Takashi Arima, Japón
Por: Takashi Arima
Tomado de Los cuatro puntos cardinales
La que venía del mar
Venía del mar Cabellera de algas En la boca un coral
En su vientre Chapoteaba aún el agua de mar de su
nacimiento Pubis de algas rojas Orejas de conchas
Se había escapado de lo más profundo de las aguas y en su
memoria Permanecía anclado el recuerdo de un mundo de
tinieblas eternas y heladas a una prisión espantosa
Cuántos milenios había resistido hasta tocar tierra firme
Bajo el sol ardiente Su carne tenía la brillantez de las
escamas y conservaba el olor del mar Se notaba por detrás
de sus caderas estrechas La huella de lo que había sido una aleta
El mar rechaza explosiones nucleares y líneas divisorias
El feto lloraba lleno de vida en su líquido amniótico
Aquel agua que ella había traído en aquellos tiempos en que
subió hasta nosotros
Traducción: María Teresa Trabajo
Con anticipación
Tíralo todo, no lo pienses más.
Tira esas cosas tontas
que no necesitas al morir,
cosas que guardas en tu casa,
esa casa, donde vives añorando a tu mujer hospitalizada.
Tira los viejos periódicos, los folletos, las revistas;
las cartas almacenadas, los archivos. ¡Tíralo todo!
Tira las cajas sin usar, los pequeños artículos,
las herramientas, los recuerdos;
tira los regalos, las botellas de licores.
Tira todo lo que guardabas sin ninguna razón.
¡Tíralo todo, que no quede nada!
¡No lo pienses más, tíralo todo!
Tíralo antes que tu mente empiece a fallarte,
y antes que moverte trabajo te cueste.
¡Tíralo! ¡Échalo todo en bolsas pálidas de vinilo,
junto con tu desconectada memoria!
Sobre las huellas de un animal
En esta foresta, hasta los árboles caducos
tienen una rama joven con hojas verdes,
renaciendo de su carcomida cepa.
Las zarzas me llegan a la rodilla,
me hundo como un animal herido,
me desgarro los brazos al abrirme camino:
respiro hondo, lentamente.
Mis huesos se quiebran en el cuello,
en el pecho. Mis ojos se apagan.
Un dolor lacerante azota mis hombros y mi espalda.
El aire de la foresta Tadasu es frío y limpio.
El sol matutino de las montañas del Este
se filtra a través de las ramas.
Yo, solo, sigo las huellas de un animal.
Traducción de Mariette Cirerol para la Revista AIR
Ls palomas de Hiroshima
Cucurrucucu, cucurrucucu
cuánta ausencia,
cuánta, cuánta, cuánta...
las palomas, una a una, han echado a volar
desde la plaza al final de la mañana.
Y giran ahora lentamente
sobre el río Motoyasu.
Fuente centellante, un poco más aún
brota más alto hacia este cielo
de pleno verano
Brisa que languideces en medio del bochorno,
sé más clemente,
sopla más fuerte desde la orilla,
que se sienta tu caricia.
Me he detenido ante el sauce llorón
que roza el monumento de Miekichi Suzuki
cerca del puente Aioi.
Más inclinadas aún
que la ruina decadente de la cúpula
gimen las sombras breves
de una multitud de muertos.
Cucurrucucu, cucurrucucu,
¿será tal vez una alucinación?
desde más allá de la calima caliente
se aproximan viejos tranvías
de pasajeros inmóviles,
que tienen por nombres barrios de kioto
“Gion” “Nishijin” “kingakuji”
palomas que pasais por lo alto
para alcanzar la orilla del motokawa
quisiera que vuestro griterío resonara
bajo la bóveda intensamente azul del cielo
más fuerte que los clamores que se escapan
del estadio próximo.
Cuánto dolor,
cuánto, cuánto, cuánto,
Cucurrucucu, cucurrucucu...
Takashi Arima nació el 17 de diciembre de 1931 en Kameoka (Kioto). Diplomado en Economía por la Universidad Doshisha de Kioto en 1954. Influenciado por Mitsuharu Kaneko, poeta simbolista traductor de Rimbaud y Baudelaire, colaborador en la revista Gendaishi (Poesía Contemporánea) donde publica poemas y ensayos. En 1967, año del debut del movimiento folk en Japón, cantantes jóvenes ponen música a sus obras satíricas y hasta el momento actual se han grabado varios de sus poemas. Es miembro de la Asociación de Poetas Japoneses. Imparte clases en la Escuela de Literatura de Osaka y en la universidad de Bellas Artes y de Diseño de Kioto. Es presidente del Centro Asiático de Intercambios Culturales (Kioto). Sus obras están traducidas al inglés, francés, chino y ruso. En 1994 se publicó en su país una antología de sus poemas en español bajo el título De los cuatro puntos cardinales. Algunos de sus colecciones de poesía, en japonés, son: Transformación (1957); El Muro del Crepúsculo (1959), Canción infantil nueva (1963), Hacer dinero (1963), Mi signo (1966), Mujer del mar (1967), Mi Genman (1967), Repetir (1971), El principio del fin (1973), Gracias (1981), Tadasu no Mori Takashi Arima Complete Poems (2010), Últimos años (2013), Nueva colección de poesía Arima (Biblioteca de poesía contemporánea japonesa) (2013), General Blowing (2014), Colección de poesía Arima (Biblioteca de poesía moderna) (2016), Duet of time: Resonating East-West Poets: Poetic Dialogue por Germain Drugenbrot (Asociación Internacional de Poetas de Japón) (2016).