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Shuntaro Tanikawa, Japón

Clausura del 15º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Shuntaro Tanikawa
Traductor: Rafael Patiño para Prometeo

Hierba

Así, viniendo un día
de algún lado,
repentinamente me paré sobre la hierba;
y como mi memoria celular señaló
asuntos sin terminar
tengo una forma humana,
y he hablado incluso sobre la felicidad.

 

Escuela

La escuela está ardiendo.
De las ventanas de los salones
sale abundante humo negro.
Los pupitres están ardiendo.
Los tableros están ardiendo.
El cuadro que dibujé está ardiendo.
Ha explotado un piano en la sala de música.
El piso del gimnasio se hundió y
sobre el patio de juego la barra para izarse se
derritió.
La escuela está ardiendo.
No hay maestros en su interior.
Todos los alumnos están soñando.
La lengua anaranjada del fuego lame con dicha
la escuela completa.
La escuela grita y se retuerce
y lentamente se colapsa sobre tierra.
Zigzaguean chispas hacia el cielo.
¡Oye, escuela, qué tal te parece ahora!

 

Tres imágenes

A ti
te ofrezco la imagen del fuego.
El fuego nació del sol,
que alumbró la oscuridad de la tierra primigenia.
El fuego calienta el largo invierno,
arde en las ferias del verano.
El fuego destruye castillos en todos los países,
quema la cruz, santos y ladrones,
convirtiéndose en antorcha de la paz
y en señal para las batallas.
El fuego purifica el pecado,
convirtiéndose él mismo en pecado.
El fuego es el temor y la esperanza.
El fuego arde, resplandece.
A ti te ofrezco
esa imagen del fuego.

A ti
también te ofrezco el agua que corre.
El agua que nace de la gota de rocío,
reflejando el sol con su destello vivo.
El agua sacia la sed de las fieras moribundas,
abraza las huevas de peces en su pecho.
El agua canta canciones de riachuelo,
rozando las rocas sin cesar.
El agua hace flotar las barquichuelas de los niños,
pero en un instante, también puede ahogarlos.
El agua mueve al molino, las turbinas,
traga todo lo sucio de la tierra,
siendo espejo del cielo.
El agua abunda y se derrama
rompiendo orillas, deshaciendo hogares.
El agua es la maldición,
y la bendición.
El agua corre
traspasa el fondo de la tierra.
A ti
te ofrezco esa imagen del agua.
A ti
te ofrezco la imagen del hombre que sigue viviendo,
el que nació en pleno centro del universo vacío,
rodeado de enigmas infinitos,
tallando su silueta en la roca,
adorando el lejano horizonte.
El hombre hiriendo y matando,
pero también llorando en busca de lo bello.
Cualquier detalle le sorprende,
y le sume en melancolía.
El hombre dibujando, su pintura es sencilla.
Canta y grita como si fuera un trueno.
El hombre es fugaz,
es eterno.
El hombre vive.
El hombre sigue amando en lo más profundo de su alma.
A ti
te ofrezco esa imagen del hombre.

A ti
fuego, agua y hombre
te ofrezco la imagen de un futuro lleno de
contradicciones.
Una pregunta,
pero sin respuesta.

 

Escuchando


Escucho
las gotas de lluvia
de ayer
escucho
 
Escucho
las pisadas
de la gente
caída
desde dios sabe hace cuánto 
escucho
con los ojos cerrados
 
Escucho
altos tacones que tintinean
zapatos de lluvia que se deslizan
zuecos de jovencitas que resuenan
escucho
chanclas rumoreando
botas de cuero chirreando
babuchas cayendo
escucho
botas de paja desplomándose
zapatos de madera topeteando
mocasines arrastrándose
sandalias de paja golpeando
y luego
pies desnudos palmeando-
mezclados con
el reptar de una serpiente
hojas pisoteadas
un fuego
extinguiéndose
y mis oídos repicando
en la oscuridad distante

