Leonel Lienlaf (Nación Mapuche, Chile)
Por: Leonel Lienlaf
(Inéditos)
Baile sagrado
El mar ha vuelto
elevándose grueso
sobre el solitario cerro tren-tren
y sobre las piedras
va dejando su palabra
Bailan las culebras,
allá arriba
esperando a la luna,
Bailan las olas allá abajo,
esperando el rocío de kai-kai.
Y el sol cae pesado
sobre su espalda
Tras la hilera de las piedras
kalfukura sueña
A pie
a la caída del sol
me descolgué
por la tierra de los árboles
quinquen
y el miedo de mi sombra se durmió
abrazado por el canto del estero.
Extiende su manta
la madrugada sobre el lago
un viento suave
me despierta
weyeltue
gritan los pájaros al amanecer
weyeltue
y mis sueños galopan
tras las montañas
Bajan gritando
Bajan gritando
ellos sobre los campos
silbando por los esteros
corro a ver a mi gente
a mi sangre
pero ya están tendidos
sobre el suelo
sobre ellos pasan los huincas
hiriendo de muerte la tierra
dividiendo mi corazón
Entré en busca de mi calor
A mi casa ardiendo
Brotó el estero de mis lágrimas lloviendo sobre mis pies
Ustedes ¿entienden mis lágrimas?
Escuchen al aire explicarlas
Están pasando los años,
Están pasando los nidos
Sobre el fuego
Está pasando la tierra
Y ya me estoy perdiendo entre las palabras
Escuchen hablar a mis lágrimas
Temuco-Ciudad
El río Cautín
en el medio
baja llorando
por Temuco
llora.
El cerro Ñielol
sentado mira
grandes casas
Casas que no son
de mapuches,
piensa.
Temuco-ciudad
debajo de ti
están durmiendo
mis antepasados.
Soñando en su sueño
están ellos
y corre en el río
su sangre.
Amanecer
Di vueltas en torno a mi vida
y me miré en una laguna,
más azul se puso entonces el
cielo
y a lo lejos
más roja aún se veía mi sangre.
Pero llega la mañana
y las diucas
me sobresaltan inquietándome.
Pasos sobre tu rostro
Madre, sobre tu rostro, con un
traje desconocido
apareció el murmullo del agua.
Todos los recuerdos presentes
envolvían ese sonido
y algo me miró.
Yo era un tronco formado
por miles de caras
que salían de tu rostro.
Por el tronco caminé a través
de cientos de generaciones
sufriendo, riendo,
y vi una cruz que me cortaba la
cabeza
y vi una espada que me bendecía
antes de mi muerte.
Soy el tronco, madre
el que arde
en el fuego de nuestra ruka.
Palabras dichas
"Es otra tu palabra"
me habló el copihue,
me habló la tierra.
Casi lloré.
"Tus lágrimas debes
dársela a las flores"
me habló el pájato chucao.
Wüdko
Los pájaros wüdko
le contaron mis sueños a los
bosques
le dijeron que yo era el silencio
que los había despertado
y que me habían visto correr
detrás de mi sombra fugitiva.
Le contaron también a la noche
que me vieron dormir en el día
y que muchas veces mi canto
se perdía entre las espinas.
El sueño de Mañkean
Hace muchos pasos atrás
(cuando estos años aun no se soñaban)
bajaron mis pies en un segundo.
Bajaron un día
con el suave canto de la brisa
a buscar el beso de la piedra.
Cerca de la madre de las aguas
me miró la piedra en flor
y en el choque incesante de las olas
me abrazó su espíritu.
Acaricié entonces mi corazón
y encendí con fuego mi camino
para vigilar el sueño del sol
y el baile de las estrellas.
Mi risa es el sol del mediodía,
mis lágrimas las vertientes,
mi dormir es el descanso del amor
y mi despertar la vida de los peces.
Es así mi existir,
es así mi palabra
y las aguas me continúan cantando.
Leonel Lienlaf (Alepue, provincia de Valdivia, 23 de junio de 1969) poeta indígena mapuche, reside en Temuco, Chile. Ha publicado, entre otros, los libros: Se ha despertado el ave de mi corazón, poemario bilingüe, Editorial Universitaria, Santiago, 1989; Canto y poesía mapuche, disco compacto; Palabras soñadas (Pewma Dungu), poemario bilingüe, LOM Ediciones, Santiago, 2003; Voces mapuches, antología editada por Carlos Aldunate y Lienlaf con xilografías de Santos Chávez; Museo Chileno de Arte Precolombino, 2002; Etnosemiótica de la literatura oral mapuche, con Carlos Aldunate y Pedro Megge; Comicyt, 1991; Kogen, poesía, Del Aire Editores, 2014; Epu zuam, poemario bilingüe, Ediciones Cagtén, Temuco, 2016; La luz cae vertical, antología bilingüe, Lumen, Santiago, 2018.
Para Leonel Lienlaf "la poesía es la hazaña y el sentimiento de su raza, puestos en su lengua natal, el mapudungún, es decir, poesía cantada".