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Nicolae Prelipceanu, Rumania

Fotografía tomada de Graiul.ro

Por: Nicolae Prelipceanu
Traductor: Joaquín Garrigós

Poemas inéditos para PROMETEO

La Metáfora

Sabes que unos amigos míos un poco más jóvenes al regresar de Atenas
(es bueno que los jóvenes viajen)
me han recordado que la palabra metáfora allí
significa tranvía o metro o incluso tren
esto es coges una metáfora
y te encuentras al otro lado de Grecia
por ejemplo subes a la metáfora y te vas
dejas toda tristeza y alegría
y otros sentimientos contradictorios-contrarios
que te atormentaban allí donde estabas desde hacía mucho tiempo
todo el mundo se va a la oficina en metáfora
todo el mundo se evade (para ir al campo) en metáfora
todo el mundo tiene una sola idea (fija)
cuando se alegra o se entristece
y esta se llama metáfora
te compras un billete para la metáfora
y te vas de viaje sin cuidado
pero a ellos se les olvidó decirme
qué haces cuando la metáfora está de huelga
tal vez pones pies en polvorosa o lo cortas por lo sano (andando) simplemente como antes
cuando la metáfora no significaba transporte en común sino tu transporte
a solas
de soledad en soledad

La sobrealma

Pon tu pie sobre mi cabeza y repite tras de mí
soy la sobrealma
no tengo nada en común contigo ni con nadie
soy la sobrealma

un niño cae de cabeza
en una calle periférica
el polvo se levanta borrando la escena
en polvo nos convertiremos

Pasará también una mujer embarazada
una italiana desconocida
un perro de casta corriendo delante de ella
una muerte se va a colar a la chita callando
tras las huellas del perro en el polvo
invisibles

 

Hace mucho

La muerte hizo su nido
dentro de mí
sus polluelos aprendieron a volar
en mi cerebro.

 

Qué hiciste en la noche de san Bartolomé

Sé que contestarás que estuviste solo en casa
meditando en tu casa solo contra
la Noche de san Bartolomé
que pusiste tus pensamientos en papel tú solo
que en realidad tampoco habías nacido en aquel siglo
que meditabas contra la Noche de san Bartolomé
nonato como eras
Quién eras tú en la Noche de san Bartolomé
y por qué no entraron en tu casa
donde tan fácil era
tenías el cerebro sobre la bandeja blanca de papel
lo operabas con tu pluma de ganso
habrías hecho un movimiento en falso y estabas muerto
con un solo movimiento en falso de la pluma
en la bandeja blanca de papel donde se hallaba tu cerebro
por qué no hiciste ese movimiento en falso
Por qué no entraron en tu casa y te mataron
en la Noche de san Bartolomé
quién puede decirnos que no mientes
que no estabas entre los asesinos
tienes alguna coartada
no tienes ninguna coartada
nadie de los que meditan solos en la noche
tiene ninguna coartada si en el entretanto ha tenido lugar
la Noche de san Bartolomé
Otra noche tendrías que haber elegido
para poner tu cerebro sobre el papel
«como si poner el cerebro sobre el papel
supusiera un aplazamiento
como si el aplazamiento no condujera al mismo resultado
como el movimiento en falso de tu pluma»
elige otra noche que no sea la de san Bartolomé
no tienes ninguna coartada no había nadie
entre las paredes de tu habitación que lo supiera
y a ti no te creemos no podemos creerte
Qué hiciste la Noche de san Bartolomé
por qué no habías nacido en la Noche de san Bartolomé
tus pensamientos contra la Noche de san Bartolomé
no alcanzarán
lo que duró la Noche de san Bartolomé
lo que aún durará
solo en la Noche de san Bartolomé no puedes estar
en el papel las huellas de la noche no son concluyentes
para comprender los límites de la Noche de san Bartolomé
no basta
estar solo no basta no
tendrías que haber llamado a alguien
aun antes de nacer
No te creemos sobre la Noche de san Bartolomé.

 

La biblioteca fatal

Abres un libro antiguo
y lees en él
tu biografía
ya no hay nada que hacer
estás esperando
a que el viento
pase él solo
la última página.

 

Temblor

Una gota de agua
sobre mi cabeza
una espada
al igual que el agua
también el alma
se retira
a sus nubes
invisibles.