Escucho
el quejido
de un dinosaurio agonizante
escucho
el grito
de un árbol ardiendo
golpeado por el rayo
el inextinguible
sonido del mar
plancton 
silenciosamente
zozobrando
escucho
¿Qué están llamando
a quién?
Escucho
mi propio
grito de nacimiento
 
El sonido del agua
de aquella noche
la puerta chirreando
susurros
y risa
escucho
el eco
de la nana de
mi madre
el palpitar
de mi padre
escucho
 
 
La distante tos
del abuelo
el tejido de la abuela
en el telar
viento en el bambú
amen
y cantando
cabalgando el viento
bombear
de un órgano de escuela
un antiguo yacimiento
arrastrado a través del mar
desde un país desconocido
escucho
 
 

Césped que es cortado
hierro martillado
madera que cepillan
una flauta que tañen
comida que hierven
sake que escancian
la puerta que tocan
mi murmullo a mí mismo
 
Una voz suplicante 
una voz que enseña
una voz de mando
una voz de rechazo
una voz burlona
una voz engatusadora
un grito de guerra

una sordina
…..

 

Escucho
un caballo relinchando 
una cuerda de arco zumbando
una espada que penetra
una armadura
una bala que pasa junto a mi oído
silbando
una cadena arrastrada
un chasquear de látigo
abusando
y maldiciendo
un cadalso
una nube en hongo
chillidos ruidosos 
de una interminable
pelea 
y en medio de todo esto
ronquidos broncos 
y luego
gorriones trinando
escucho
el silencio
de la mañana ordinaria
 
(Suplico que el escuchar 
un sonido
y una voz
no signifique
bloquear
otro sonido
otra voz )
 
Escucho
a mi hija
sollozando
hace diez años
escucho
 
Escucho  
el hipo
de un granjero
hace cien años
escucho
 
Escucho
la plegaria
de un paralítico
hace mil años
escucho
 
Escucho 
el bostezo
de un bebé
hace diez mil años
escucho
 
Escucho 
el grito de un fauno
hace cien mil años
el murmullo de un helecho
hace un millón de años
una avalancha
hace cien millones de años
el susurro de las estrellas
hace cien millones de años
el rugido del universo
hace un trillón de años
escucho
 
Escucho 
los guijarros
de la vera del camino
escucho
un computador que
se queja débilmente
escucho
el enmudecimiento
de mi vecino
escucho
En alguna parte una guitarra está siendo rasgueada
En alguna parte se rompe un plato
En alguna parte a i u e o
Al ahora 
en el fondo del jaleo
escucho
 
Escucho 
un manantial
todavía no escuchado
murmurando
del mañana
fluyendo entre el hoy
escucho


Shuntaro Tanikawa nació en Tokio, el 15 de diciembre de 1931, es poeta y traductor. Es uno de los poetas japoneses vivos más leídos y respetados, tanto en Japón como en el extranjero, y un tema frecuente de especulaciones sobre el Premio Nobel de Literatura. A los 18 años publicó sus primeros poemas en el diario Mundo Literario y en 1952 su primer libro: Veinte billones de años luz de soledad. Otros de sus libros son: To a woman, Rather than pure white, Minimal, Mickey Mouse by night, A Chagall and a leaf, Me, Kokoro. Además de poesía y textos para niños, escribe teatro, guiones para cine, televisión y radio. Ha traducido al japonés la tira cómica Peanuts y el texto de Mother Goose. En poesía, alejándose del tradicional haikú, ha experimentado con verso libre buscando nuevas métricas y ritmos. La crítica lo ha conectado con la Generación Beat. Sus poemas han sido interpretados en Japón desde 1985 por el grupo DIVA, siguiendo un estilo parecido al jazz. Prolífico y diverso, ha escrito más de sesenta libros, algunos de los cuales se han traducido al inglés, francés y chino, entre otros idiomas.

Última actualización: 31/01/2022