Breyten Breytenbach (Suráfrica)
Por:
Breyten Breytenbach
Traductor:
Raúl Jaime Gaviria
Amenaza del enfermo
Señoras y señores, déjenme introducirlos a Breyten
Breytenbach,
el hombre delgado de suéter verde; él es devoto
y refuerza y martillea su cabeza oblonga
para fabricar un poema para ustedes por ejemplo:
Tengo miedo de cerrar mis ojos
No quiero vivir en la oscuridad y ver lo que pasa
los hospitales de París están atestados de gente pálida
de pie ante las ventanas haciendo gestos amenazantes
como ángeles en el horno
está lloviendo las calles desolladas y resbaladizas
mis ojos se almidonan
en un día mojado como este ellos/tú me habrán de enterrar
cuando las tierras herbosas sean negra carne cruda
las hojas y las flores hastiadas crepitantes y manchadas de humedad
antes de que la luz pudiese roerlas, el cielo suda sangre blanca
mas yo me negaré a enjaular mis ojos
arranca mis alas óseas
la boca es demasiado secreta para no sentir dolor
lleva botas a mi entierro para escuchar el barro
besando tus pies
semejantes a negros capullos los estorninos sacuden sus traslúcidas y
suaves cabezas
los árboles verdes son monjes, murmurando
plantadme en una colina cerca de un estanque bajo los dragones
permitid a los furtivos patos amargos defecar en mi tumba
en la lluvia
los gatos son poseídos por las almas de locas aunque astutas mujeres
miedos miedos miedos con incoloras cabezas diluviadas
y yo me negaré a confortar (aliviar) mi lengua negra
Miren él es inofensivo, tened misericordia de él
De Lewendood - 2.16
(Pretoria - Cuando la lluvia cuelga del cielo)
cuando uno del servicio civil cae como llovido del cielo
se inclina contra una tarde de verano hundiéndose
como huellas de coche, como fósforos
que palpitan y después son asesinados y
arden lentamente -
luego, detectives se agachan hacia sus maletines para
guardar sus revólveres de servicio y portacomidas
(mañana las migas serán sangrientas)
aquietan los abanicos de palma
van y se paran ante la ventana atentamente miran y dicen:
"está lloviendo"
y aquí arriba en la prisión
hay un cuadrado de tierra
ventilado entre las paredes grises y altas
con el olor amargo y duro de algo húmedo
que se está quemando (¿o algo quemado
que lo están rociando?)
chilla una gaviota sus patas chamuscadas
y bandidos que esperan a que ella aletee
hacia las rejas
olfatee los pasajes de aire y diga:
¿Acaso llueve?
sólo después las flores empiezan a humear
Flores para buda
(Yo) respiro hacia dentro
(Yo) expiro hacia fuera (Yo) respiro en abundancia
y aspiro lunas de mimosa en racimos
amarillas como el verano
y el sosegado silencio
en tu frente
como en un mediodía de verano
(Yo) respiro un verano un silencio
y el aroma de pequeños racimos de lunas de mimosa
una abundancia
adentro
y
afuera
y
adentro
Hoy bajé
Hoy bajé en tu cuerpo
mientras las ventanas eran blancos ojos espesos
y escuché las cavidades obstruidas
en la pequeña cámara obscura de tu pecho,
cercando una eternidad encima de la voz doliente
de tu atractiva garganta,
agonía y exaltación fluyen en uno dividen
si puedo ser tan atrevido,
tus muslos son palabra de amor tu pelo
la noche fulgurante revestida de secreto disfrute:
Apunté hacia lo más profundo de la luna
y sus dádivas, movido por la sintaxis y la lentitud
de la tristeza y la alegría, así que
te amo, te amo tanto
cuando la ceguera advenga,
la descompostura del silencio,
debe ser arriba en las colinas
donde cientos de pobres
plantan sus pies en el polvo, y tambores
y voces de mujer como esta ululante línea de cielo
engañan al éxtasis final
El asilo
Para el “c”
1.
primero los más cercanos te abrieron huecos
y después la astuta araña nocturna
la que espera en todos los rincones de todos los cuartos
se desangró por estas puertas rojas del amanecer
y el rastro de la reluciente telaraña obstruyó tus venas,
la sangre se filtra para siempre en la tierra,
el cuerpo deshecho está tendido, obscenamente
violado, en un pesebre, en un establo
los labios lívidos —¿diciendo burlones un último “adiós”?