 

Elegía

Esta máquina de ruido metálico
muele el café
se pone luego el polvo en filtros
el líquido negro hace de infierno
los granos bajan despacio
hacia los dientes desconocidos
nosotros nos apretamos
en torno al agua
del Estigio hirviendo y amargo
las clepsidras se han roto
en la orilla de un mar
es difícil reconocer sus arenas
se está moliendo el café
en clepsidras nuevas
dientes de acero tienen Escila y Caribdis
nosotros estamos esperando a que pasen
todos llevamos nuestro Estigio
en tazas más blancas que los ángeles
está lloviendo en la ciudad hace frío es otoño
una hoja entra quién sabe cómo
y se muele también
está lloviendo en la ciudad la arena corre
desde el cementerio hacia nosotros lentamente
nos apretamos con las tazas al lado
los que nos amamos
los que nos odiamos
y los indiferentes
la arena nos cubre el tobillo
puro.

 

La metáfora

Sabes que unos amigos míos un poco más jóvenes al regresar de Atenas
(es bueno que los jóvenes viajen)
me han recordado que la palabra metáfora allí
significa tranvía o metro o incluso tren
esto es coges una metáfora
y te encuentras al otro lado de Grecia
por ejemplo subes a la metáfora y te vas
dejas toda tristeza y alegría
y otros sentimientos contradictorios-contrarios
que te atormentaban allí donde estabas desde hacía mucho tiempo
todo el mundo se va a la oficina en metáfora
todo el mundo se evade (para ir al campo) en metáfora
todo el mundo tiene una sola idea (fija)
cuando se alegra o se entristece
y esta se llama metáfora
te compras un billete para la metáfora
y te vas de viaje sin cuidado
pero a ellos se les olvidó decirme
qué haces cuando la metáfora está de huelga
tal vez pones pies en polvorosa o lo cortas por lo sano (andando) simplemente como antes
cuando la metáfora no significaba transporte en común sino tu transporte
a solas
de soledad en soledad.

 

Imagen en Zagreb

Pasas por las calles y no tienes tiempo para notar
los agujeros negros que hace la lluvia
sobre tu piel
pasas por las calles y no tienes tiempo para ver
la línea de tu carne que está cayendo
pasas por las calles la lluvia te penetra
y la línea de tu carne
vuelve a entrar en el suelo
como una extraña electricidad
Por muy grande que fuera la tristeza

Por muy grande que fuera la tristeza
septiembre trae paz en el alma
su inclinación te hace bajar la mirada lentamente
hacia las hierbas hacia las hojas

septiembre pone la mano en tu cabeza
como si fuera un Dios de provincia
una hoja de tilo que cae sobre tu hombro
es su dedo

Vuelves a aprender
cómo hundirte en la honda naturaleza
como en un mar donde no es necesario
flotar

vuelves a aprender cómo quedarte allí
respirando pausadamente
sintiéndote también el alma
por vez primera


Nicolae Prelipceanu nació en agosto 10 de 1942, se licenció en Filología en 1966. Desde 1977 es miembro del Consejo de Dirección de la Unión de Escritores de Rumania. Se ha desempeñado como redactor de numerosas revistas literarias y periódicos de Rumania. Entre sus publicaciones, se encuentran: La torre inclinada (1966), Antu (1968), 13 Ilusiones (1971), Arqueoptérix (1973), El verano de un ex-campeón de piano (1973), Preguntad al humo (1975), Diálogos sin Platón (1976), Inalcanzable inalcanzable (1978), El túnel noruego (1979), Diario de noche (1980), Un civil en el siglo XX (1980), Feliz por correos (1982), Diez minutos de inmortalidad (1982), El dedo de hielo (1984), El arma anatómica (1985), La escalera interior (1987), La máquina de olvido (1990) y El Buen Mortal (1996). Recibío, entre otros, el Premio de Periodismo de la Unión de Escritores (Vol. Dialoguri fără Platon, 1976); Premio de Poesía de la Unión de Escritores (vol. De neatins, de neatins, 1976 y Fericit prin corespondență, 1983); Asoc. Escritores de Cluj para el volumen en prosa Tunelul norvegian (1980); Premio de la Unión de Escritores por el libro Binemuritorul (1996). En 2004 estuvo entre los nominados al Premio Nacional de Poesía “Mihai Eminescu”, que el jurado presidido por Nicolae Manolescu otorgó al Șerban Foarță de Timișoara. En 2013 fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía "Mihai Eminescu" - Opera Omnia. Su obra ha sido parcialmente traducida al Alemán, Húngaro, Italiano, Búlgaro y Español, entre otras lenguas.

Última actualización: 24/01/2022