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Editorial Prometeo 64

Editorial


Evocando a Malcolm Lowry en El Dragón Nocturno, confesamos que no hemos vivido, que no hay mundo, mientras sopla un viento de arenillas rojas.

Se escucha la explosión de otra bomba. Es luna llena. Hombres y lobos patrullan las calles.

La radio anuncia: “Este año sólo el 20% de la Tierra estará cubierta por árboles: pero cada año se perderá un 1% del total de bosques”.

Hemos decidido quedarnos. Otros se irán. Otros más, se quedarán, aunque ya idos. Alguien más que se queda, calla, “el pobre no tiene remedio”. Las tabernas están llenas de expertos en leer los labios.

La muerte se echa en su tapete, feliz como un perrito que ha comido mucha carne. El desierto supera la tercera parte.

Pero aunque todo parezca perdido, y sigas viendo a obstinados poetas trágicos regresar dando tumbos en sus versos y a sus casas antes del amanecer, así y todo, vendrá el sol de la justicia y tendrá tus ojos, vida nuestra.

Última actualización: 28/06/2018