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Fredy Chicangana (Nación Yanacona, Colombia)

Espíritus de la noche

El cuerpo de la noche desnuda
trae nuestros muertos en luces multicolores
que como círculos diminutos nos examinan
y nos hacen vibrar de alegría y de miedo
a estos espacios lejanos habitados por siempre
ellos -los muertos- acuden a cuidar sus chagras,
sus seres queridos, sus chozas, sus amores secretos.

Pero esta noche temida y amada
trae también los espíritus malos y buenos
los que zumban como el colibrí nocturno
entre el relampagueo y los ríos (waikos) bravíos
anunciando la lluvia o el verano según su chillido

Trae los espíritus Aukas que son niño y niña
memoria del tiempo cuando fueron sangre para los Dioses,
para los Wuaikos,
para los Urkos y Volcanes sagrados.

Noche de fuego es también;
la luciérnaga que persigue la sombra de nuestros cuerpos
y apaga su vida entre viejos troncos
que vibran bajo su luz.

 

El durazno en tía julia

 

Y un día en mi memoria
de rojos geranios y loros waunanas
la voz de tía julia se trepo al durazno;
acarició suavemente al viento y
palmoteó mi espalda. Doblo la esquina de
mi remota huella y se quedo dormida en la mitad del tiempo.
Desde mi recuerdo, se agolpan entonces, las pequeñas hormigas
de la tía Julia;
las hormigas que siempre husmeaban por entre los diarios,
las que hundían sus labios entre hermosas piñas y verdes curubas,
aquellas que desnudaban cebollas y ajos para comidas futuras.
Incansables hormigas
que se marchitaron entre el fuego ardiente y

  /la harina cocida.

Hoy ya no estas tía Julia,

  /así es la vida.

Un mes antes de tu muerte, los Yanaconas ya lo sabíamos. Se lo dijo Yolanda
a tu sobrina Esperanza cuando el durazno floreció como nunca y el dulce era
suave como tu espíritu

  /la flor del durazno esta anunciando la muerte

del que abonó la raíz,

  /esta llorando la ausencia de la mano amiga,
  /se esta alimentando de la flor de la vida para avisar la muerte.
  /y te fuiste,

y como el durazno vivimos tu ausencia. Hoy nos vestimos de flores
para recordar tu mano,
tu espíritu inquieto ante el mundo del indio,
el zas de tus chanclas trepando incómodamente por las escaleras,
las canas con las que el viento bromeaba,
la menudita sombra de explosión de vocales,
aquella mirada redonda y perdida como la rutina, mirada de encierro como
aquella del loro waunana

  /que sobre el patio canta con sus alas rotas.

De ti y para ti lo mejor del durazno tía Julia
aun eres vida desde las cenizas que desde el patio anida polluelos y aroma
geranios.

 

Soy Yanacona

 

Soy Yanacona
de tierra americana
de los rebeldes del Macizo amado.

Yo reivindico a los Yanas de fuego
a los hijos y adoradores de Jucas,
a los Yanas que son serpiente.

Vengo desde mi piel de agua
y soy fruta de páramo.

Traigo el misterio y la altivez de la llama
soy Yanacona,
de aquellos que se levantan desde las cenizas
de los que hacen fuego
con la última brasa.

Soy pueblo;
soy de maíz y de barro
soy tierra ancestral
placenta viva
en el fondo de América.


Fredy Chicangana es un poeta indígena del Pueblo Yanacona de Colombia. Ganador del premio Poesía Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, año 1995. Sus poemas han sido publicados por variadas revistas y periódicos nacionales e internacionales, igualmente en el libro Womain, Poesía Indígena y Gitana contemporánea de Colombia, Bogotá año 2000, siendo merecedor a participar en la publicación Antología de Literatura Indígena de América en Chile en 1998 . Ha participado en encuentros continentales de Escritores en Lenguas Indígenas. Con su trabajo literario ha venido participando activamente en el fortalecimiento de la cultura Yanacona, siendo miembro fundador y representante del grupo Yanamauta, que es, conocimiento y saberes yanaconas. Igualmente ha venido acompañando los trabajos que adelanta el Cabildo Mayor de su Pueblo Yanacona para el florecimiento de la palabra. Actualmente, prepara su libro que tendrá como nombre «El colibrí de la noche desnuda y otros poemas del fuego».

 

Última actualización: 29/09/2023