Eliana Maldonado (Colombia)
Por: Eliana Maldonado
Olvido
He olvidado los símbolos
La forma de las letras
El sonido de fonemas que cortaran el silencio
Ya no se cómo escribir su nombre
Y mucho menos cómo pronunciarlo
Inmóvil, en una playa desierta
Luzco el traje de sal que me obsequió el destino
No hay señales ni tormentas en el día
Y en la noche multitudes de estrellas silenciosas ignoran la necesidad que poseo
de saber sus nombres
Arena húmeda sepulta a diario mis pies desnudos
No recuerdan el pasto, ni el cemento, ni el calzado
Mis manos en un intento de tomar el aire
Perdieron la movilidad de antaño
Antaño-
Antaño cuando sabía todo y sentía poco
Sabia del amor en el mar
De la piel salada en mi boca
Del regalo cálido de su cuerpo
Sin importar la mirada socarrona de los peces
Antaño-
Antaño sabía que la sed me la quitaba su saliva
Y que mi mayor riqueza estaba en los pequeños hilos de plata que coronaban su cabeza
He olvidado las palabras
Los fonemas, los números, las fechas
Como un infante vuelvo al mundo
Comprendiendo nada
Sintiéndolo todo
Las pupilas negras que llevaba se han salido de las orbitas para buscar el código
con el que descifraba el mundo.
«Y una imperiosa ley ordena a las sombras regresar a las aguas del Leteo»
Propercio.
A mi madre
Thanatos
Llegas cada noche
Emerges cautelosa del fondo del Leteo
Húmeda la túnica
Pálida mirada
Estas sola y sólo hay sombras
En el río del olvido
Te sientas en el lecho
Donde antaño partiste de este mundo
Te abrigo un poco
El frío de la muerte no te gusta
No me dejas escuchar tu voz doliente
Lánguida tu mano se extiende
Hacia mí
Pero nunca osas tocarme
Dolorosa emerges de las aguas para verme
No doy alegría a tu corazón muerto
Pero acompaño
No doy consuelo a tu alma triste
Pero caliento
Rayos de luz tiñen el cielo
Y una imperiosa ley
Ordena a las sombras regresar a las aguas del Leteo
Mañana volverás eso es seguro
Sé que sufres
Aún tienes miedo
Envíame a dormir contigo creadora
Esta vez sí te daré sosiego.
Perforación
A nivel
Tierra negra,
Doscientos pies
Arenas del río que bañó a mi abuela,
Quinientos pies
Tubería pesada de perforación,
Mil pies
Gime la tierra lastimada,
Cinco mil pies
Huellas de grandes dinosaurios,
Al final
La sangre negra oprimida entre rocas que romperá la broca,
Afuera calor sofocante
Los hombres hacen su ritual fúnebre.
CARACOL NOCTURNO
Todas las noches sueño contigo,
recorro lentamente la piel desnuda,
serpenteo entre las sabanas tibias,
pareciera que tu piel fuera infinita
en la corta extensión de mi cama.
Todas las noches sueño contigo,
existes en el paisaje florido u hostil de mis deseos
apareces y desapareces a mi antojo.
Todas las noches sueño contigo,
pero te confieso,
sin culpa ni remordimiento,
todas las noches abuso de tu cuerpo.
La calle que los hombres dejaron de habitar
está ahora sitiada por el agua y los peces del río,
los hombres niño que antes corrían ahora navegan
en barcas pequeñitas, rápidamente corroídas por el moho.
La lluvia no para y la peste viene con el agua
que canta escandalosamente.
La muerte se esconde por lo bajo
y nada cautelosa en lo profundo,
espera a que caigan sosamente los que duermen.
Llueve ahora.
Arrecia una lluvia de hambre,
de lágrimas sin sal.
La muerte escapa de su trance,
Sonríe,
se alimenta.
CONFABULACIÓN
Qué tal si te callas,
me desnudas y acaricias con tus labios,
vas quitando mis prejuicios con cautela
Y los lanzas a la playa con prudencia.
