Álvaro Rodríguez
Álvaro Rodríguez
Para alguien que aún no regresa en el tiempo I
Tu amistad como un amor no menos lúcido,
una marea que desobedeciera a la luna;
días de aguas altas hasta cubrir las rocas,
y luego enfática- la resaca.
Pero la sangre sabe,
ninguna levedad impugna su destreza;
de lo vivido en aquellos días
quedan en verdad algunos momentos,
ya invulnerables a la mala memoria
y a las pretensiones del tiempo.
Para alguien que aún no regresa en el tiempo II
Llueve,
y mientras el agua me arrulla,
recuerdo y escucho.
¿Escucho lo recuerdo?
En ese caso te estaría oyendo:
tu voz suena como un coro,
no una sino muchas veces.
En el mundo interpretado I
Cuerpo cierto y sombra equivocada,
la luz es también la soledad del ojo
y lo contemplado.
Mas ¿hasta cuándo?
Hasta que la lluvia descienda a la nube
y la luna abandone su órbita legendaria.
La disidencia y la imagen
Del aire hacia fuera;
en todo caso lejos del tiempo y el azogue
engendra la imagen sobre el vidrio.
Ni antes ni destino:
¿A qué lugar, a qué cielo de los mundos
habrá huido la luna mortal?
El rostro de Ana
Tu rostro, aire que comienza
y mirada que no termina sólo en la mente
o la profundidad del corazón.
Nada parece amenguar tu rostro que vive,
ni los días que pasan
ni el tiempo que muere lejos del sol.
Tu rostro, tan cerca de ti
pero más cerca del alma incomprensible,
gracia
gracia y perdón.