Hamid Tibouchi (1951)
Hamid Tibouchi (1951)
Tabus, tu
boca
Son una muchedumbre que reclama un poco de aire No hago más que transcribir las granadas
y de pan
ante la gran puerta de hierro. Sus puños
están rojos y sus voces enronquecidas: la puerta
permanece sorda a su ira.
Extenuado, puedo aún arrastrar hasta
tu boca, mi pan para vencer a la muerte.
me queda aún voz para decir:
Tu boca es maravillosa. Hace frío
está oscuro; pero cuando tú sonríes hace
sol, hay calor.
Aún me quedan ojos para ver
cuán deseable es tu boca cuando murmuras
Ven, hagamos el amor, la hierba es fresca
y la noche es negra agua clara.
Aún me quedan oídos para entender
cuán terrible es tu boca cuando descubres
Dios, es la belleza quien estrangula mi garganta
quien me hace callar y estrecharte más fuerte
sin que ni yo comprenda nada. Es el estómago
y el corazón llenos, y mucho aire,
de lo contrario es un engaño, un perro.
Aún me queda coraje para escribir
cuán formidable es tu boca cuando recitas
La libertad está al final de una hoja de papel
de Khair-Eddine
Pido la paz y la palabra
de Blas de Otero
y tantos otros poemas.
que tus tripas han hecho madurar
que tu boca ha nombrado.
Poco faltó para que me estallase encima.