Mahmoudan Hawad (Sahara Central)
Por:
Mahmoudan Hawad
Traductor:
Rafael Patiño
Poemas inéditos
Desvío de horizonte
Fragmento
I
Mirada torcida,
nervio de sílex,
Satán desnudo,
de pie,
desde que nací,
sostengo el vértigo
de los horizontes.
Si no es la sed
qué astilla
me servirá de entablillado?
Espasmo intestinal,
Hambre en carne viva,
Espina que brotará
del vacío,
Dardo solitario
de las márgenes del dolor
arrastrando la estela
de su párpado fraterno
hasta la raíz
de mi pupila.
Y sin embargo nada.
Nada
excepto la bruma
y el espejismo lejano
jadeante, vacilante
despuntándose las pestañas
sobre el desierto como yo.
Y del lado de acá,
y más lejos,
no veo
más que enormes intestinos
cual humanoides boas
abriendo con desmesura una garganta
que entre cielo y tierra
Engulle lo absoluto
para gritar de nuevo.
Estertor.
Abren el gaznate
y aun engullen
sus últimas tripas.
En todas partes donde el poder
de los intestinos reina
sobre la mirada
ningún otro hombre qué mirar.
Traducidos del touareg al francés por el autor
y del francés al español por Rafael Patiño
Bebedores de brasas
Fragmento
Oh sedientos
hemos bebido las brasas
I
Sin preocuparse por el fuego
memoria que devora su estela
el astro galopa desde hace mil años
en busca del doble
de su razón
Sin esperar las bodas
de la flor y la primavera
verano en pleno desierto
una mariposa abraza
la resquebrajadura de tizón
aureolando los labios
del huérfano tuareg
que trituran
los carros del Sahel
Gemido alado
su inflamado aliento
El soplo
arteria
dolor
de los desiertos
cuádruple ardor
con su sombra gemela
el niño kurdo
que la ráfaga de una metralleta
salpica
con las entrañas de su madre
sobre los desaguaderos
de Bagdad Estambul Teherán
Oh infantes de la penumbra
y de mil días agonizantes
Más allá de la tierra de Africa
la tempestad estornuda el rayo
sobre un radar del pentágono
grito de venganza coagulado
en la manzana de Adán
del esqueleto de un hermano Sioux
que toda la noche surca
las avenidas de Nueva York
aullando
eh, testículos de George Washington
jamás tocaréis
la tierra de América
Nosotros somos el espejo del futuro
¿Dónde está el relámpago
que quiere conocer
la faz del crepúsculo
fundido entre su alba?
Nosotros somos la memoria y el sueño
y sabemos combinar
las tinieblas y el día
Y en la danza de la luna
hemos bebido
insomnio
Eh hombre
de los tiempos del provecho
danza con nosotros
Nada temas por tus perlas
mañana a ti también
haremos beber
la hez de afuera del tiempo
Nosotros somos la rama y la raíz
del tiempo
porque sabemos
volver amnésico
a tu reloj
Para que deje
de añorar sus perlas
sírvele el orujo
de las risas de estrellas
que nosotros bebimos
para festejar nuevos soles
Nosotros somos la glotis
pero también el eco
porque sabemos enterrar los días
con el rumor de los astros
que unimos
fusionando la congoja
y el arco iris
Y nosotros sabemos
hacer que el hombre olvide
la pesadumbre por sus perlas
Aparte de la dama camaleón
reina de nuestras danzas
¿Quién ha sondeado el silencio
con el cual volvemos mudo
al silencio mismo?
El arma es una marcha en espiral
el alma, Temujar’a (1)
la ruta, continuidad
el blanco, un ala de la vía láctea
bum !
Hola Tuareg
De pie !
Yo tiré por ti
sobre la corva del tiempo
Oh Tuaregs
de R’adames hasta Tanout
de Bilma hasta Tumbuctú
hombres
el sendero es recto
la resistencia es su astro
Tablilla de los vértigos
¿cuál es mi nombre?
Yo soy una mula
Yo soy un toro
Sobre el lomo o los cuernos
llevo el duelo y la resistencia
Mi rostro es la metamorfosis
de todas las derrotas de la historia
con revanchas del alba
sobre el crepúsculo
Nómbrame ceniza
y yo te dibujaré con mi lengua
un círculo de llamas
No te quedes boquiabierto
No se trata de ciencia esotérica
ni de magia venida
de un Oriente lejano
sino del recorrido de la brasa
que no se somete
al salitre de los tiempos
Nosotros sabemos
vigilar al viento compañero
cuando se agota y rompe sus alas
y enseñar a la estrella
a reír cuando ella se enceguece
¿Qué nos hará el crepúsculo
en vez de ser sumergido por nosotros
bajo el polvo y el sudor
de las rutas?
