Vito Apüshana (Nación wayuu - Colombia)
Por: Vito Apüshana
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 86-87. Julio de 2010.
El principio
(Cultura Tayrona)
En el Principio era un silencio
gigante y fértil... de donde salieron
burbujas que derramaron el primer sonido
y las simientes del aliento...
entonces floreció el Pensamiento
y surgieron los lagartos y los conejos,
los alimentos diarios,
los animales del cielo
y los del fondo de la mar...
y poco después nació el animal trenzado,
gritando:
¡Somos lo congregado!
¡Somos lo congregado!
En el Principio era un silencio
enorme y ubicuo
de allí provino el animal trenzado
a unir los elementos:
...convirtiéndose en Murciélago:
vuelo de las piedras profundas
...convirtiéndose en Jaguar:
dominio de las templanzas
...convirtiéndose en Serpiente:
lazo del sol y la noche
...convirtiéndose en voz de fuego sembrado:
¡Somos lo congregado!
¡Somos lo congregado!
Rogativa a la generosidad de abya yala
La vida tiene un nuevo aliento en Abya Yala... germinan los elementos en el nombre de su tributo: … el Padre de los Fuegos (el sol), el Propiciador de los Viajes y de los Abrazos (el viento), la Germinadora de las Semillas (la lluvia), la Sudorosa Residencia del Maíz y sus descendientes (la tierra)... y el Blando Movimiento del Tiempo (el sueño) : son los espíritus dadores del continente del colibrí, en cuyos caminos perviven los nichos-altares, a veces invisibles, en donde el instante es ofrenda del infinito.
¡Ndandarey Perchebe...Mushaale Kainwaa Ohtli!
Desde el oriente-ordenador llega el soplo de alas del día abrigando los pálpitos vitales... humedeciendo los capullos de la faena del ser y del hacer...y sucede, así, la renovación de las pertenencias nutricias:
El Canto del verde rugiente del Amazonas,
El Sudor ocre de las Sierras-Punas de los Andes,
El Silbo- Relincho de los predios Pamperos,
La Hoguera-Piel de las tierras Fueguinas,
El Génesis fecundo de la Frontera Araucana,
La Siembra de la resistencia en los hombros del Chaco,
La Aurora Gigante del Sertao,
La Energía - Puente en las rutas del Paraná,
La Corriente-Yubarta de las aguas del Pacífico,
El Movimiento circular del espejo Orinoco,
El Silencio del vuelo del Yagé entre el Sucumbíos y el Vaupés,
La Melancolía del Sabor en el primigenio Caribe,
La Celebración del Color en el Istmo Central,
La Atención de los Astros en las piedras bautismales del Tikal y Yucatán,
La Dimensión Secreta del Peyote en los dominios del Río Bravo,
El Sonido-Temblor de las coloradas Rocosas,
El Hálito Azul de los Grandes Lagos,
El Equilibrio-Blanco del pensamiento del Yukón.
¡Ndandarey Perchebe...Mushaale Kainwaa Ohtli!
La vida tiene un nuevo aliento en Abya Yala
...la del rostro plural y raíz alada
...ombligo-huracán... corazón-volcán
...arcilla-renacimiento... sueño-alimento
...baile y sacrificio... juego y rito
...la Abya Yala de abundancias nocturnas,… danza de cera negra,
agua de calabaza... sequía embriagada
...la del ser-entorno... útero-sustancia... manos-labranza
...Reno encabritado, Jaguar tachonado, Papa y casabe, Cacao y curare
...Tabaco y pluma, Zarigüeya y Puma umbilicales
...La Abya Yala tejedora de Hamaca y Canoa, hacedora de Orquídea y
Secuoya, Manatí y Ambil... La de fervientes serpientes
...la del humo y el agua de los montes del Llullaillaco y el Aconcagua,
del Illimani y el Huascarán, del Ritacuba y el Atitlán...
...Abya Yala: orilla polar... delta del andar
...seminal...remaneciente... premonitoria...
Cantada seas en esta fugacidad que te nombra.
