Luis Bravo (Uruguay)
Por: Luis Bravo
En el contorno del espejo
La poesía es la pesca con candil, vislumbre
de peces en la oscura libertad de las mareas.
Es papel de luna bajo la noche marinera,
collar de signos en el cuello del abismo.
Ánima escurridiza en un cuerpo de palabras,
voz que a sí misma se traduce, la poesía.
La poesía da en el blanco corazón de la inocencia.
Un asceta del lenguaje la perpetra,
y profana lo consagrado, que ya no brilla.
La poesía en lo sagrado se ejercita.
Oro en polvo es la poesía,
y es el viento que esparce el enigma.
La poesía es la sal de la duda,
la tensa paradoja,
acaso ramas de un mismo árbol con la filosofía;
pero es nómade de certezas, la poesía.
Es tiempo que pasa como si no pasara el tiempo;
es la infancia o cada instante es un milenio.
La poesía es un arte muy antiguo
con su aguja de agua a campo traviesa
palabras que prefieren no decirse:
viaja a los reinos que la habitan,
como la piedra, y resiste
en la celebración.
La poesía descendió del mismo árbol que los monos de Darwin,
pero no hay evolución en su antropología,
-el lenguaje es un atributo de la poesía,
atributo que ignoramos porque nos ignoramos-.
Su topografía no está en el mapa de las manos;
es como los ríos, el diluvio de un alma que desborda.
La poesía es el olvido, dice el poeta ciego,
desteje, largamente, su ser a destiempo.
Ella sabe que vivimos en la piel de un espejismo,
por eso sueña la poesía a la poesía.
En el canto amarillo de los gallos
está la poesía que arde;
en el agua mansa
de los náufragos del placer, murmura.
No puede decirse a ciencia cierta el color
de la poesía: con sangre escribe y hace pactos
con las tretas de dios y las verdades del diablo.
Y sólo es bella la poesía, a los ojos de la belleza que la mira.
El estallido
es una estrella atravesando el nervio
el estallido no se escucha
se presiente, como el relámpago
: la caída del rayo, su trayectoria,
como esquirlas que se incrustan
entre el corazón y el estómago
el estallido es una marca indeleble
si la estrella cae a tus pies
y tú con ella:
"te llevará años escalar el cráter
volver del humus sagrado entre carbones
y a cada tormenta
el cielo te cruzará el pecho con sus estalactitas de nácar"
el estallido es esa voz que viene de ti,
_una estrella atravesando el nervio_
a la que tendrás que obedecer,
a ciegas: lineazo eléctrico de la fe.
(derivaciones)
1
el estallido es una evidencia de la que no podrás librarte
una vez ejercida su acción propiciatoria
2
Son múltiples los estallidos espejeantes en la superficie
sólo la hondura alcanza a demoler la incertidumbre
3
¿qué cosa quiere aquel que quiere aquello que desea?
¿quiere el fluido incesante de aquello que al ser será piedra?
4
la carne ardiente
el corazón ardiente, la ardiente carne del corazón
el ardiente corazón hecho carne
(¿qué cosa quiere aquel que quiere aquello que desea?)
5
y quiero estar
y no estar
al mismo tiempo.
Como una cuerda que al sonar
revienta
6
el fino desmayo de las horas
se disputa:
el placer o la peste
7
en el estallido
el presente se esconde tras una fina película
puedes abandonarte a la fuerza centrípeta del remolino
_la trituradora de la paradoja está en el centro_
serás devorado hacia territorio desconocido: black hole,
cambio de piel, capricho de la química de los cuerpos.
Luis Bravo nació en Montevideo, Uruguay, en 1957. Es Poeta, crítico literario, editor y docente egresado del Instituto de Profesores (IPA) del Uruguay. Actualmente es profesor de la Universidad Oriental del Uruguay en la Facultad de Diseño y Comunicación, y es catedrático de Literatura General (Universal) III del Instituto de Profesores (IPA) del Uruguay. En una beca de postgrado obtuvo título como Profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Cooperación Iberoamericana (I.C.I.), Madrid, España, en 1990. Su último libro de poemas Árbol Veloz, es una obra multimedia, (que contó con la valiosa colaboración de Silvina Rusinek en la realización informática), que fue publicada en libro y cd rom (Ediciones Trilce, Montevideo, 1998) y en cassette (Ayuí/ Tacuabé, 1998).