Salah Hassan, Irak
Por:
Salah Hassan
Traductor:
Muhsin Al-Ramli
Entre yo y mí mismo hay una guerra civil
Es mi guerra solo
lavaré el habla
y cruzaré la trinchera lingüística
dimitiré del oficio oral
y escribiré mi nombre en el manuscrito de la inexistencia.
Te describiré guerra,
guerra mía.
Y del cielo de la sequedad y de la indiferencia
echaré, al atlas de la sangre,
una mirada de un ave
como un halcón que respira las tormentas
porque el rojo caliente
inunde el mapa.
Mi salud es una vela
Pero el viento
Es quien me parió.
La verdad no es libre
Ni el error es un esclavo
saldré de la casa de la aguja
para liberar el horizonte de sus ventanas
y dejaré el trueno charlando
hasta que se desborde el Eufratese inundará los zigurats y los dioses.
Ese es mi pueblo
No es del mundo
Sino un pasajero en él
Su memoria es un cementerio.
Extraño respecto a su felicidad
No sueña,
Porque no duerme
Y si duerme
Sería en un ataúd.
Te describiré guerra,
guerra mía.
Te escribiré
Te dibujaré
Te momificaré
Te traduciré
Y contigo seduciré a los comerciantes, aventureros,
neuróticos, Edipos, sicópatas.
para que seas completa
quiero que salgas de mi lenguaje
para poder escribir un texto
libre del terror.
* * *
es el presente continuo
unos reyes que escalan la zigurat
y roban El Mito de la Creación
y el idioma sumerio.
Unos soldados lanzan a la ausencia sus cascos
Es el presente continuo
Brillos guían el diluvio
Hacia los convoyes cansados.
Una oscuridad corriendo detrás de
El cuerpo amargo y la memoria
Te describiré guerra,
guerra mía.
Con la escritura negra
O con la escritura violeta
labraré, los campos de tus minas,
Con las letras cuneiformes
O con los huesos de tus muertos
Estos son mis tableros de barro
Todos son brechados.
Ni tus dioses
Ni tus reyes
Ni tus sacerdotes
Ni tus diluvios, han podido
Borrar la sangre de ellos.
Es un lenguaje derrumbado
Pero se respira de sus heridas.
* * *
nos morimos y la guerra no se para
y nuestros hijos andan
llega a sus sombras
y la guerra no se para
y sus hijos andan
y la guerra no se para
y sus hijos andan
y la guerra no se para
y sus hijos andan
y la guerra no se para.
Huir de la familia
No era mala idea
Soñé con una casa y la habité
No era mala idea
Soñé con una mujer y me casé con ella
No era mala idea
Dibujé cuatro niños y los tuve
Tampoco era mala idea
Cuando dibujé una puerta trasera de la casa
Y por ella me escapé.
Velas
Aléjate de mí, mujer
No soy un enamorado
Ni soy un poeta, ni un caballero
No soy más que un grito ...
No soy más que una vela.
* * *
Sigue durmiendo, mujer
No se ha roto la ventana
Ni la maceta del jazmín
Lo que comienza a romperse
Son las campanas de mi cuerpo
sino porque tu vela comienza a marchitarse.
* * *
No me beses, mujer
No soy tu amante,
Soy su vela.
* * *
Oh, vela, quiero besarte
Pero,
¿Dónde está tu boca?
* * *
Oh, enamorado
¿Dónde está tu vela?
* * *
Mujer,
La maternidad es una vela
Y no es un saco de leche.
* * *
No me importa el número de los hermanos,
Lo que me importa es
¿Cuántas velas hay en ellos?
* * *
De veras, eres bella e impresionante
Te mereces todo elogio
Pero,
¿Dónde está tu vela?
* * *
¿Ves aquel hombre anciano?
Lleva cincuenta años siendo una vela
Él es el maestro del alfabeto
Salah Hassan es un poeta iraquí, de la generación de los ochenta. Nació en Babilonia en 1960, licenciado en Bellas Artes y abandonó su país en el año 1992. En la actualidad, reside en Holanda. Ha recibido el premio de la poesía iraquí 1992 y el premio Dunya de la poesía holandesa 1996. Es autor de varias obras importantes de teatro y de poesía como, por ejemplo: Saliendo con averiada brújula, Inquietud babilónica.