En los crepúsculos de los tepuis (canaima)
Lo que un Hombre-Tepui Aurora dijo a una Mujer-Tepui Noche:
“Te perdiste de un amanecer con cabeza de fuego blanco, vientre de horizonte púrpura y cola de azul turquesa... y bandadas de patos laguneros
que cantaban: kru’uooc, kru’uooc... como diciendo ‘se renueva el mundo’, se renueva el mundo’; y del abrigo de algodón de montaña que entrega el viento leve de oriente…esparciendo las fragancias abrazadas de limonarias y heliotropos… sosteniendo el vuelo de los colibríes frente al aroma de las guaranás y alargando los trinos de fruta de los turupiales que terminaron de abrir el cielo para el arribo del Gran Sombrero de Luz.”
Lo que respondió la Mujer-Tepui Noche al Hombre-Tepui Aurora:
“...y tú te perdiste de un anochecer con boca de carbón azulado en donde, las ranas multicolores, refulgían creando pequeños arcoiris en cada uno de sus saltos... te perdiste de una medianoche con corazón de lengua roja de jaguar... y danzas de ojos de luna llena en los árboles-búhos... una medianoche- diálogo de luces entre las estrellas y las luciérnagas...
y transformaciones de bocas-fauces, de manos-garras, de brazos-alas, de ombligos-cascadas y latidos de árboles que sudaban savia del sonido de los tepuis ... y voces del instinto de lo invisible que desnudaban sus secretos sólo en la piel del sueño. En esa noche vi el oro-fuego, la flor colorada y el azul de piedra de donde nació el amanecer que te fue enviado.
Vengo de la profundidad de la noche y, por ello, conozco el corazón del día.”
MAKALAIPAO
En Makalaipao la anciana Alasina nos habla junto al café, con la palabra que viene de la calma y nos prepara aquella historia que narra de un animal cercano para cada carácter:
“... su clan tiene como animal acompañante a la avispa brava, pero ustedes se encuentran en el caballo.
Yo viajo como la flor de la tuna sobre la tierra,
con el soplo del viento,
y mi voz madurará entre el pájaro Wainpirai y mi nieta Nimiichon.
dejen que sus piernas tiemblen en el apego de las mujeres.”
Alieetshi, se levanta y nos anuncia:
“Nos iremos en este frescor”
Alasina señala el adiós:
…”verán, allí, en el canto del camino.
en las lagartijas lobos, en los zorros mapurites
cómo el respeto asume el miedo y
la inocencia recibe los secretos del mundo”.
WALATSHI
Mi tío Walatshi ha llegado de donde estaba.
Trajo, en silencio, un antiguo problema de hombres.
Le oímos resollar la ofensa. . . y nos observa la vida.
Su bastón de mando le ordena dibujar en la tierra.
No habrá pleito:
Sus años han encontrado el oculto reposo del dolor.
MUJERES - AVES
En una tarde ocurrió que vi correr a dos alcaravanes. Pasaron veloces por mi enramada,
cantando:
"leu, leu, leu ma... leu, leu, leu ma".
Había luna subiendo sobre el rojo descanso del sol... y los vi perderse por el camino que
va hacia el jagüey de Mariirop. Entrada la noche sucedió un sueño en mí... lleno de
mujeres-aves: estaba jierü-witush, la mujer-azulejo, tejiendo con todos los colores del
tiempo; jierü -wawaachi, la mujer-tórtola, llamaba a sus hijos:
¡traigan la vida aquí! ¡traigan la vida aquí! ;
jierü -shotii, la mujer-lechuza, acechando, desde el fuego de sus ojos, al hombre
deseado; jierü -chünü’ü, la mujer-colibrí, renovando las flores de los sueños olvidados...
y muchas aves y muchas mujeres; jierü -kaarai, la mujer-alcaraván, allá, henchida de
presagios en cada latido de su corazón; jierü-wuluui, la mujer-turpial, repartiendo el
agua fresca de la risa; jierü -iisho, la mujer-cardenal, sosteniendo el entorno en sus alas
rojicenizas.
Al despertar le conté mi sueño a mi madre... y sonrió sin mirarme: "¡Aaa, ella es una
Wainpirai... una mujer-sinsonte!"... y a partir de entonces he venido descubriendo las
plumas ocultas de las mujeres que nos abrigan.