los dientes son una puerta pisoteada
una pared derruida
los ojos están abiertos pero no hay nada qué ver
pequeñas garitas de un reino despoblado
dos abejas petrificadas en la miel y en la luz
el aliento se estremece por allá lejos entre los pájaros en los árboles
y el cadáver ya está embalsamado
con el perfume erótico de la putrefacción
tú serás una telaraña de huesos deslumbrantes…
ven, cierra de nuevo los orificios
restringe por favor el aliento de este cuerpo
y devana un velo ante nuestros ojos
para que nunca podamos ver cómo muere el héroe
cómo los mortales contemplan los secretos de su cadáver
2.
el viaje en la tierra de los solitarios
es un camino sin posadas a través de una tierra sin fronteras
a todo lo largo de un mar sin costas
solo con el amor como una antorcha
en la tierra de los ciegos todos los colores son fantásticos
cada sonido atestigua
el lenguaje plateado de los mudos
con solo el amor como oscuridad
con solo el amor como una torre de vigilancia contra incendios
una barrera contra el mar
de notas en una garganta donde la espuma
debe abrirse
como el mensaje susurrado de una ametralladora
tartamudeado en código por el mudo
en las orejas de los sordos
quién puede escribirlo para el ciego
con solo el amor como tinta
porque la ametralladora dirá en voz baja el secreto
para revelar todos los secretos
la ametralladora ilumina el camino
y lava tus pies
y te coloca ante el pan y el vino
para que puedas volver a casa
con sólo el amor como cuerpo de tu muerte
Goya
Francisco de Goya y Lucientes
con velas en el ala del sombrero
supera el límite de un siglo oscuro de oscuros caballos
amada mía
ciega la boca y el alarido del terror
una piedra muerta en la cabeza la cabeza
de un perro mirando de soslayo sobre una giba de la tierra
e inscribe sus pinturas negras
en la argamasa de las paredes de la casa la casa
de las máscaras sordas bajo una luna
podrida que rueda
amada mía
negra como la sangre
negra como el pan
negra como el asesinato
negra como el caos
negra como la ejecución
blanca como el fuego fulgurando en la boca
de la escopeta
el toro se sofoca en su propia sangre
la vida es cal viva cubriendo los huesos
del oscuro cielo surge un carnaval
de lisiados condenados un fulgor
de fantasmas que su mano recuerda
recuerda todavía su mano
la lisonja de reyes idiotas y princesas retrasadas
la bayoneta en el vientre del guerrillero
la coronación de la sardina recuerda
todavía el delgado perfil
la carne pálida y la capa oscura
de María del Pilar Teresa Cayetana
de Silva Álvarez de Toledo
the Duquesa de Alba
mi amada
su maja en rojo y negro y oro
oscuros caballos en la noche en la noche
un populacho en procesión
negro como en insomnio
nuestro dios es una mula
un silencioso grito deslumbrante
un muro de fuego más oscuro
se dice que la poesía completa
lo que la historia omite
negra como la muerte
amada mía
amada mía
estoy tan contento de vivir en un tiempo pacífico
Breyten Breytenbach Suráfrica, 1939. Poeta, pintor, novelista y ensayista. Se estableció en París desde 1960, donde presentó varias exposiciones artísticas. En 1975 fue arrestado por motivos políticos en su país, por entonces en lucha frontal contra el Apartheid. En 1982 fue liberado gracias a la ayuda del gobierno francés. Durante sus años en prisión escribió: Las verdaderas confesiones de un terrorista blanco, 1984. Ha residido en España, Francia, Senegal, Suráfrica y Estados Unidos. Formó parte de una delegación del Parlamento Internacional de Escritores que recientemente visitó los territorios palestinos ocupados. Otras de sus obras: Die ysterkoei moet sweet, 1964; Katastrofes, 1964; Voetskrif, 1976; Blomskryf - anthology, 1977; Vingermaan - anthology, 1980; Une saison au paradis, 1981 Return to Paradise, 1993; Papierblom, 1998; Boklied, 1998; Memory of Birds in Times of Revolution; Dog Heart, 1999; Lady One Human & Rousseau, 2001. Una colección de sus primeros poemas fue editada en traducción inglesa: In Africa Even the Flies Are Happy: Selected Poems, 1964-1977.