Víctor López Rache (Colombia)
Por: Víctor López Rache
El puente de la huida
Las estrellas del siglo han pasado sobre el puente
y todavía recuerdo el llanto infantil de los abuelos
atrapados en la casucha ardiendo.
La confusión olía a juicio final
y los guardias me quitaron del seno de mi madre
y me tiraron río arriba
para atormentarme con su carcajada hasta después de muerto.
El puente ya no resiste la huida de más estrellas
y la amarga gloria de vivir en el recuerdo
no alcanza las palabras decapitadas de mi padre
pidiendo auxilios.
Los divinos
Los hijos del cielo siguen sueltos,
amigo mío.
Empujan los peldaños de la historia a la silla eléctrica
y cercenan el dedo de los fantasmas
que han nacido de tanto tenerles miedo.
Se alimentan de la savia ajena
y su sensibilidad excede la dureza del misil.
Sus pies alcanzan la gloria apostando cabezas ajenas
y se declaran en tránsito hacia la santidad
para exceder la esperanza del sobreviviente
que de su rencor vive huyendo.
Diseñan la balanza de los jueces e ignoran que el mar es de agua
y la tierra
redonda.
Amigo mío,
a los hijos del cielo,
aquí,
los ilumina el odio.
El peligro
El peligro ha perdido su esencia.
Los niños nacen impedidos para orientar la aventura;
los enigmas de la calle prohíben la sonrisa.
Pensar por qué el sol siempre se oculta en Occidente
puede llevar a la pena máxima.
La felicidad elimina el espíritu,
y el encuentro de dos sueños
provoca en los elegidos la ceguera de la muerte.
Si fuera puro el peligro
antes del amor encantaría el rostro amado con una cerilla
sin temor a incendiar el futuro.
Pero bajo este cielo la medida es única.
La palabra sólo es válida para glorificar el triunfo
y el juego es el fin de una pugna entre enemigos.
He nacido donde el paradigma corroe hasta el peligro.
Víctor López Rache nació en Toca, Boyacá, Colombia, en 1959. Abandonó la carrera de Economía para dedicarse al estudio y la creación literaria. Obras: Sin espejos, Premio Nacional de Poesía Imaginación para un nuevo milenio, 2000. La casa, premio nacional de poesía Ciudad de Bogotá, 1992. La balanza de los sueños (selección personal, 2006). Otra orilla de luz, 1985. Obtuvo en 1990 el premio de poesía Universidad Externado de Colombia. Poemas suyos han sido incluidos en distintas antologías. Ha sido comentarista de libros, escribe ensayo y su trabajo habitual es en prosa. Al decir de Gabriel Arturo Castro, con Víctor López Rache asistimos al juego de una poesía vehemente y grave, donde la creación, como lo pensó alguna vez Breton, deja de ser un acto puramente literario para transformarse en un medio de explorar los mundos y dar lugar a uno de ellos, habitado mediante una fuerza propia que hace de la obra algo distinto, novedoso y original. En este universo perdura la duda sobre la certeza, los interrogantes sucesivos que cuestionan la existencia vacilante, mutante, imprecisa y en agónico movimiento. (...) Una poesía o un actitud poética que sólo puede aprehenderse de modo interrogativo, gracias a la posición escéptica e incrédula frente al ser, a su devenir. Se cuestiona el artificio del tiempo, el exilio tomado como una fábula, la tradición, la vanidad de los muertos, la condenación del hombre por el poder, la huida de la realidad, el llanto de la guerra, la refutación de lo cronológico, la duda del espacio y la reiteración del laberinto cuyo centro es el vacío. (...) Su ritmo es pausado, sus frases largas hipnotizan, desafían al lector tras la adivinanza, la sugerencia y el imposible fascinante, haciendo del poema un sendero que conserva sentidos secretos y una razón poética, metafísica y religiosa, realizada desde la oscuridad de las entrañas