Con todo esto que se abatió sobre nosotros,
incluso si se trata del cielo,
con el fardo,
nosotros marcharemos
Cantad
hermanos
vosotros que conocéis la brasa
con la cual se levanta la Temujar’a
Y cuando el nomadismo se cansa de nosotros
sabemos hacer danzar
a las ciudades con el fuego
Para atrás por debajo
al norte al sur
no no
no nos busques
Infinitamente afiladores de brasas
nosotros somos la estrella liberada
ala del águila desgranando los horizontes
Cuando se está sobre el transcurso
del viento agotador
el fin no es una preocupación únicamente
Dadme un cartucho
de tinta-tifinar (2)
Yo os labraré
otros linderos de rutas
donde ni siquiera el sueño
se ha aventurado
Mi mirada es piedra pómez
que afila las volteretas de la historia
En 1917 Francia nos castró
luego Nigeria nos lanzó
a una ciénaga de sarna
Malí nos curtió con piojos
Libia nos volvió pastosa la lengua
Argelia nos puso el cabezal
para inmovilizarnos sobre el excremento
y la carroña
y nuestros fantasmas de hermanas jadeando
y abortando y ululando y gimiendo
y arrodillándose y arqueando el lomo
y levantando la mano suplican al cielo
Temujar´a
que nosotros hemos deslustrado
solamente por una cucharada
de sorgo con gorgojo
II
Arre arre arre !
Miserable rocín de desgracia
llévanos
llévanos sucia vida
Lleva lleva llévanos
argolla
llévanos al encuentro
de las cabelleras de la llama
Generación de albas
semejantes a las palmeras
mundo
mundo de los límites del mundo
Oh fibras del tiempo utilizado
Salid y sed
las astillas
herrumbre de la historia
y carcomed el mundo por los tendones
de sus testículos marchitos
Llevadnos al mas allá
Nuestro grito levanta ya
las lápidas
de las estrellas
y nuestras manos curan el abismo
para que la muerte encalle allí
Chorros de sangre
lianas de relámpago
Entre nuestros sesos
rechinan y se retuercen
las raíces y las centellas
de la resistencia
Venas de mi frente
red de yesca
tejida sobre la hoguera
de la pólvora
Aïr Tademekkat
Ajjer Ahaggar
Con la medula espinal
concluid el puente
Enlazad las arterias
de los cuatro volcanes
Queda todavía en Temujar’a
yesca
para nutrir el fuego
Orina de mi pluma
lágrimas de Temujar’a
Temujar’a
viejo escorpión gimiendo
y retorciéndose de dolor
y buscando el vehículo de un cuerpo
que lo releve
III
Ritmo de desprendimientos
áspero como un odre viejo
crispado sobre la brasa
de la venganza
En los guijarros y las piedras de volcán
que acabáis de hacer rodar
conozco las montañas
y las llanuras
Ojos entre los ojos
tal como el agua contemplando el agua
mi rostro en el espejo
de vuestras pupilas
sobre las grietas de vuestras frentes
mi mirada bebió el tanino
leche de tristeza y lagrimas salobres
de la parentela asesinada
Atrás habéis dejado
los despojos y el buitre
y los vientos llorando
sobre los campamentos abandonados
En este alba solamente
vosotros habéis partido
pero ya nuestras madres
sobre una planicie estéril
plantan la siniestra estaca
portadora del banderín de las errancias
y cargada con las cartas agitadas por el viento
recuerdo de vuestros nombres
Sencillamente esta mañana
os ha coronado el sol
con el turbante
de las rutas y de los torbellinos
y ya vuestras sombras parten
al encuentro de vuestros hermanos
que cada estación pasan
confundidos con las crines de las dunas
para levantar el pecio
de la estrella caída
navío de una dignidad con agujeros
¿Cuál recodo del mundo retener?
