Mónica Velásquez Guzmán (Bolivia)
Por: Mónica Velásquez Guzmán
Cerrada la cicatriz
el día de los triángulos
con raíces en la tierra
nació una niña luna
para llenar el hueco de un nombre
Magdalena. Desvestida de niñez
desnuda en su nuevo cuerpo
con el alma aún de juguete
con los sueños curiosos de humedad
cambia de piel como de nombre
oculta en sí misma
su infancia, la primera muerte. Desde un sobre blanco
caen en tinta china
las Magdalenas que fuiste
Magdalena juego de carrusel
Magdalena autorretrato
Magdalena bajo tus ojos
las lágrimas bailan
para verte
morir.
Siete conjuros contra la tristeza
Podría ahora vender tu cuerpo al peor postor
vigilar personalmente que se empapen tus sábanas
y que gires y grites y gimas toda la noche
entre piernas inclementes abrirte ante mil extraños
encargarme de que te guste hasta que lo implores
pasarte por la piel los que demoran el latido,
los que llegan pronto,
los que tienen miedo
los que se van
podría llenarte de lentejuelas y escotes de esquina
darte un disfraz, una lengua insaciable, unas manos que aprieten
una paciencia terca de los dedos en tus nervios
un líquido inundando cada tanto tu vientre hambriento
podría mandarte quien te sacie
entonces, tal vez, se te iría el horror a lo vulnerable.
Ahora mismo podría meterte en los banquetes,
a gotas, diluido caramelo rozando tus labios
entibiando dulce tu garganta feroz
despacio, un picante apenas dirigido a los lacrimales del ardor
equilibrar cilantros y canela
mientras toman su tiempo las cerezas que endulzan la carne
cubren tu escalofrío las sopas invernales
mientras la frescura de lechugas y toronjas abiertas...
un litro de naranjas para la contorsión de la lengua
medallones de pavo y dátiles de lejanías
soya a granel, tibia manzana en su crocante envoltura
el hambre cubierta por capas
-más - pedirías - golosa
todas las cantidades multiplicaría por tu solo pedir
más de todo hasta cubrir el cuerpo, el cuarto, el mundo
más relojes y más anillos y más a todas horas,
entonces, tal vez, se te iría el vacío.
Mónica Velásquez Bolivia, 1972. Licenciada en Letras por la Universidad Mayor de San Andrés en Bolivia y doctora en literatura hispanoamericana por El Colegio de México, México, 2004. Actualmente es docente de la Universidad Mayor de San Andrés y la Universidad Católica Boliviana. Ha publicado los poemarios: Tres nombres para un lugar, 1995; Fronteras de doble filo, 1998 y El viento que doblega en los naufragios, 2004. Y, como compiladora, la Antología de poesía boliviana del siglo XX: Ordenar la danza, 2004. Además de varios ensayos de crítica y teoría literaria.