Ibrahim Nasrallah, Jordania-Palestina
Por:
Ibrahim Nasrallah
Traductor:
Raúl Jaime Gaviria
La ausencia
¿Quién ama el invierno como tú?
¿Y se fascina con árboles que resisten al viento como tú?
¿Y quién como tú perfecciona la vida
Con tan inocente gozo?
¡Dios!
Si tan sólo estuvieses ahora conmigo
Lo he preparado todo
Las castañas y el fuego,
He corrido las persianas
Y alzado mi oración a la lluvia gitana
Rogando que persista en su discordia
Y sus ritos eternos
¡Dios!
¡Si tan sólo estuvieses ahora a mi lado!
He preparado mis poemas
Y recuperado mi mano
Del combate de la calle
De los mercaderes
Y los corredores
Y los guardias,
Y de una escarcha que a menudo ha intentado
escurrirte fuera de mi corazón
De balas que han pretendido repetidamente
tragar el anillo de tu voz
Mientras comulga con los capullos
O enciendes el fuego
¡Dios! Si hubieses estado conmigo
Ya habríamos cantado nuestra canción
Aquella que el viento casi desarraiga de mi voz
Cada vez que la canto en soledad
Confesión
Sí
La casa es una tumba con una puerta y una ventana
La camisa de dormir es mitad mortaja
Y la cama, mitad ataúd
Usted, señora, y nadie más
Puede cambiar la escena
Desconcertado
Al principio
Los caballos dijeron, nosotros necesitamos las planicies
Las águilas dijeron, nosotras necesitamos las cimas
Las serpientes dijeron, nosotras necesitamos las madrigueras
Mas los humanos permanecían desconcertados.
Fe
Cada vez que oigo hablar acerca de un tigre
Que devora a su entrenador en el circo
O a su guarda en el zoológico
Me elevo en alegría
Dentro de mi jaula
Inmigrante
A todos lados adonde sus pies caminaron
ellos llegaban,
pero él
no.
Maternidad
Una gota de sangre
tropieza en la oscuridad;
Una lágrima se apresura
para iluminar su camino.
Deseos
Para soñar con él
no con nada más,
la pequeña niña se fue a dormir finalmente.
… …
Asustado
de que sus heridas rasgarían la inocencia de sus sueños,
y que ella despertaría,
el espectro
se yergue ante la puerta sangrante
y llora.
Esperando
La mujer joven
circunda altivamente alrededor de la flor
y silenciosamente
en las ramas
los cuchillos crecen.
Una pregunta
… …
¿Qué encolerizó a los árboles
para que excavaran sus raíces
como garras
en el cuerpo de la tierra?
Imitación
En vano los alambres
alrededor del jardín tratan de imitar a los árboles.
Espinas crecen en ellos
hiriendo más intensamente
mas siempre
sin flores.
Ibrahim Nasrallah Amman, Jordania, 1954. Es poeta, novelista, profesor, periodista, pintor y fotógrafo. Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: Los caballos dominan la ciudad, 1980; Dentro de la lluvia, 1982; Canciones de la mañana, 1984; El último diálogo a pocos minutos de matar al gorrión, 1984; El chico del río y el general, 1987; Tormentas del corazón, 1989; Bosque verde, 1991; El escándalo del zorro, 1993; Verandas de otoño, 1997; El libro de la muerte y los muertos, 1998; En nombre de la madre y el hijo, 1999; Espejos de ángeles, 2001; y Lluvia adentro, 2009.
Publicó también las novelas de ficción histórica Dentro de la noche, 2007; Tiempo de los caballos blancos, 2012, y Las linternas del rey de Galilea: una novela de la Palestina del siglo XVIII, 2014; así como las novelas psicológicas Praderas de fiebre, 1985, y Espíritu del Kilimanjaro, 2015; y la novela de ficción política Bodas de Gaza, entre otras publicaciones.
Entre los reconocimientos obtenidos están el Premio al Mejor Libro de Poesía publicado en Jordania; El premio literario Arar por el conjunto de su obra; el premio Sultan Oweiss; el Premio Literario Al-Uweis. y el Premio honorífico de la Sociedad de Escritores de Jordania, tres veces por tres de sus libros de poesía.