Oh poeta
no me cantes
la tempestad
ni los vértigos
Los arcos de la tienda del sur
se derrumban
sobre las tumbas de aquellas del norte
Los riñones de aquella del oeste
de desploman
sobre la nuca de aquella del este
Amontonamiento
de piojos y pingajos
constelación
de tribus debatiéndose
bajo el mástil
ultima verticalidad
falo tuareg plantado
en las vastas planicies de Tasmena
Oh rayo solitario
levantado entre las cenizas
Rak rararak rak
Partid y marchad
barriendo el vacío
Imprimid vuestros pasos
sobre el feo rostro del futuro
El eco hará el puente
entre el entendimiento ancestral de la piedra
y el clamor de paso
Malla de las fronteras
ante vosotras
la tierra se agrieta
la tierra se desgarra
El azur indiferente
rastrilla los horizontes
Entrelazados de senderos y de cantos
vosotros coséis de nuevo
las heridas del país
Cortezas de greda seca
Togas de polvo os escoltan
A la hora de la estrella del pastor
vosotros entráis en la ciudad
La luna os saluda
Apenas esta mañana
habéis salvado
el cuerpo de una hermana
dientes-relámpago mordiendo
el riñón del aguante
Tal es el guijarro de la resistencia
que cada día antes de la madurez
nos expulsa fuera de la placenta
Apenas esta mañana
pero ya la caparazón
de vuestros talones remendados
propala la memoria del hueso
Ya vosotros perturbáis
las desembocaduras del tiempo
Desde vuestro nacimiento prematuro
estáis destinados
a apuntalar el cielo
Partíd ahora
allá lejos la sangre de los limites
orna de rojo ya
vuestros tobillos
Hola! hombres
Para andar como nómadas
sobre los limites de las brasas
es necesario conocer el arte rudo
de violar los crepúsculos
Y ahora
por el presente de mañana
conviértanse en cortesanos del alba
Surquen la tierra
esta tierra que es nuestra novia
Nadie osará decirnos
que el pasado de los nómadas
ha entorpecido por una vez
siquiera el ala de una mariposa
Eh ruta
tu danza
de vieja avestruz agotada
da varazos al árbol de las generaciones
Hojas sin brillo
los días y las cabezas caen
Río arriba
sobre un navío de espejismos
se aleja la isla del pasado
Río abajo
el crepúsculo enceguece al futuro
No hagas mella en tu mirada
Con el látigo nervio de tu rostro
retuerce el futuro
e interrogándome
-Qué hacer de la bruma-
flagela el horizonte
para que cabecee el rocín sucio
la vida sin horizonte
Manada de nubes
sin cola ni cabeza
todas marchan
las unas humilladas
avanzando sobre los codos
y al lado las otras
de rodillas bajo las últimas
que martillan la tierra con el pie
Todas marchan y cantan
y dan vagidos y ríen
el himno y la querella
de las comarcas que han regado
a través de sus pasos
Todas avanzan en una sola vía
todas se interrogan ellas mismas
e interrogan la tierra
A fuerza de entrelazar
los linderos de las brasas
no se han vuelto a su vez ellas
la punta de un dolor venidero
que ya se confunde
con los ritmos de su marcha
- o las cenizas del punzón
que nivelan la boca abierta
del exilio
su sombra que se agota tras ellas
les diré
Y la estela de un astro espantado
las lanza
-qué importa
porque vuestro objetivo es engordar el eco
con regímenes de risas y de sollozos
Un día el arco iris
golpeará con cólera el cielo
Y las nubes estranguladas
se metamorfosearán
en brazos incendiarios
manos y pies
de mujeres y de hombres
brotando de la vasija somnolienta
de la historia
para deshollinar el tiempo
Eh! piedras volcánicas
balizas del olvido
amasen la arcilla
El germen del mundo de mañana
es este punto del Tifinar’
venido de lejos
para traspasar la memoria
hasta remachar el destello
del insomnio
en las sienes
del ratón electrónico
La vanidad del hombre
del siglo XX
no cesará de inflarse
hasta que no se estrelle
su pecho abombado
contra las estelas de nuestros sueños
Por la baba
de todos los escorpiones
de nuestras salinas
lo juro
tal es la palabra
de aquellos que han bebido
la resina áspera
de los linderos de brasas
He aquí la escritura
la escritura de aquellos que saben
componer la piedra
de la resistencia
(1) El hecho de comportarse en “Tuareg”. Mas generalmente en “humano” según un ideal que valora las cualidades morales de coraje, generosidad, grandeza de alma e independencia de espíritu .
(2) Escritura Tuareg
Mahmoudan Hawad nació en 1950 y es originario del macizo del Aire en el Sahara Central. Pertenece a la tribu tuareg de los nómades Ikaskazen. Desde muy joven entró en contacto con grupos de sufíes itinerantes. Ha residido en monasterios sufíes en Egipto y Libia, y en los campamentos nómades alrededor de Bagdad. Actualmente trabaja sobre la relación entre lenguaje, grafismo y espacio, continuando sus investigaciones sobre la cosmogonía tuareg, dominios que en su obra aparecen estrechamente ligados. Aparte de dos novelas, Hawad ha publicado las selecciones poéticas y de caligrafías: Caravane de la soif et de l'égarement (1987); Chants de la soif et de l'égarement (1987); Testament nomade (1987) - traducido al árabe por el poeta sirio Adonis; L'Anneau-Sentier (1989); Froissevent (1991); Yasida (1991); La danse funèbre du soleil (1992); Buveurs de braises (1992); Sept fièvres et une lune (1995); Le coude griçant de l'anarchie (1998); Les haleurs d'horizon (1998); Notre horizon de gamelles pour une gamelle d'horizons (2001); Détournement d'horizon (2002); Sáhara. Visiones atomicas (2003); Le goût du sel gemme (2006).