PENÍNSULA
Vivimos entre lo poco y la abundancia,
entre el sueño anunciador y la serena vigilia…
somos la angustia sonriente aumentadora de vida…
somos un dibujo de nudos en la urdimbre del entorno,
la complacencia de ser tierra y respiración, indivisibles.
RECOLECCION DE LO SERENO
Emberá-Katío
Somos frutos del árbol-espíritu,
néctar visual de lo invisible...
Nos maduramos en la recolección silvestre de lo sereno.
Los sabores del mundo se destilan desde nuestros sueños:
y llega el sabor rojo del cuerpo de los bienquerientes,
y llega el sabor luz de las oscuras aves reales,
y llegan los sabores del sonido del árbol guipara, del agutí*
y del tambor-canoa extendiendo la alianza del río alimento.
Las serpientes negras nos anuncian
que el sabor del encuentro
llega con un cogollo de amaneceres de palmitos.
Somos frutos del árbol-espíritu,
néctar visual de lo invisible...
memoria de nutria naciente,
canto-aullido de pájaros-monos,
licor corporal de la selva... precisa.
* Agutí: Americanismo. Nombre de una especie de cobayo.
Del Libro Encuentros en los senderos de Abya Yala
(Premio CASA DE LAS AMERICAS 2000 )
...del Encuentro Mapuche:
Al pie del fogón
Hemos llegado hasta aquí: hasta los leños ardientes de tu fogón
para volver a reconocernos en los esfumados rostros del pasado.
Hemos llegado hasta el fuego de tu hogar con la sonrisa del que sabe
que sigue pisando suelo materno.
Reiniciando el relato de la crianza de los primeros abuelos.
Creciendo entre canelos y copihues.
Escuchando las imágenes del sueño del predio azul.
Inventando el aliento...el suspiro en medio de la arcilla,
la hierba y las hormigas.
Estamos alrededor de tu fuego encontrando las palabras del silencio
antiguo: ése en donde anidan los pájaros del festín dela mañana.
II
Al borde de tu luz nos hemos encontrado
para presenciar las heridas de la originaria creencia
de que éramos como el sol, como el azul ilímite,
como el Jaguar genitor, como la serpiente-río, como la lluvia fecunda;
de que éramos como el huemul de las colinas,
como la enterrada piedra del camino, como el Cóndor Apumanque,
como la flor dulce de Nahuelbuta, como el maíz nutriente,
como el sueño fundador...
y en esta agonía sorprender a las ruinas reverdeciendo
en las grietas del propio corazón.
De esa creencia somos su prolongación.
....del Encuentro KOGUI
Palabra
5
Nosotros sabemos que el día
tiene un huequito donde se sostiene el mundo
Ahí ponemos nuestros oídos y escuchamos
los latidos de todos los corazones.
Por eso llamamos a la vida: sereno temblor.
Palabra
6
En Alwaka los pájaros de las frutas
festejan, con pepinillo, el sabor amargo del kanyí.
En Nubiyaka, las mujeres intercambian
las yemas del palmito por las frutas del cacau.
¡Ah! En las terrazas antiguas de Moraka
los espíritus iniciales, nocturnos,
conversan entre cabos de tabaco y sorbos de café.
En Samineyi los Mamas adivinan
sobre piedras húmedas y tejen la música
desde las conchas Kuinguma.
¡Ea! ¡Ea! En Teyuna el Pensamiento Madre
habita entre los sueños de una serpiente bejuquera
y los gritos de un mico mochilero.
En el camino de Mackutama a Seiyua
se observan todos los rincones sagrados para el pagamento,
donde los hijos de la tierra negra tributan a la vida.
¡Kuru kuu! ¡Kuru kuu!... En Chibillongui se escucha
la canción de la luna sobre los hombres y sus sombras:
“...animalillos de luz y pensamiento
en mundo de fuego y canto.
Se les pide armonía en los pasos
y, en la muerte, renacimiento”.
