Javier Naranjo (Colombia)
Por: Javier Naranjo
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
LA DISTRACCIÓN
Y ahora
salgo a la noche con una linterna
para ver el suelo ardido de insectos,
de cosas que caminan
en las plantas y las roen,
cosas
todas también ensimismadas.
Esencia de la escritura
la distracción
EL UNO PARA EL OTRO
Ha llovido tanto tanto
y salgo a orinar en el pasto.
Agua sobre agua.
Los cocuyos asoman,
perforan la noche,
los veo andar en el telón,
encontrarse.
Los veo titilar
el uno para el otro
ESCONDERSE
La prueba
de que todo está vivo
es que todo se esconde.
El deseo de tocar se esconde del cuerpo
y cada cosa
hace escondite con el nombre,
la vida corre
riendo de lo que la mata
y el amor se esconde del amor.
Todo se oculta de lo que lo desea
DESTIERRO DEL DÍA
Un mono
El pequeño mono me mira…
¡quisiera decirme
algo que se le olvida!
José Juan Tablada
Entro a la nata espesa del día, levanto la cabeza y miro con otra atención. La luna desde temprano está puesta en el cielo, la cabeza se eleva desde todo eso y siento que de la grisalla se alza una vida más espléndida, que afuera hay una vida más alta.
Respiro el mismo día que los demás, voy como ellos, vivo vano triste. Pero hay algo más, casi lo puedo tocar… pero no… lo olvido y sigo caminando con el rostro del que ha sido expulsado.
HENDER EL AIRE
Es difícil hender el aire, tocar el día, cuando en la noche giramos esperando en zozobra el milagro de la luz.
Es tan difícil salir erguidos, compuestos, afeitados, si no hay sosiego y sólo islas y sólo náufragos y mar abisal.
PASAN SOMBRAS
Hay una nube que está en el cielo sola. Y ella me cuenta cómo se pierden las cosas en el azul oscuro que es la vida. Cómo se van en esta torpe frase.
Ahora se disuelve, no hay un jirón. Lo que fue se perdió en lo indistinto, el cielo es transparente y tranquilo, detrás de las ventanas iluminadas pasa gente,
pasan sombras, la gata se acomoda en ella misma y los dos contemplamos.
GATOS
Los gatos saben estar y eso es lo que nos cuentan: detenimiento, atención al mundo y al cuerpo que recorren con deleite.
Ellos no se bañan, se reconocen. Maestros en la enseñanza de lo sagrado del cuerpo se regodean, y se abandonan a lo conocido con un fervor que nos hace creer que todo es para siempre.
Los gatos nos muestran que todo gesto es verdadero,
y se van.
RENUNCIAR
El hombre es una planta que se puede transplantar
pero es necesario que eche raíces.
Gastón Bachelard
Acabo de renunciar, de irme, de no saber a dónde. Como si irse fuera siempre por primera vez.
Y veo en esta casa, tocando en la maceta con el dedo, la tierra en la que se hunde la planta.
Algo debo aprender: la tierra en la que hace raíz.
NOCHE LLOVIDA
Ahora llueve y la lluvia trae otros olores y se desata plena sobre el mundo. La gata me acompaña. Los niños duermen, huele a humus, a tierra agradecida.
Todo dice estoy vivo
y luego encontraré reposo.
Y lo que se mueve y camina… lo que no quiere abandonar su lugar porque una raíz… lo sigiloso y el brillo rápido de los ojos, y el desespero del amor errante…
Todo
recibe como una bendición la lluvia.
DE PARTE DE LO PERDIDO
Como no hay que llegar a ninguna parte puedo quedarme moroso en todo:
En la comida que mastico y sabe, y en el prodigio de saberla entiendo lo que perdería por no estar atento. La música que acompaña termina y sé que es música porque no la escucho. Lo que toco se hace visible porque abandono la memoria del cuerpo.
Y digo adiós y acaricio tu nombre.
TODOS LOS QUE HAN MUERTO
Todos los que han muerto tenían cosas que hacer.
Dijeron: mañana hablamos, nos vemos, hasta pronto, nos encontramos en tal parte, y te prometo que.
Todos los que han muerto creyeron que verían al otro día el mundo.
La sombra de su caminar en la tierra,
su rostro amanecido en el espejo.
CONDICIÓN DEL AJENO
Me gusta llegar a un cuarto que no tenga nada mío, ni un cuadro, ni una sábana, mis huellas, ni mi olor. Me gusta saber que nada ahí es mío.
Todo es apenas el rato que duermo en lo provisorio. En la madrugada oigo pasos al otro lado de la puerta, el piso de madera retiembla y afuera en el lavamanos una boca anónima escupe.
Me gusta de ese cuarto de hotel el poco nombre que tiene, los todos nombres que tiene.
Reclino la cabeza en donde tantos la han reposado, y pensaron y sintieron la nada que hay de ellos en todo.
