Odi Gonzáles, nación Quechua, Perú
Por: Odi Gonzáles
Umantuu
(Brooklyn, NY 11211)
dondequiera que vayas, sirena
del arco iris, llamadle
con tu tamborcillo tenaz
a mi alma que vaga de susto silente, cerril
desde su primer corte de cabello
atraedle pez-diva
con engaños y mimos
mostrándole perversa
tus rebasantes senos
de turbia leche dondequiera que te topes, invisible
flor de la niebla
arread a mi ánima que huye
con su asma y sus ejércitos imaginarios
encaminadle ya, silbadora insomne
por el jirón de los jilgueros por la senda
de los despeñaderos
dondequiera que llegues, errante
ninfa de los vendavales,
comparsa de aire puro conducid a mi alma extraviada
traedlo a rastras si no quiere venir
a este mi lecho de moribundo
Encantado
(College Park, MD 20740)
ya no reposa en mí, ya no
la descomunal fuerza
de un soplador de cuerno
del soplador
de las caracolas marinas que retumban
en las sienes
de los disidentes
cual res
desbarrancada
boqueo
en mi lecho de agua
¿qué extraño mal
me asedia
consortes gemelas?
¿será el resoplido
de los espíritus del limbo?
¿o tal vez
el hálito letal
de las fieras endebles?
en la nube de mi ojo inerte
sobrenada muerto
un diminuto pez
de los lagos gélidos
ya no reposa en mí, ya no
la descomunal fuerza
de un soplador de cuerno:
en el gramal
de los sueños ligeros
sólo recibo
el escupitajo de los rumiantes
CAMINA EL AUTOR
Un río
En mis ojos reteñidos de sangre
fragua un lodo
restos de aluviones seguidos
sedimentos
lava
Un río
En mis ojos discurren parcelas
huestes
por línea materna
familia numerosa
todo enterrado:
las veces que arranqué las canas
de las sienes de mi padre joven
el alma Vicente
Una manada de ciervos rojos en mis ojos
rojos
Y plantaciones de café
Pasturas naturales, zonas cocaleras
todo enterrado:
en las cuencas
abiertas por los aluviones
cunde el vocerío de las vendedoras de pan
turba
séquito de las bocacalles
todo enterrado:
el puro silbar de los pulmones de Bernaquito
asmático
el hermanito finado
de quien tuve que ponerme sus ropas
las herramientas-hechizo de mi padre carpintero:
gramil de a mil, sierras, garlopas que pulsaron sus manos
calientes
los blanquísimos sombreros con cintillo
azul oriente
sombreros de mestiza, galas de mi madre. Todo
enterrado
En mis orejas sucias / corral de llamas
niño andino
rebulle la carga
de los aluviones
Y surcos, terrones calcinados
por la úrea / pesticidas
suelos forrajeros
Todo enterrado
La dicción de los colibríes
disipa la niebla
de las cuencas bajas
RETABLO
Altareros. Fatigadas caravanas
Bordadoras de Coporaque
doncellas de abultada vulva según
el Inka
Un pájaro temblador de los sabanales
Un bandolero y su rabona procaz
Venidos de lejos
De las canteras de sal y piedra laja
De los confines de un imperio, polvo
De señoríos sitiados
saqueados
Arribaron al galpón
Al lecho del recién nacido
-frazadillas de alpaca bebé-
Con una plegaria común
CONQUISTA
Nina Sonqo,
obsecuente hija del caudillo de la irreductible nación Walla,
enemiga del Cusco; voluble, confinada en el balneario imperial
de Pachar, irrumpió en el lecho nupcial, en el harén
del Emperador y dijo: Señor,
¿Puedo asentar mi ollita en el fogón?
Y el Inka la hizo su concubina
Odi Gonzales nació en el Cusco, Perú, en 1962. Aprendió simultáneamente el Quechua y el Español. En Arequipa realizó los estudios secundarios. En la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa estudió Ingeniería Industrial y Literatura. Entre 1990-2000 fue profesor universitario. Posteriormente viajó becado a USA a la Universidad de Maryland, College Park donde realizó estudios de postgrado en Literatura Latinoamericana, y fue profesor de Lengua y Cultura Quechua. En Estados Unidos también trabajó como traductor del Quechua e investigador para National Geographic Television, Smithsonian, National Museum of American Indian, y National Foreign Language Center de Washington DC. Actualmente vive en Cajamarca, Perú, dedicado a la elaboración de su tesis doctoral en Tradición Oral Quechua. Ha publicado los libros de poemas: Juego de niños, 1988; Valle Sagrado, 1993; Almas en pena, 1998; Tunupa/El libro de las sirenas, 2002; y La escuela de Cusco, 2005. En 1996, publicó el libro de ensayos El condenado o alma en pena en la tradición oral andina. En 1992 recibió el Premio Nacional de Poesía «César Vallejo» del Diario El Comercio de Lima y en el mismo año el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Bilingüe y experto en Tradición Oral Quechua, trabaja una temática singularmente atractiva: la fabulación andina, la cosmogonía indígena y sus rutinas tradicionales. Y lo hace con trazo limpio, seco, cuya eficacia se concreta gracias a la dosificación precisa de las voces del narrador y de los personajes. Su mayor aporte es haber incorporado al discurso poético voces provenientes de la oralidad quechua, logrando una poesía coral, polifónica, de diversos niveles de lenguaje; un entramado de voces que convergen en cada uno de sus poemas.