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Ales Steger, Eslovenia

Tomade de Gezett

Por: Ales Steger
Traductor: Eslovaco-ingles: Andrew Wachtel / Ingles-español: Carlos Bedoya

           Inéditos en español

Cuando era niño    

Cuando era niño leí
Acerca de las dos formas en que mueren las estrellas.
La primera es que las estrellas empiezan
A enfriarse. Durante millones de años
Se desgastan dando luz y calor.
Cada posible elemento viviente muere
Hasta el final convirtiéndose en
Frío eterno, el horizonte de una muerta gigantesca.
La otro es que la estrella empieza
A contraerse. Durante millones de años
Cada uno de sus átomos, cada rayo de luz,
Cada deseo, pensamiento y esperanza
Presiona hacia un centro inexistente.
Su proceso de muerte termina cuando
La estrella entera, junto con toda su atmósfera,
Ha sido comprimida hasta el tamaño de una pelota de tenis.
Todo se torna centro,
Gravedad y masa infinita.
Cuando era niño leí
Acerca de las dos formas en que mueren las estrellas.
Cuando el niño crece,
Cada cumpleaños se convierte en la sola repetición
De uno u otro tipo de muerte:
El nacimiento de la civilización, el origen de la poesía.
Dos veces nací y dos veces
Perdió mi padre sus esperanzas en mí.
Hurgas demasiado en los libros,
Dijo. Eso es malo para tu salud.
Estarías mejor si pudieses finalmente aprender
a sostener una raqueta de tennis
Y a impulsar la pelota sobre la malla.

 

Protuberancias

Mudas explosiones de iones. Energía suspendida en un símbolo.
Antigravedad. Danza magnética en óseos descarnamientos.
Protuberancias.
Con el ojo desnudo uno sólo ve tan sólo
Cuando el cuerpo es comprimido hacia la oscuridad
Totalmente abandonado, así como el cuerpo
De un paciente se entrega
a las manos impasibles de técnicos que justo
han cerrado tras ellos la puerta del gabinete de rayos X.
Ellos lo dejaron consigo mismo y la máquina.
El delantal de plástico oscilando sobre su pecho.
Un relámpago, quizás fatídico.
Protuberancias.
Por ninguna buena razón, a 93 millones de millas,
En la cromosfera del Sol,
Masas de gas blanco-caliente en movimiento.
Se alejan y se desbocan a gran velocidad
Hacia el universo.
Un rayo. Difícilmente perceptible.
Protuberancias.
Protuberancias.
Ser la longitud de onda verbal de los rayos de luz
Que viajan a través de memorias y carne.
Registrando las heridas
Puedes sanar a los lisiados por este mundo.

 

Ven, Tumi

Ven, Tumi
Ven a través de la vasta pampa
En mis ojos,
Déjame tender bajo las oscuras nubes.

Como esperma, Tumi
Como esperma reduces a cenizas a aquellos
Que miran dentro de ti: yo sé,
Yo te vi, Tumi, a través
De la expandida ventana de un tren en aceleración
te vi en primer plano
De pie, volviéndote más y más grande
Sobre un talud sin árboles
Cada vez más poderoso.

Te pedí que vinieras
Entonces,
Las llamas volaron a través del cielo
Y la niebla se unió a la niebla
Cuando tú los arrojaste, Tumi,
Los arrojaste como la negra nieve
Que resplandece bajo las escamas
e una serpiente, en las fauces de un puma,
Entre las huesudas alas de un cóndor.
Negra nieve.
En la estratosfera, los rápidos del río, las vigas de la mina.
Tumi,
Tu lustroso dedo gordo, Tumi,
Tu frío dedo gordo, Tumi
Lamiéndolo con palabras
Amamantándome de él
Cada vez más cerca de ti
Sólo un poco más, un milímetro más cerca del mañana
Entonces, sí.
Entonces, si no te eriges sobre mi
Yo que estoy aquí, Tumi,
Si no te libras de tu decapitador,
Si me dejas y no
Lo liberas desde tu oscura frontera de nieves,
En la que estoy atrapado,
Entonces, Tumi,
Entonces será un placer, Tumi,
Que me dejes, Tumi,
Que te vayas lejos, Tú
De mí.

 

 

Canción


Nos despedimos hace apenas cinco minutos
Antes de que yo apagara las luces.
Porque el poema que esperaste todo el día
No era ese, enumero simplemente lo que es.
Tenemos: cansados libros sobre la mesa,
Plantas que han doblado sus hojas y duermen ahora,
El zumbido de la TV y sobre la mesa
Una polilla agitándose,
Fatalmente enamorada de la luz.
Resta solamente un minuto. Treinta segundos.
Ahora estoy desnudo y en la cama. Te oigo:
Diez, nueve, pero-¿Habré olvidado algo?
Seis, sí, cinco, olvidaba el cuatro,
Tres, pero ahora son dos y, también, para eso,
Es demasiado tarde. Sólo puedo
Plegar firmemente mis alas
Y ansiar que me despiertes en cero.


Ales Steger nació en Ptuj, Eslovenia, el 31 de mayo de 1973. Estudio Literatura Comparada y Alemán en la Facultad de Artes de Ljubljana. Además de poeta es escritor de libros de viajes, traductor del alemán (Gottfried Benn). Trabaja como editor en la Editorial Studenska zalozba y es uno de los fundadores del Festival Internacional de Poesía Días de vino y poesía, en su país. Obras: Sahovnice ur, MK, 1995 (poesía), Kasmir, Nova revija, 1997 (poesía), Vcasih je januar sredi poletja, Beletrina, 1999 (Libro de viaje sobre el Perú). Steger recibió el Premio de la Feria del Libro de Slovenia, al mejor primer libro editado, en 1996 y el Veronika prize por la mejor colección de poesía eslovena del año, en 1998; Knjiga teles (The Book of Bodies) 2010; Nad nebom pod zemljo, 2015.

Última actualización: 09/01/2022