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Nuno Júdice, Portugal

Nuno Júdice en el 14º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Nuno Júdice
Traductor: Elkin Obregón para Prometeo

Filosofía

Construyo el pensamiento a pedazos: cada
idea que pongo sobre la mesa es una parte de
lo que pienso; y al ver cada fragmento
volverse un todo, vuelvo a quebrarlo, para evitar
conclusiones.

 

La materia del poema  

                                               

                                                                        Para Salah Stétié

Hay una sustancia en las cosas que no
se pierde cuando las alas de la belleza
la tocan. La perdemos de vista, a veces,
entre las esquinas de la vida; mas
ella nos persigue con su deseo
de permanencia, y viene a contaminarnos
con la divina infección de una fiebre de
eternidad. Los poetas trabajan
esta materia. Sus dedos sacan
el acaso del interior de lo que viene a
su encuentro, y saben que lo improbable
se encuentra en el corazón del instante,
en un cruce de ojos que
la palabra del poema traduce. Leo
lo que escriben; y de la llama que
sus versos alimentan se eleva
el humo que el cielo dispersa, entre
el azul, dejando apenas un
eco de lo que es esencial, y queda.

 

Voz


Oigo la voz que el poema me trae, la voz
fría como la noche más fría del invierno,
la voz de tono caliente como la tarde
en que el sol se demora, la voz dulce como
el fruto recién cogido, de gajos
deshechos en la mano, la voz amarga como
el zumo olvidado en una copa de emociones,
la voz blanca como esa sábana puesta
en la cama del ponente, la voz cortada por el
tajo de las vocales, la voz que se demora
en el oído del poema, y se prolonga
en la voz que dice el poema, cuando lo oigo.

 

Una cuestión de tiempo

Al otro lado de la casa los niños juegan con el tiempo que corre
para que ellos no jueguen con él. En la casa de al lado,
un perro mira el tiempo pasar y para que huya
como un ladrón le ladra. En la calle, el mendigo
pide a todo el mundo la limosna de un tiempo, y todo el mundo
le dice que no tiene tiempo para entregarle. En la cafetería,
pido una taza de tiempo, corto y bien fuerte
porque no tengo tiempo para dormir, aunque
a mi lado hay quien pide una taza bien llena de tiempo
para que el tiempo no se demore bebiendo.
Hay quien corre por falta de tiempo, y el tiempo va
tras él para alcanzarlo. En el metro, la chica
cruza el andén, despacio, como si ella tuviese más tiempo
que todos los que cuentan el tiempo para que no les descuenten
el tiempo. Y cuando me preguntan si yo tengo
tiempo, miro el reloj, como si él
estuviese lleno de tiempo, y pido que saquen de dentro
de él todo el tiempo, y que vacíen hasta el último
segundo, para que me quede tiempo
para ver cuánto tiempo ya pasó.

 

Receta para hacer el azul

Si quieres hacer azul,
agarra un trozo de cielo y mételo en una olla grande,
que puedas llevar al fuego del horizonte;
después mezcla el azul con sobras de rojo
de la madrugada, hasta que se deshaga;
vacía todo en un bacín bien limpio,
para que no quede nada de las impurezas de la tarde.
Finalmente, criba los restos de oro de la arena
del mediodía, hasta que el color se adhiera al fondo de metal.
Si quieres, para que los colores no se desprendan
con el tiempo, deposita en el líquido un corazón de melocotón quemado.
Lo verás deshacerse, sin dejar señal de que alguna vez
allí lo pusiste; y ni el negro de la ceniza dejará restos de ocre
en la superficie dorada. Puedes, entonces, levantar el color
hasta la altura de los ojos, y compararlo con el azul auténtico.
Ambos colores te parecerán semejantes, sin que
puedas distinguir entre uno y otro.
Así lo hice - yo, Abraham ben Judá Ibn Haim,
iluminador de Loulé - y dejé la receta a quien quisiera,
algún día, imitar el cielo.

