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Gonzalo Millán (Chile)

Por: Gonzalo Millán

 

(Inéditos)

Sushi Bar

Leí una vez que un monje
llamado Ventana Nevada
pintaba orquídeas de tinta.
¿O era un monje llamado
Orquídeas de Tinta el pintor
de las ventanas nevadas ?

Rosa

Ha muerto la memoria de la flor marchita
y aún no nace la promesa del capullo.
Esta es la primera y la última primavera.
No se ha abierto antes ninguna rosa.

 

Hago señas y signos pasajeros

 

En aquel mismo árbol fui a buscar
otro verano, el corazón ése, mal grabado
sobre una playa de corteza tersa
con la hoja viva y rota de un cuchillo.
La crecida del invierno y de la savia
había arrastrado nuestras letras,
flechas y dibujos infantiles,
hasta perderlos en el laberinto para siempre
tragados por el remolino de las ramas.

 

En un reloj de arena

 

Sentado en escalonadas y repletas graderías,
diviso entre la arena del embudo
la pinta pálida y perdida de tu rostro.
En el fondo los huecos oradores juveniles
repiten sólo viejas consignas,
y til eres el único entre los opacos granos
que me dice algo en su caída.

 

Cazador de un fuego fatuo


Te persigo asordado por mi ruido
y el viento, y sigo y me huyes
como el falso brillo de aguas
que jamás se alcanza en los caminos,
mariposa fosforescente y sedosa
que atrapé y desprendí quemada
de mi motor humeante y al rojo.


 

La ciudad
38.

Por ahora no sé quién eres
ni adónde estás siempre.
Sé que nos ha tocado vivir
en la misma ciudad
y en un mismo país de la tierra

al mismo tiempo.
Y eso me basta.

Hoy es de noche, pero mañana
saldré como ayer en tu busca.
Estoy seguro sabré reconocerte.
Por si acaso, para que sepas,
andaré como siempre,
con anteojos negros y bastón blanco.


 

Superstición


Vuelves a visitar unas calles
apacibles y arboladas
con moreras que todos los años
retiñen sus sombras
con la tinta de sus frutos maduros,
solamente para redimir
unas líneas que olvidaste apuntar
y que al momento reviven
como si esperaran su rescate.

 

Como un pez
se me pierde tu rostro de mis aguas

Te cubre el rostro la sombra de un ave de rapiña
y es tu cara
clara mancha de aceite diluida sobre el agua,
mar alterado por los signos nuevos de la lluvia,
y eres en un charco reflejo de una fruta
que tratan de beber los animales;
vislumbre en el vidrio de una ventana que se mece,
y de nuevo, cuando la sombra pasa,
eres el tibio rostro de niña cogido por mis manos,
mientras el pájaro
vuela solo y lejos por los cielos.

 

Te escojo y te saco del racimo

Como a una uva negra te descubro
de polvo y de pasado te limpio,
muerdo
tu claradulce carne con mis dientes
y planto
la semilla húmeda en la tierra.

 

Si me abrieras el puño,
me hallarías sucia la palma de la mano

Sabes mis ojos y sobre mi boca sabes
el número infantil de los lunares.
Conoces mi risa de torcidos labios
y sabes además,
que levanto un hombro cuando camino.
Falta sólo que vuelques
la faz soleada y lisa de la piedra
y mires mi otra cara,
hundida dentro de la tierra.

 

Los aros de hierro del
triciclo sin gomas y el rascar de un clavo

Caemos de pronto del amor
y somos dos migas sucias
flotando en un platillo con agua
o la mosca sin alas
que el dedo hace correr sobre la mesa.

Yo retiro tu viejo cabello
enrollado en mi oreja
y hacemos vibrar
la gillette del odio en nuestras bocas
hasta que el hedor de verdes aguas de floreros
nos hace soltar la arena
que tenían las manos para lanzarnos a los ojos
y abrir de nuevo las ventanas.


Gonzalo Millán  (Santiago, 1 de enero de 1947 - ibídem, 14 de octubre de 2006) fue un poeta chileno, una de las figuras más reconocidas de la denominada generación del sesenta. Fue autor, entre otros, de los libros: Relación personal (1968); La ciudad (l979); Vida (1984); Seudónimos de la muerte (1984); Virus (1987); Cinco poemas eróticos (1990); rece lunas (1997); 5 poemas eróticos (1990); Strange houses (1991); Trece lunas (1997); Claroscuro (2002); Autorretrato de memoria (2005); Veneno de escorpión azul. Diario de vida y de muerte (2007); Gabinete de papel (2008); La poesía no es personal, libro armado con respuestas que dio Millán en diversas entrevistas, 5​ Alquimia Ediciones, 2012.

Recibió, entre otros, el Premio del Consejo Nacional de la Cultura 2003 por Claroscuro; Premio Altazor de Poesía 2006 por Autorretrato de memoria; Premio de la Crítica 2006 por Autorretrato de memoria; Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura 2006 por Autorretrato de memoria.

Paralelamente a su actividad poética y docente, se dedicó a la creación artística en el campo de la poesía visual y las artes plásticas. Realizó exposiciones individuales en Chile, Canadá. Estados Unidos, Suecia y Holanda. Durante su exilio en Canadá fundó la editorial Cordillera y desde su regreso a Chile dirigió la revista de poesía El Espíritu del Valle. Fue traductor del inglés, francés y neerlandés.

Última actualización: 09/11/2021