Damian Kudriavtsev, Rusia
Por:
Damian Kudriavtsev
Traductor:
Rubén Darío Florez para Prometeo
Gagarin
1/
aún estás vivo
como el fluir del río
como trigo reventando en la mano
como una lengua de donde brotan azulejos
qué más
dime entonces
2/
cómo reías
comías
bebías limonada
despistados llamémoslas tus nubes
el reflejo se autoreplica
vidente navega los cielos ahora
mientras su ojo de ágila escruta
el escenario de abajo
donde él pende de los lados del silencio
perdidos sin nombre están sus sueños
y sus sueños no los puedes descifrar
3/
al mismo tiempo yo mismo
voy fluyendo como un río
yo mismo indeciso sacudo la cabeza
sonriendo ante milagros recién hechos
yo mismo debiera todavía
aparecer con capa y volar
como mí mismo, como yo
4/
marchémonos contigo
a aquel paraje
donde el edén finge de verdad y se disuelve
lo recuerdo exactamente, recoge tus cosas
de madrugada vámonos
y que difamen
marchémonos contigo lejos
al filo del mar y de la arena
donde están cerca la muerte y el entierro
y lanza un grito la gaviota
Cisne
1
arranca y pon la burundanga
escupe en el plato mariguana
y una hoja de beleño cuando seque
no importa a donde mires
o arrojes
la granada
llévalo en tu mente con su aura
así lo recordarán para siempre
amén
2
no seré yo hijueputa quien deba blanquearme como un cisne
sobre lo que ha sido desteñido y derribado
y no me importa hoy
cual puede ser el origen del carnet
apenas logramos cruzar el campo minado
no quedan sino cuatro costados
no queda sino una guerra que no vale un centavo
y en ambas sienes las canas del soldado
para que durante la parada sea todo
examinado con vanidad
3
no hundas la faz en el Corán
orientado por el nombre que vigila
observa
como carneros de otras fronteras
a mí me expulsaron a la hoguera
cuando la vida misma
me importa un cero
mantén la alineación del recluta
y vuelo no como un cisne
me levanto como el ave fénix
sobre la cabeza postrada
sobre el campo bélico en silencio
sobre el belcebú de las nubes de Moscú
y lo cubro
con una locura de vaca
por su salud bebe en una palabra
en su día cuarenta.
4
y que me importa cantaré
que hasta el fin no han olvidado
la lengua natal en invierno o
el riachuelo mudo de ajenjo
y que me importa permanezco
donde la memoria de su trampa
aun no la envuelve un pañal blanco
lo juro no olvidaré sus nombres
ni sus últimas palabras
5
acerca del virtuosismo en poesía allí
al otro lado del planeta
acerca del virtuosismo parecía
que cuando el viajero levantara la mano
y adiós dijera a sus compañeros
en medio de América habría
un interruptor que desconectaría uno a uno
a cada renglón de su metáfora
pero no resultó
Trafalgar
1
en la plaza que ha tenido
tantos nombres que ignoro
las direcciones y los números de páginas
en la plaza cuyos esculpidos peldaños
tan pocos tiempos conjugados
conservó la memoria mía, que se vayan al diablo.
en la plaza donde uno se prosterna
como bajo la llovizna de oro de la diosa
tú simplemente esperas el bus, acaso otra
habría venido por una carroza.
2
pero allá
como se dice adentro
al otro lado del océano
la soga se la extiende hasta el nieto
lejos estamos
de guarecernos
en la tarde
cuando doblemente somos extranjeros
bebemos vodka
y la vía láctea
augura una dolencia anímica.
3
en la plaza que aún de día
arroja sombras con impureza
no ha de jugarse con fuego
en la plaza donde en la piedra una lágrima
cae con más facilidad que una moneda
con más velocidad que el condenado taxi
que no te llevará a tiempo a ninguna parte.
Para Sabelio Grinberg
no tenía mal aspecto
el señor del verso
y demás fauna el dios del verbo
al lanzar
pullas a las nubes
bueno resultaría si un gallo rojo
se atrapara y no una pareja oscura
entre las entrañas de una manzana
aunque le convenía
el año noventa
pues al canalla le iba bien
hasta el hosanna salido de labios de Ossama
y vio un sueño
sin lograr ser su dueño
y vio un sueño
sin intentar ser dueño
la viscera palpitante
llévala a los perros del corral
con las ingles y el vientre desnudo
denle muerte a las charadas
y a todo enigma
así morirá uno
señor que suelta
las manos
las botas de fieltro extendidas
hasta el último cansancio de los huesos de sus manos
acaso el sueño del infante lo confunde con un viejo
acaso se ahoga el soñoliento combate
del perro
y ascenderá Sabelio
hacia los cielos
con la cabeza echada hacia atrás.
Kiev
1
aquellos tiempos cuando nosotros
nos desplazábamos en metro
denominaciones que nos vociferaban
no me empuje bestia
y que la hostia de tu nube
sea una dulce albura
2
nada más simple que el arrojo terreno
con que desnuda desciendes a la plaza
donde las brujas redimen con sus voces
un lienzo sobre la cabeza
donde la fila de la tropa del pantano
sin ajustar la mandíbula
contemplaba a la sardina gitana
y al oso.
3
y más todavía allá en la infancia
quería a mi hermana
para que el grito de la sirena
destrozara la corteza
que la eucaristía de un trocito tuyo
fuera en la mañana epifanía
4
y ahora es posible que yo
haya logrado vivir
para adicionar por cuatro los asuntos
la suma implica un anatema si urdes
la conjura que se cierne sobre el moscovita
5
acaso sea que el rumor secreto del dínamo
augure un gol
acaso sea que sobre un cabello
el destino instala su mañosa acrobacia
pero se despliega con el viento
su melena dorada y musito ojalá fuera.
Damian Kudriavtsev nació en Rusia el 17 de diciembre de 1971, es poeta, periodista y hombre de negocios. Ha publicado los libros: Stiji (Versos), editorial Lexicon, 1991 y Práctica del verso ruso, editorial Nezavisimaya gazeta, 2002. Sus poemas también han aparecido en las revistas literarias NLO (Nuevo observador literario), 22, Vavilon, Itogi. Ha realizado algunas traducciones de Jorge Luis Borges al idioma ruso.