La sangre
Ahora
en los dedos
se recoge la sangre
de la primera falange
se retira
la sangre
es la que toca
sin ella el tacto se aduerme
el tacto
va en la sangre
ella lo arrulla
la sangre es la nana
del tacto
le canta canciones de sueño
y lo enardece
la sangre se contiene
en flujo y en reflujo
sin un cuchillo
que abra
la sangre también asiste
al pensamiento
la sangre piensa en sí
Cada sombra
Cada luz
tiene
su nicho en la casa
y todo en ella
duele
cuando se acomoda
Agua
La casa deriva
en el agua
en la gota que acecha
y quiere estallar
desbordarse
en la mano
oscura
que la escribe
arrecia
en cada gota
y en el hombre
y en su equipaje
llueve
una cosa que moja
llueve
agua
en el animal
que entrega el morro
dócil
al cuchillo
llueve
llueve sangre
en la planta
ávida
que se lame
y aventura zarcillos
llueve
en cada gota
sola
y repetida
en su sonido
desde el principio
Plantas
Si están enfermas
no florecen
y a los ojos de uno
que no sabe ver bien
las muertes lentas
mueren
tan
despacio
que podríamos
sí otra es la velocidad
vernos agonizar
A todos nos asedia
lo que más tarde
o más temprano
nos derrumba
más tarde para qué
o para quién
¿para la torre abolida?
más temprano
para qué
o para quién
¿para el que toma
esa vida
y la ve derrumbarse?
y fue su mano exacta
la que procuró
y fue su rostro
el que vio
morir
al otro rostro
y los ojos
que no saben
si es más tarde
o más temprano
o se cierran
apagándose
y entienden
que todo
es
preciso
Fiesta en casa
En esta casa
todo lo que llega
se afantasma
y entonces no llega
o llega sin poner pie
y apenas un remedo de voz
sostiene
hilo delgado
y atento
a encontrar al otro lado
abismo
y bailamos:
formas de química azules
entre las patas
de los muebles
y entre las mesas
y en las copas firmes
en su certeza
bailamos el baile de la inexistencia
donde ningún pie tropieza
La vida
La vida es la que amontona
los platos sucios
en la cocina
la vida que come
que gasta
que no respeta
lo que se sirve
y va a ser devorado
Cuerpos
El que naufraga
dando tumbos
en la noche
en el cuerpo
del sueño el que queda
anclado
Carreras
«Una carrera es una cosa maravillosa
pero no sirve para acurrucarse
contra ella en una noche fría»
Marilyn Monroe
Todos estamos de carrera
todo se debe a ella
nuestros gestos
las palabras
cualquier tentativa de ir hacia algo
es de carrera
carrera urgente hacia la nada
carrera de cuervos
que se arrancan los ojos
nos graduaremos de materia
¿y después
del gran
del mejor
del que bucea en su lago interior
del que se contempla el rostro
solo
en su pozo
y apesta?
«El que nada se oye
En una alberca de sombra»
Xavier Villaurrutia
Y no saber
si esa
es la mujer que amo
y no saber que amo
la risa
el desenfado
abandona la alberca
que soy
y se presenta a todo
con mi nombre
«Cada minuto el último minuto»
Denise Levertov
Lamer
lo que me ha sido
dado
como las bestias
que descienden
al agua lenta
de la vega
Toda la luz se ha ido
en esta casa
ningún deseo la invoca
y ni la mano
pulsa
la orden correcta
encender lo que se niega
toda la luz
en un vacío
que no puede uno
penetrar
toda la luz
es exigua
pequeña
extraviada
y en los vericuetos
que ella entrega
y opone
nosotros
Baile de dos
El primer paso
en un baile de dos
alguien tiene
que darlo
la mano tímida
que busca
una mano
los pies
que deben encontrarse
pero no tropezar
el lento
juego de los cuerpos
el tanteo
para no hallar abismo
Hijos
Uno
los protege
de morir
uno les evita
el agua ciega
el agua
en la que ciegos
se abandonan
uno los alimenta
los disputa
al rostro
que los sigue
a la boca
ávida
que los llama
Los sin amor
Los sin amor
se acuestan a dormir
como a lo único
que pueden abrazar
los sin amor
aman el sueño
porque ahí
corretean libres
al otro día de lo atado
uncidos
al yugo de lo variable
cabecean prodigiosos
los sin amor
para hundirse
en su propia pavura
y sola saciedad
Que la muerte
no venga
a acezar aquí
entre los cuerpos
que ellos solos
quieren devorarse
sin que otra boca
voraz
los halle
Lo que el día
puede hallar
para nosotros
abandonarse
morir
como en la hierba
un sol último
Javier Naranjo nació en Medellín en 1956. Es poeta, gestor cultural y docente de escritura creativa para niños. Dirigió la Casa de la Cultura de El Carmen de Viboral, donde fundó el grupo literario SAVIA. Ha publicado los libros: Orvalho (Libro compartido, 1990); Silabario, 1994; Casa de Las Estrellas (Recopilación de definiciones infantiles, 1999, 2000, 2006, 2009 y 2013); Lugar de cuerpo ciego, 2006; El Diario de Mammo (para el acercamiento de los niños al arte), 2009; A la sombra animal, 2011; De Parte del Aire (chat), 2011; Los niños piensan la paz (Testimonios infantiles), 2015; La distracción, 2017; Afantasmarnos (A dúo con Orlanda Agudelo, 2017; Perplejo (Poemas escogidos), 2017; Jugar la vida (Talleres y selección de testimonios infantiles, a dúo con Orlanda Agudelo, 2017.
Incluido en diversas antologías poéticas nacionales, fue finalista en dos ocasiones del Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia y del Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus; Finalista del Premio de Poesía El Fuego en las Palabras. Beca de creación de literatura del Ministerio de Cultura, 1994.