John Hegley, Inglaterra
Por:
John Hegley
Traductor:
David Almario
(Inéditos)
Miseria
Yo no soy una persona alegre
Yo no soy un tipo feliz
Me siento como un pedazo de estiércol en el ojo
del universo
La gente dice las cosas podrían ser peores
pero mienten.
Estoy en un mar de problemas
sin poder nadar
y estoy lejos de mi alcance,
estoy en un limbo
y alguien con una motosierra
sube por el árbol,
la vida es como una dona de crema sin crema
y sin dona.
Si no puedes encontrar amor
Si nadie quiere saber tus secretos.
Si no tienes a quien susurrarle tu nombre
Si en las noches no llegan los besos.
Si en el juego de la vida no encuentras
ese ingrediente vital,
hay una salida a la mano.
Si sufres una gran pena
que te esos peniques cayendo
de las nubes altas
si no puedes encontrar amor
pon tu mano en un guante de cocina.
Si quieres algo realmente hermoso
que tal algún bisteck y pasteles de riñón
apuéstale a algo sabroso
papas chorriadas
no hay que mirar atrás
cuando las hayas pelado.
Si no puedes encontrar amor
empieza a cocinar,
aquellos "blues" no se pondrán a ojear,
hazlo caliente y hazlo rico,
haz algún pastel fantástico.
Si no puedes encontrar amor no te debes quejar,
puedes escuchar tu panza temblar,
si no puedes amar sal de la cama
puedes engordarte mejor en la cocina
y en vez de mezclar almas,
mezcla en las palanganas,
¿quién necesita amor mientras amasa un pan?
si no puedes encontrar amor
mete la cabeza en el horno.
Mira papá
Ahora, convirtiendo el agua en vino
puedes ganar muchos adeptos
y está bien pelear con los Fariseos
y hacer saber a la gente que todas las riquezas son para la "nata"
esa es toda la parte del mensaje que es mía
(toda mía)
Pero sin duda el aspecto del trabajo que es más implorante
sobre y por encima de la fe y la sanación de los leprosos
es estar de pie sobre el gran océano.
Oh siempre me encuentro en casa
cuando estoy rengueando sobre la espuma
caminar sobre el agua es un regalo divino para mí.
Levantar a Lázaro está bien para mejorar el perfil
y multiplicar peces debe ser magnífico
pero prefiero estar moviéndome en el ondulante ondulante océano
tengo una afición por pasearme sobre el mar
(oh, ¡déjame confesártelo!)
Tu dominical resurrección matutina
y tus piedras rodantes
no son un parche sobre el ropero ambulante de Davy Jones
Soy un escándalo sobre mis piernas marinas créeme
cómo me gustaría ver las miradas fijas
quand je me promène sur la mer
caminando sobre el agua
es lo mejor para mí
(y mi cachorro)
Sentimientos fogosos
en su aliento mutuo
en su deseo deslumbrante
en su retorcimiento de lenguas
en su oleaje de sometimiento
en su retozante frenesí
en su furor por fusionarse
en su farfullar febril
en su desaforado desabrocheo de botones y braguetas
el cura recuerda a los recién casados
que un beso simbólico es suficiente
*
Amistad
En este barco de amigos
si tu corazón se hundiese
felizmente saltaría por la borda
y me sumergiría profundo
en la mar de tus problemas.
*
Gafas bien, lentillas mal
En el abrazo de mis gafas
acepto abiertamente mi vulnerabilidad
y afirmo mi aceptación de ayuda externa.
A parte de proveer reconocimiento público
de la imperfección de mi vista
mis gafas son una celebración simbólica
de la grandísima imperfección que es la humana condición.
En cambio las lentillas son un ocultamiento de la falta
fingen la autosuficiencia del individuo
y contribuyen a un culto de sofocante normalidad,
son aquello que debería ser apartado de tu visión:
son una negación de uno mismo
son una negación del otro
son una traición a la humanidad.
*
Las gafas del abuelo
No solíamos hacer preguntas
acerca de sus gafas.
Las necesitaba para ver la tele
y punto
pero un día
no pudo ver la tele más
ya no necesitaría sus gafas.
¿Qué podíamos hacer?
Tirar las gafas no parecía correcto
y no tenía sentido enterrarlas con él
porque
a. sus ojos estaban cerrados
y b. ninguno de nosotros creía en la existencia de la tele en el más allá.
La familia se reunió
y después de la gran discusión
concluimos con dos posibilidades
a. encontrar a alguien con gafas como las del abuelo
y darle las gafas
y b. encontrar a alguien con gafas como las del abuelo
y venderle las gafas.
John Hegley nació en Newington Green, Islington, Inglaterra, en octubre de 1953. Es poeta, comediante, músico. Posteriormente se trasladó a Luton donde transcurrió la mayor parte de su niñez y la totalidad de su tiempo como scout. Ha publicado varios libros, entre ellos: Glad to Wear Glasses (1990), Can I come Down Dad? (1991), FiveSugars Please (1993), These Were Your Fathers (1994), Love Cuts (1995); Confeti sin cortar (Methuen 2006); The Ropes: Poems To Hold On To (editor con Sophie Hannah) (Diamond Twig 2008); Las aventuras de Monsieur Robinet (Donut Press 2009); Stanley's Stick (Libros infantiles de Hodder 2012); Paz, amor y papas (Cola de serpiente 2012); Patatas nuevas y seleccionadas (Bloodaxe Books Ltd 2013); Soy un poeta: una AZ de poemas sobre personas, mascotas y otras criaturas (Frances Lincoln Children's Books 2013). Ha desplegado su actividad en festivales, en la radio, en la televisión y en el teatro. También ha grabado una colección de canciones y poemas titulada Saint and Blurry.