Rigoberto Paredes (Honduras)
Por: Rigoberto Paredes
Memorial
uno
vuelve al lugar donde dejó su vida
cuando todo tenía la misma edad del alba
deja caer sus pasos
sobre pasos que ya no nos resisten
mira el reloj del pueblo
y están las mismas horas que urgieron nuestra infancia
alguien nos besa dulce una mejilla
y en la otra sentimos los golpes del olvido
y no hay madre que diga te esperábamos siempre
ni padre que nos cobre a regaños la ausencia
en manso oleaje el tiempo nos devuelve al origen
está aquella la casa
la criatura llorando por bocado
y el patio con abuelos esperando la muerte a todas horas
uno vuelve y no hay perro que alegre su cola por nosotros
no hay quien diga siquiera es duro este lugar por qué
volviste
sólo antiguas preguntas y lo mismo terrible
la iglesia y sus mendigos
el espanto y sus jueces
el silencio y su estirpe faltándole el respeto a las estatuas
(el mundo apenas nuestro qué jodida)
la rabia no es igual crece sin tregua
está fiera-en acecho
y por dentro nos dice
no es posible el perdón a estas alturas
Alguna vez
Alguna vez un cuerpo se tendió a nuestro lado
y se abrió, sin prudencia,
como una madrugada.
Le dimos cuanto quiso:
piel,
entrañas,
el lujo del amor,
las más hondas palabras.
Una mirada, un hálito, una brizna le dimos.
Alguna vez
un cuerpo se tendió a nuestro lado
y nos dejó
vacíos.
Última escena
Los señores
comieron y bebieron
hasta más no querer.
Ni una miga rodó fuera del plato,
ni una gota de más llegó a otra boca.
Sus vientres
relumbran tentadores
ante los ávidos cuchillos de la multitud.
Rigoberto Paredes Santa Bárbara, Honduras, en 1948. Libros de poesía publicados: En lugar de los hechos, 1974; Las cosas por su nombre; Materia prima, 1985; Fuego lento, antología personal, 1989; La estación perdida, 2001. Co-autor del volumen antológico Poesía contemporánea de Centro América.