Tua Forsström, Finlandia
Por:
Tua Forsström
Traductor:
Jesús Pardo
Hasta que te ves cogida
¡Hasta que te ves cogida
y te llevan de aquí!
Alguien llegó un día
y te llevó consigo.
Nunca volverás
a casa. Volverás como un sueño
de noche a los mismos
que quieran conservarte.
Ya no posees nada:
tus oídos, tus sandalias.
Posees tu pobreza.
Alisas los pliegues de tu ropa,
te paseas por el jardín interior
bajo los espaciados
movimientos del sol
en el zodíaco.
Es como si fueses ciega,
como si realmente vieses.
Fue en la sombra
Fue en la sombra de la estancia
verde, a la sombra de los verdes
árboles, bajo la sombra de una nube.
Y fue en uno de esos días
en que las bestias buscan agua,
como nosotros frescor
en un regazo amado o en catedrales,
en canales sombreados por nubes.
Como rasgos de un rostro conocido.
Como una imagen ilumina la noche.
Igual que un nombre nos diluye
contra el oscureciente tapiz nocturno
igual que olvida el claro día
lo que la noche sabe.
Como acercarse demasiado y quemarse
y tartamudear siempre el mismo nombre.
Como olvidar lo que se ha sido
en el seno de alguien.
Como buscar agüeros o pistas.
Como sangrar por heridas secretas.
Como una mano tan acariciada
por otras manos que vienen sin tregua
hasta tropezar y caer en el grijo.
Como nos ciega la excesiva luz
y un ansia penetra luego
durante años días y estancias.
El agua clara se enturbia en un vaso,
ya se oscurece.
Un día miramos en nuestro derredor,
y nuestros amados ya no están allí.
Un día dispersa el olvido
tus cenizas sobre las aguas.
Un vacío lo penetra todo,
una imagen ilumina la noche, hasta que despertamos,
otoñal es la estación, y fría.
Fue en la sombra de la estancia
verde, a la sombra de los verdes
árboles, bajo la sombra de una nube.
Los peces se van a la cama
Los peces se van a la cama cuando cae
la oscuridad, se cubren de arena y yacen
quietos en la noche. Los niños entrecierran los ojos con el dedo
pulgar metido en la boca tras cortinas floreadas. Pero los peces
voladores se ciernen insomnes bajo la luna
a seis metros de altura sobre la superficie del mar, a once mil metros
sobre el fondo del sedimento y fango
de la fosa de las Marianas.
Los muertos soplan
Los muertos soplan a través del sol y la nieve.
Los muertos ya no podrán morir más.
Los muertos tocan la flauta en el agua del mar.
Los muertos son niños olvidados en la noche.
***
Es verano en la pesadilla.
A la puerta de la tienda de vaqueros hace cola una multitud de sombras grises
y una figura entra y sale corriendo, entra y sale
por una puerta presa de extrañas convulsiones, como
en una película incomprensible.
En la playa hay un transistor olvidado
susurrando sus últimas noticias hacia el mar. Por él
se pelean violentamente en alguna parte todavía hoy,
o por alguna otra cosa. De niño
Tom se negó a comer casi del todo
Se quedó como una empalizada en el descuidado prado
que había fuera de casa, con su cabeza redonda y asombrada
asomando entre altramuces y perifollos
Madre le cantaba «Duérmete mi niño» para consolarlo,
entonces él rompía a llorar. Después
alguien ha volcado bloques de piedra en el camino
Es que quieren fotografiarnos y
miniaturizar las imágenes hasta la irreconocibilidad
Y las irreconocibles imágenes
nos miniaturizan hasta la irreconocibilidad
Y ahora es de noche en las calles de alguna ciudad grande,
un hombre avanza tambaleándose hasta la resplandeciente
cabina telefónica de la estación
Marca un número y dice
«Perdone que hable de mí mismo»
Mañana llamará y dirá
«Perdone, no quería decir nada»
pero nadie contesta ya, él dice
«No vas a hablar, ¿verdad?»
Y la mañana es como fiebre y guerra
en su cabeza. Echa a andar
Traducción de Francisco J. Uriz
Tua Forsström nació en Porvoo, Finlandia, en 1947. Estudió Humanidades en la Universidad de Helsinki y trabajó durante veinte años en una editorial. Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: En Dikt om kärlek och Annat (Poema de amor y de otras cosas, 1967); Där Anteckningarma Slutar (Donde terminan las anotaciones, 1976); Tallört (Monótropo, 1979); September (Septiembre, 1983); Snöleopard (Leopardo de las nieves, 1987); Marianergraven, ett Oratorium (La fosa de las Marianas, Oratorio, 1990); Parkerna (Los parques, 1992) y Antología poética (Endymion, Madrid, 1994). Su libro Tras pasar una noche entre caballos, recibió el Premio Nórdico de las Letras.