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Fernando Cazón Vera (Ecuador)

Fotografía tomada de El Universo

Por: Fernando Cazón Vera

 

Inéditos

Del mensaje inútil

En esta arena quedan escritas las palabras del viento que él mismo se encargará de borrar por distintas y válidas razones

ya porque es un exigente perfeccionista y nada de lo suyo, definitivamente, llega alguna vez a convencerlo

ya porque necesariamente tiene que hacerlo así para no dejar prueba, ni confesión alguna, vale más su inocencia

ya porque el mundo es variable, mudable, impredecible y todo lo que se diga o se afirme ahora, después ya no tendrá sentido ni validez alguna

o ya porque el viento es un trovador, un oscuro filósofo, un redentor perseguido o un predicador en el desierto

que duda del poder de la palabra escrita

 

La caza

Hermosa, el cazador te sigue,
te persigue, te acecha;
huele tus pasos,
otea el tiempo que lo acosa,
mide perfectamente tus distancias,
rastrea tus olvidos,
calcula, con aproximación que es casi exacta,
la altura de tu cuello,
el simultáneo peso de tus senos,
el ángulo que forman tus piernas cuando amas,
el vértice del pubis,
el secretro orden de tus huesos;
después lanza la piedra sin esconder la mano,
dispara bala o flecha,
roca o fuego,
confundiendo a lo lejos la sombra del venado
o las alas del ave que fuga del señuelo;
así, de esta manera,
el cazador puede quedar cazado
o, final y obviamente,
caer atrapado en su tramposa trampa;
hermosa, yo me rindo, me entrego, me retiro
ante tu imposible carnada
en vez de hacer ridículas maniobras en el aire.

 

Hara kiri

el samurai derrotado
se hace el hara kiri

como si, en realidad,
se masturbara
sensualizado por la muerte

es su único sexo
la ya depuesta espada

el semen final
su estéril sangre

ah, esa terrible humillación
de la victoria ajena

que por cambiar de mano
lo ha dejado impotente

               De Rompecabezas

 


YO NO HE VENIDO PARA VENCER…
 

Yo no he venido a vencer,
He venido a preguntar tan sólo
en dónde se encuentra la victoria.  

Vengo a vivir con la alegría de todos
Y a compartir la tristeza de nadie.
Vengo a partir el pan con un mendigo
para saber quê bendición me pone.  

Vengo a pisar la calle
para meterme en la costumbre. 

Vengo a reír con la primera broma,
a sollozar con la primera pena,
:1 entusiasmarme con cualquier noticia.   

Vengo a llorar, a cantar,
a bailar en la primera fiesta,
a encenderle la ruta a los cadáveres,
a dividirme entre todos,
a vivir,
a conocerlos.  

Yo no he venido a vencer,
he venido a preguntar tan sólo
 en dónde se encuentra la victoria. 

 

LA DUDA 
MANICOMIO 1962
 

Los locos se graduaron:
de Napoleón el uno,
la más bella de Ofélia
y el orate mayor
llegó a ser General
después de derrotar a sus molinos. 

El más humilde se graduó de perro. 

Outro llegó a ser nube
para poder besar a la jirafa. 

Pero, cosa rara,
habiéndolo podido,
nadie quiso ser Dios.
 

 

DEL PECADO ORIGINAL
 

Y somos hijos del amor, lo somos.
Descendemos de su acto más cabal, descendemos. 

Del amor que acaricia,
que muerde, que transforma 

y que a sombra rompe
los secretos más hondos de la piel que se entrega. 

Pero a veces, no sé, me da la idea,
de que no han fornicado por nosotros. 

 

APACIBLE MISTERIO

 

Qué pensará de mí la humilde bestia
que come hierba y que espanta moscas con el rabo.
Qué pensará de mí, digo, si me viera llorando
cuando a su lado cruzo bajo um cielo sereno.
Ella que tiene tiempo de pensar, ella que pasa
tranquila y silenciosa por los verdes potreros.
Tal vez no le enseñaron todavia a ser triste
y es buena porque nada tiene que hacer por ella.
Pero ha de pensar algo si me viera llorando,
tal vez de otra manera, imaginando otras cosas
sin asombro ni lástima.
Pobre de mí que lloro, feliz de ella que pasa
tras su misma mirada tranquila las moscas con el rabo.

 

 
EL ILUSIONISTA

 
Yo sacaré un fantasma del sombrero,
un ángel de la manga,
una sombra del traje,
una apagada estrella del bolsillo. 

Sacaré de la espalda una joroba
que tocarán como amuleto
las vacías manos de los desheredados de la suerte. 

Del cuello sacaré una corbata fálica
y los redondos nudos del ahorcado. 

De la bragueta saldrán flores y palomas
y barcos
         aptos para ser mirados por
         jóvenes pálidos y doncellas
         nerviosas que se masturban
         en las panzudas horas de la
         siesta 

Del fondo del baúl levantaré un cadáver
que volverá a morirse para cada función
exactamente
         no sin antes agradecer
         los aplausos del público.

 


LO IRREMEDIABLE

 
Solamente porque no me amaste.
Solamente porque no ha sucedido lo entrañable.
Y un día vino después del outro.
Y la noche tendió de nuevo el solitário lecho.

Solamente porque mi cuerpo se estrelló contra el limite.


Fernando Cazón Vera nació en Quito, Ecuador, en 1935. Ha publicado casi una veintena de libros, entre ellos: Las canciones salvadas (1956); La Misa, La Guitarra Rota (1966); El Extraño (1968); Poemas comprometidos (1972); El libro de las paradojas (Premio Nacional de Poesía de la Universidad Central del Ecuador, 1977); Rompecabezas (1986); Este pequeño mundo (1996) y A fuego lento (1998); Relevo de prueba (2005); De puertas para afuera (2016).

Ha ejercido el periodismo como jefe de redacción de varios diarios guayaquileños y también la docencia universitaria. Fue Presidente del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

Última actualización: 09/11/2021