Luis Eduardo Rendón (Colombia)
Por: Luis Eduardo Rendón
S.O.S óseo
I
Calambombo nuestro,
blanquísimo fémur de la vaca
que cuelgas en las carnicerías,
"dadnos hoy nuestro caldo de cada día"...
los economistas te recomiendan,
los ascetas te imitan,
los perros te acechan,
las señoras humildes te aderezan,
estás hecho a semejanza de nuestra imagen:
¡caímos en el estado calambombo!
y por tal razón, no difundida aún,
la vida bajó un grado...
somos, desde entonces,
una prolongación del mármol,
absolutamente escuetos,
parecemos hijos de un bostezo.
II
Madame sequía,
con su collar de huesos,
nos exige gotero,
metro,
balanza
Madame sequía,
con su cuenta de cobro,
nos obliga
a dosificar
chamizo,
ración,
pucho,
semen,
hilo de voz.
III
¡Caímos,
Caínes,
en el estado calambombo!
y desde ahora,
hidropónicamente unidos,
aprenderemos a succionar
-milímetro a milímetro-
el agua de la roca,
el amor en una boca.
La piedra florecida
Estad atentos
porque florecerá una piedra.
Florecerá una piedra y los reyes
exigirán explicación
no estaba determinado
que fuera a florecer
precisamente una piedra
los periodistas
peregrinarán
hasta el lugar del fenómeno
los creyentes dirán
que el florecimiento de una piedra
es una señal divina
los escépticos
que es una advertencia de la tierra
la academia
que nunca se había jactado
de descubrir una piedra florecida
pretenderá entonces revelar un nuevo reino natural
piedra
solitaria
quieta
muda
como un monje
que los niños pintarán en sus cuadernos
la buscarán en praderas
la verán en sueños
hablar
bíblicamente las emisoras de radio
llevarán la noticia hasta los pueblos
en muchos lugares se hablará del milagro
y El Vaticano,
La Nasa,
La Casa Blanca,
La Viuda Negra,
se disputarán el honor
de ser los merecidos anfitriones de la piedra
salvemos esta piedra
clamarán
los partidos verdes
los enanos azules
los arqueólogos locos
pero
inevitablemente
una piedra seguirá floreciendo
en los místicos desiertos
en los labios amantes
en las manos de las aguas
y en los corazones de otras piedras
Luis Eduardo Rendón nació en San Roque, Antioquia, Colombia, en junio de 1972. Ha publicado los libros de poemas Arpa a merced de las manos invisibles (1996), La velocidad de las piedras es azul (1997) y Tras la loba espectral (1998). Pertenece a la Revista PROMETEO y a la organización del Festival Internacional de Poesía en Medellín.