Talourumana
En Talourumana cuelgan, a mi llegada, un chinchorro de curricán
y me ofrecen agua de maíz amarillo para refrescar las palabras
Allí encuentro a mi joven primo Arietush,
hablando, desde el sueño. con los comejenes de la enramada.
Al saludarlo preparamos viaje hacia el cementerio familiar, en Epitsü.
Cuatro chivos rondan, sigilosos, nuestra conversación.
El anciano Saachon humedece a los caballos
y nos despide con dos botellas de Ishiruna.
Los niños nos gritan:
¡Van hacia las estrellas!
¡Van hacia las estrellas!
Y lanzan sus flechitas al cielo
que caen vencidas al pié de un árbol de olivo.
Desde el camino nos reímos, pues, sólo regresaremos
cuando Iwa (las Pléyades) vuelva a iluminar.
Confesión
Nací en los senderos del sur de Abya Yala: la serpiente y el jaguar
me recibieron del misterio suficiente...para guiarme hacia el misterio
insuficiente.
Ayunado entre las hojas de la Ayahuasa y la Ayapana.
Destinado
para la recolección delos guijarros desde los Andes hasta las Rocosas.
He vivido del agua fresca de mi tía cerca del Cotopaxi.
Mi familia se extiende aún en los verdes del Vaupés, donde me ungüentan para el amor y, también, en los lares del Oayapok los cuales camino
en medio de espantos y mujeres señoritas.
Tengo una guarida en los altos de Canaima...y siempre me esperan en las esquinas breves del Cuzco o bajo la sombra de un árbol en el Gran Chaco. Mi espíritu tiene un lugar en la Gran Casa de los Hombres de los Bororo del Amazonas.
Una mujer negra del Baudó, de lengua Cuna, me sigue amamantando.
La Coca y el Maíz continúan floreciendo.
Miguel ángel López (Vito Apshana) nació en 1965 en Carraipia, población cercana a Maicao, La Guajira, Colombia. Poeta, profesor de la Universidad de la Guajira y productor de televisión. Obra poética: Contrabandeo sueños con arijunas cercanos, 1993 y Encuentros en los senderos de Abya Yala, premio Casa de las Américas. Cuando cumplió 13 años, dejó su tierra natal y se fue a estudiar a Medellín. En medio de montañas, y rodeado de personas que le insistían que siguiera en la ciudad, se dio cuenta de que algo estaba mal en su vida: no sabía realmente quién era. Con esa duda enquistada en su mente terminó su bachillerato. Cuando estaba a punto de registrarse en la universidad decidió renunciar a una educación formal y regresó a La Guajira, la tierra de sus padres y abuelos. “Se dice que es pastor y contrabandista de sueños. Nos trae razones del mañana, a la que considera su hermana, o de su abuela, que es el sueño” (Juan Manuel Roca).
Acerca del valor del lenguaje poético entre los pueblos ancestrales, manifiesta: “La Palabra, en el pensamiento mítico indígena, ha sido creada principalmente para anunciar la Poesía. Para hacerla acto consciente en la memoria colectiva: como pintura invisible que se describe. “La Palabra se justifica en tanto actúa como red de pesca, en donde la Poesía es puesta en situación… redescubierta desde el lenguaje de la piel hacia la enunciación que la señala en la fugacidad, en la reiteración y en lo inabarcable. La Poesía es un componente estructurante y hacedor de lo cotidiano, común y fatigante, presencial e inatrapable, sombra insinuante…
luz de los bordes, aire minúsculo entre las hierbas, aura envolvente en las siestas; la Palabra al nombrarla anuncia su estela, pregona su cercanía o su reciente partida; pero no le está dada atrapar su esencia. Sin embargo ello es suficiente. Entre los antiguos Mexicas (México prehispánico) la Poesía era anunciada desde la palabra compuesta: Xóchitl-Tlatolli, que viene de las palabras Xóchitl: Flor y Tlatolli: Palabra. La Palabra-Flor.
“Así es la Poesía: aroma, color, polen, rocío… la Palabra anuncia su esencia, con su red de pesca; pero jamás logra retener y manipular dicha esencia. El sumun de la palabra poética sólo sigue el rastro de la poesía...”