Timothy Wangusa (Uganda)
Por:
Timothy Wangusa
Traductor:
Rafael Patiño
¡Escucha, África!
Esta canción es para ti, África –
Esta canción es para tus dos orejas de elefante:
No la dejes entrar por una de ellas
Y salir por la otra.
¡Escucha, te advierto!
Escucha esta canción de tu espíritu enanizado,
Tú, pieza central de los Países Menos Desarrollados
Tú, compañero atrasado
De deshabitadas junglas latinoamericanas
Y salvajes archipiélagos orientales
Tú, que fuiste una vez el uno y único mundo
Cuando Fenicia era un sueño aún
Y Grecia y Roma no habían sido concebidas
Tú, cuyo manifiesto fue Egipto
Pirámide y sombra
Frutecidos desiertos
Los Faraones y Ptolomeo
Y una pionera visión de los cielos –
¡Escucha, África!
Escucha esta canción de tu alma atrofiada
En esta dinastía post Hiroshima
Esta indulgencia trans-planetaria
De los hombres sobre las estrellas
O dentro del microcosmos atómico.
El elefante africano
Escuchen el toque de anuncio
Del elefante africano, ¡tetrarca de la jungla!
Observen cuán lento, majestuoso avanza a las patas
De las matriarcas, sus crías y su macho
Mientras enfilan hacia el abrevadero.
Observen qué ternura de la madre por su infante,
Montando guardia para dejarlo beber hasta saciarse,
Revolcándose juntos en el protector y glorioso cieno,
Señalando luego la vía de vuelta
A la rutina cotidiana
De reducir la selva tropical a sabana.
Observen la plegable trompa multipropósito:
Su herramienta de cavar y cuchillo cosechero,
Su conducto de agua y arma de batalla,
Su órgano para oler y para agarrar el mundo.
Ponderen entonces la paradójica maldición
De sus colmillos gemelos:
Desde tiempo inmemorial
La sustancia de ornamentos inmortales;
Aun desde la aurora del saqueo imperial
De África para exportar almas humanas -
Marfil -
La maldición del elefante africano -
Para proveer culturas exóticas
De teclas de piano y de bolas de billar.
Obispo de Vacas
Obispo de Vacas, los parroquianos lo apodaban,
En perenne tributo a su gran granja mixta
Que se extiende cinco millas a la redonda de su muy adornada casa.
Siete días completos de trabajo, no seis de siete,
Se esforzó por multiplicar su camada de cerdos
Y llevó precisa cuenta de cabras vivas y muertas.
Oscilando entre moler azúcar de palma y bañar ganado,
Fanfarronearía bromeando en la visita de hermanos obispos,
¡Cuantas más vacas tengas, más obispo eres!
Luego un domingo las bancas de la catedral estuvieron vacías,
Y un anuncio en el púlpito lo explicaba todo:
"nosotros elegimos a una de tus vacas como nuestro obispo".
Él anhela regresar a butiru
Levántate, alma mía, y regresemos a Butiru –
Regresemos a Butiru y hallemos nuestra infancia,
Y allí junto al canto del manantial corriendo cantemos al sol infante
Mientras él tiembla afuera de su cuna.
Hasta las cumbres de Nambaale tracemos de nuevo nuestras pisadas,
En la espléndida luz diurna saludemos las garcetas blancas entre las vacas,
A la hora de abrevar escuchemos a los estáticos vaqueritos
Galopando con sus animales hasta el río perenne.
La joven danza del cuchillo reluciente de la adultez,
Las mujeres en las piedras de moler con sus ritmos seductores
Y la montaña sobre el horizonte brillando en el ocaso –
Vamos a visitar de nuevo estos recuerdos.
Levántate, alma mía, y regresemos a Butiru –
Y allí te mostraré el único, lugar encantado
Donde mi cordón umbilical, largo tiempo enterrado bajo rocas,
Llora por mí, día y noche.
Arbórea trinidad
El Padre en la raíz
El Hijo en el retoño
El Espíritu en el fruto
Destino
(El Nivel Encima del Segundo Piso)
Estando así rodeado por concreto
Concreto encima
Concreto debajo
Concreto por aquí
Concreto por allá –
Me volví un hombre concreto
Vecino concreto
Residente concreto
Peatón concreto
Goteando sonrisas concretas
Sobre la escalera de concreto.
Timothy Wangusa Uganda, 1940. Fue lector y profesor de Literatura en Makerere University de 1969 a 2001, Ministro de Educación y Consejero del Presidente. Ha sido invitado a enseñar en universidades del Reino Unido, Estados Unidos y Sierra Leona. Algunas obras: Upon This Mountain, 1989; A Wordless World, 1994; Verse Anthem for Africa, 1995; y A Pattern of Dust, 1994.