                  Traducción de Vicente Araguas

 

Antropología

como la piedra, no nació de un volcán,
no formó una isla,
no hirvió el mar en impulsos ansiosos
de cielo.
El hombre, como la planta,
se dobla al paso del ciclón,
se estremece con las mutaciones del
tiempo -como ahora,
cuando traen ya las nubes
un escalofrío de otoño.
Este hombre tiene el fondo ceniciento
de esas nubes, su mirada de amenaza
la insistencia en permanecer- así
sepa que el primer soplo
lo arrebatará del horizonte.

                 Traducción de Elkin Obregón

 

Principios

Podríamos saber un poco más
de la muerte. Pero no sería eso lo que nos haría
desear morir más
aprisa.

Podríamos saber un poco más
de la vida. Tal vez no necesitaríamos vivir
tanto, cuando sólo se precisa saber
que debemos vivir.

Podríamos saber un poco más
del amor. Pero no sería eso lo que nos haría dejar
de amar al saber claramente lo que es el amor, o
amar más todavía al descubrir que, aun así, nada
sabemos del amor.

                        Traducción de Elkin Obregón


Nuno Júdice nació en Mexilhoeira Grande, Portugal, el 29 de abril de 1949. Es un reconocido y prolífico poeta, novelista, ensayista, dramaturgo, editor, profesor universitario y diplomático. Realizó estudios de Filología romana. Obtuvo el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2013. Refiriéndose a su poesía, uno de los jurados, Jaime Sílex, expresó “muy trabajada, de un clasicismo depurado, pero al mismo tiempo con un gran compromiso con la realidad”.

Entre sus más de treinta libros de poemas publicados, encontramos: El mecanismo romántico de la fragmentación (Premio de Poesía Pablo Neruda), 1975; Lira de Liquen (Premio Pen Club, 1985); Las reglas de la perspectiva (Premio Dom Dinis, Fundación Mateus, 1990); Meditación sobre ruinas (Premio de la Asociación de Escritores Portugueses, 1994, Premio Literario Eça de Queiroz, Lisboa, 1995); El estado de los campos (Premio de Poesia Ana Hatherly, Funchal, 2003); Navegación aleatoria (Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2013). Otros de sus libros de poesía: Crítica Doméstica dos Paralelepípedos, 1973; Las innumerables aguas, 1974; La condescendencia del ser, 1988; Enumeración de sombras, 1988; La fuente de la vida, 1997; Raptos, 1998; Teoría general del sentimiento, 1999; Geometría variable, 2005; Las cosas más simples, 2006; La materia del poema, 2008 y El fruto de la gramática, 2014, etc.

Algunas de sus novelas: Plancton, 1981; Adagio, 1984; Vísperas de sombra, 1988; Por todos los siglos (Premio Bordalo, Casa da Imprensa, 1999); El ángel de la tempestad (Premio Fernando Namora, 2004); El enigma de Salomé, 2007; El complejo de Sagitario, 2011, etc.   Algunos de sus ensayos: La era de Orfeo, 1986; El proceso poético, 1992; Las máscaras del poema, 1998; El viaje de las palabras: estudio sobre la poesía, 2005, El ABC de la crítica, 2010, etc.

Links a Nuno Júdice:

-Nuno Júdice: “Me obligo a escribir todos los días, como un oficinista”. Nuno Júdice. El País
-9 poemas de “La materia de la poesía”, de Nuno Júdice y crítica por Chiara De Luca. Vallejo & Co
-‘No tiene sentido escribir para uno mismo’: Nuno Júdice. Aristegui Noticias
-Conversación con el poeta Nuno Júdice. Jaime-Axel Ruiz BaudrihayePor Jaime-Axel Ruiz Baudrihaye. Entre Letras
-Nuevos poemas de Nuno Júdice. El Cultural
-Poesía Portuguesa: Nuno Júdice. Círculo de Poesía
-Nuno Júdice, Teoría de la pérdida por Martín López-Vega. Revista Turia
-Poemas bilingües Aurora Boreal
-La Poesía es iluminación. Entrevista Excelsior
-Notas sobre la poesía de Nuno Júdice Por Jenaro Talens
-Nuno Júdice, teoría de la pérdida por Martín López-Vega, La Turia
-Génesis Video en el 14º Festival Internacional de Poesía de Medellín
-Poema Poética

Última actualización: 27/05/2023