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ANTONIO ARMENTEROS

ANTONIO ARMENTEROS


Plegarias contra el miedo

...Y como el miedo crea hábito, nuevas clases de miedo
han aparecido con los años...

RAFAEL ALCIDES

I

Tal vez será como alinearse
Alzar la mano en medio del rebaño
No creer las premoniciones.
Tal vez será como llegar
                     —confesarme—
pedir la excomunión del alma
mirar fijo la bendición en los ojos del hombre.

Tal vez será como mostrar oscuras llaves
abrir la puerta
                    y pedir auxilio.

II

Temo no ser el que querían.
Madre me palmotea suavemente:
"Pero hijo esa obsesión por las palabras".
Cristo me ve ríe en toda su imagen
alguna vez él y yo
                    jugamos a des-clavarnos
escupir frente a las cruces
no ser infinitamente normales. Ahora temo que el reloj se quiebre
la arena en mi cabeza estalle.

Junto al mar se alza-mezcla la tarde veloz.
De la fiebre surgió la música o viceversa
hay figuras entre la sal y el hollín de la casa
                                                             suplicando:
"No mojes los huesos"
de asegurar o imaginar que no giran
no rotan estos diez mil ojos>>.

Réquiem por esta noche de arenas movedizas
donde ella finalmente no está:
                               Y es el deseo mayor
                               es sin carne (girando) aún
                              hasta que razono.

Los ídolos

Vi los ídolos caer
caían sin reino. Vi los dones por la sangre           en los dedos
grises pasos            la quema del ángel y San Pablo
acaso en la piedra sin guardianes.

La ciudad duerme entre salmos
reacios líquenes           trapecios/luces silentes.
Por las avenidas cortas intuí frases duras.
Hoy tendremos al centro leyes/viajes
sexo/a-nexo                      julio o túnel en puente y nada palpé.
Venganzas primitivas al igual difieren
en el río ennegrecido por las pasarelas
un amor mil veces Vil.
Vi los ídolos caer y extraño
caían sin reinos.

La Nada / Nada Prefigura

Rogarle a la mano: "Por favor no ser mi mano".
¿Y si sucede?
Me tornaré irreal como los personajes
          de mis versos.
—Me encantaré con ellos.
He practicado el ritual de los obedientes y nada.
He practicado el ritual de los iletrados y nada.
He practicado el error de los sin nada... y nadie.

Como esas provincias que nada esperan enarbolo
           el alma.
Rogarle a los nervios: "Por favor, no habitar
          jamás la mano".

Balada inconclusa del hombre gentil

O. A:Y.
"El diablo se ha metido en mi cabeza".

Tal vez un aire solitario de Vivaldi
sería la respuesta
                              pero el hombre
ocupa su lugar dentro del circo
y juega decidido su poca suerte
a los dados marcados de antemano.

Apuesta su sonrisa a la moneda
su voz           en la moneda
a la moneda todo el corazón
hasta que el tedio
                              sobre carta y jugador detiene la ruleta.

Antonio Armenteros Álvarez La Habana, 1963. Poeta y crítico literario. Ha publicado tres poemarios: Nastraienie, Casa Editora Abril, 2000, La Caída, Editorial Letras Cubanas, 2000; y Los Estados Crepusculares, por la Editorial Letras Cubanas, 2002. Próximamente aparecerá por la Editorial Extramuros su cuaderno: Casa Québec. Ha obtenido el Premio Nosside Caribe 2001, Premio Pinos Nuevos, 1999, Premio Abdala 1999, auspiciado por la Unión Árabe de Cuba, Premio Calendario de la AHS 1998, Mención David de la UNEAC 1998, Mención Julián del Casal de la UNEAC, 2000, Premio 13 de Marzo, 1995, Menciones Luis Rogelio Nogueras en 1996, 1997 y 1998 y Mención de Poesía de la revista La Gaceta de Cuba 2002.

Última actualización: 28/06/2018