado.
¿Fue para este holocausto que sobreviviste
a tu genocidio en tiempos de Nazilandia?
¿Crees que es esta tu ambicionada Tierra de Canaán?
¿Crees tú que así ganas la paz en la Tierra Prometida?

 

Aldea quemada

Pero
en las noches
desparasitadas de estrellas
es cuando las hienas
actúan.
Es
de cenizas
el vestigio de las chozas.
 

La boca

Jocunda boca
deslabiada a feroces
júbilos de lámina
afilada.
Alba dentadura
antónima de la risa
sin reservas desde la celada.
Exotismo de pueblo flagelado
ese atroz formato
de habla.

 

Prótesis bucal

Insolente
desalegría de la risa
en patético mal sentido de humor
y de la sardónica dentadura albar
al bel-placer de las láminas
que le desbesen
la boca.

 

Pena

Molesto
crees en el insulto
y me llamas negro.
Pero no me llames negro.
Así no te odio.
Porque si me llamas negro
encojo mis elásticos hombros
y con pena te sonrío.

              Traducciones de Renato Sandoval Bacigalupo


José Craveirinha nació en Maputo, Mozambique, Africa, en 1922, murió en 2003, en Johannesburgo, Sudáfrica. Se desempeñó como periodista. Fue uno de los grandes poetas de África y de la lengua portuguesa. Su obra está ligada a la defensa de los derechos de los pueblos africanos. Recibió numerosos premios en diversas partes del mundo, entre ellos el Premio Nacional de Poesía de Italia, el Lotus de escritores Afro-Asiáticos, y el Premio Continental de Poesía en Africa y otros reconocimientos importantes en Brasil y Portugal. Fue el primer presidente de la asamblea general de la Asociación de escritores mozambicanos, cargo en el que permaneció hasta 1987. Algunos de sus libros, son: Xigubo, Karingana ua Karingana.

Última actualización: 01/02/2022