Qué tal si enmudezco,
y le indicas a tu lengua que deambule,
por aristas,
por esquinas,
y rincones,
y le muestras a tus dedos los caminos
que conducen a mi sexo.
¿Para qué entornar los labios,
tantear el aire,
esgrimir cuatro palabras con tu boca,
Si mi piel infiere
los murmullos de tu cuerpo?
Íncubos y súcubos se agitan en la jeringa,
las venas sedientas abren la boca para recibirlos
mientras poros abiertos buscan el hartazgo de la droga.
Amanecí anhelándote.
Soñé con la noche de puertas cerradas,
en la que tocaste suavemente y no insististe,
tan cortés y respetuoso eras en el ímpetu del deseo.
Amanecí anhelando esa alma vieja de piel suave,
tu lengua hurgando en mi garganta palabras que en ese entonces no tenía
y ahora se desbordan a borbotones de mi boca,
grafemas sin sentido para ti.
Amanecí anhelándote todo,
el orgasmo inacabado,
la voz que susurraba al oído de mis células,
el sueño desafortunado de mi piel,
y tus manos,
tus manos ciñendo mi cintura,
acercándome hacia ti
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo…
Alejandra Pizarnik
El silencio es cierto
es versado y agudo.
trae consigo palabras transparentes,
esclarecedoras.
desenmaraña los movimientos de tus labios,
susurra cuando mientes,
cuando aciertas.
El silencio es solitario,
se le ve por las calles
desolado y cojo
y cuando me lo encuentro casi siempre va contigo,
moviendo su bastón de arriba abajo
El silencio es esclavo,
Porteador de uvas secas que le pesan,
Uvas que tú comes y vomitas en el suelo
Como dejando pruebas, rastros para que te siga.
Lo que no entiendo es que si el silencio es
cierto,
solo
y esclavo de tus juicios
yo le siga como condenada y mienta.
Recuerdo las negras madrugadas de la infancia.
Tangos,
Boleros,
Aguardiente,
llanto,
todo regado por el suelo.
Una niña adormilada arrellanada a los pies de su padre.
La madre oculta evitando el choque brutal del puño cerrado.
Un niño conteniendo la cólera bajo las sábanas.
La conciencia de los hechos enredada en los cabellos
y la necesidad de crecer para vengarse.
Partiré a las 9:27
en el último tren a Nápoles,
no camines tras de mí,
no extiendas lánguidas tus manos en pos de súplica,
no suspires,
No vengas.
Partiré a las 9:27
no lo olvides.
Eliana Maldonado nació en Medellín el 20 de diciembre de 1978. Algunos cuentos cortos, una novela corta y una colección de poemas recopilados en un libro inédito bajo el titulo «Imprecaciones» son el producto del trabajo de 10 años. Primer puesto en el concurso de poesía erótica Jazz-Eros, universidad Nacional de Colombia, con el poema «Fuera del Paraíso», 2005. Ha publicado algunos de sus poemas en la revista Punto Seguido, edición numero 48. Participante activa en el programa de radio «Taller de Luna» de la emisora de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Su obra poética tiene un alto contenido erótico, sensible, sin caer en lo vulgar y prosaico, es constante el uso de analogías, donde las metáforas tomadas del mundo natural, son llevadas a sentimientos y afectos humanos. Una poesía marcada por sus propias vivencias y formas de ver el mundo, escritas en un lenguaje sencillo y abierto. La problemática social la aborda con una mirada atenta frente al mundo contemporáneo, sin caer en obviedades dentro de un realismo inmediatista. En su típica forma sencilla y clara de expresión hace sutiles críticas a la posición que tienen actualmente diferentes círculos intelectuales y científicos. Como estudiosa de la Ingeniería tiene una fuerte tendencia a racionalizar sus vivencias y sentimientos, es notoria cierta angustia en su encuentro con lo pasional, la lucha interna del poeta por sobrevivirse, una multiplicidad de espíritus en contradicción dentro del poema para aflorar en un medio árido como la ciencia y la técnica.