Las maldiciones de la viuda Achol
Por:
Taban Lo Liyong
Traductor:
Rafael Patiño
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 80. Diciembre de 2007.
Las maldiciones de la viuda Achol
Soy una pobre mujer sureña
Que no ha tenido paz desde 1955.
Los británicos, egipcios y árabes sudaneses
Han arruinado mi vida y mi visión estos cuatro años.
Cuando Iraq amenaza a Israel
Llueven bombas sobre Bagdad
Y se crea la tormenta del desierto.
Cuando Milosevich hace a sus propios musulmanes
Lo que los árabes nos hacen a nosotros
La completa Serbia estalla en fragmentos.
Le pedí a Clinton, Carter, Thatcher
Cuidar también mi senda luego que la Casa Blanca
Haya dejado la oveja bajo el tierno cuidado
Del astuto zorro del desierto
Pero no soy amenaza para los intereses de Europa;
No soy el niño elegido del Dios de Israel.
Ahora que el marxismo ha muerto
No podemos extorsionar a occidente para que nos haga algo bueno.
La única arma que me queda para emplear
Son las maldiciones abundantes de la pobre mujer afligida.
Aquí vamos, entonces, maldiciendo a occidente por todos sus pecados:
Mueran sus hombres y mujeres de cáncer
Ustedes que no pueden morir de minas quiebra-patas y bombas;
Que los carros agoten sus almacenes
Ustedes que viven apaciblemente en cuartos con aire acondicionado;
Que el amor por el lucro arruine su juventud
Ustedes que amasan riquezas obtenidas sin miramientos;
Que la obesidad y el síndrome de la pitanza excesiva mate a su gente
Ustedes que no han conocido el hambre en estos 54 años;
Que sus hijos e hijas busquen dolores personales
Ustedes que se mofan de los torsos consumidos de mis niños;
Que sus hijos se conviertan en asesinos de familia
Ustedes que no dudan en erradicar la injusticia en todas partes;
Que la confusión descienda sobre sus casas
Ustedes que toman la hospitalidad del paisano
Por falta de sofisticación;
Que los Dioses Indios, Dioses Aborígenes, Dioses Esquimales, Dioses Pigmeos
Se combinen todos para hacer llover calamidades sobre su pueblo
Hasta que regreses inclinado y des prueba de humildad,
Ustedes que caminan arrogantes como dioses,
Que Kurdos, Bereberes, Tamiles, Inuitas, Chipanes
Convoquen a sus dioses y diosas a estar junto a ellos
Para asegurar que los maltratos que trajeron a nuestras tierras
Están rectificados todos
¿A nuestra satisfacción?
Y hasta que todos se hayan vuelto humanos,
Todos humanos, y cuiden de mis niños espigados
Entonces descargaré esta maldición.
Yo, la viuda Achol, he hablado,
Elevando mis manos hacia Ngundeng.
Amen.
Un ejercicio para Cynthia Schor
Un poema es como un regüeldo
Que brota de un estómago saciado.
De alimentos ingeridos se reúne gas
Que se encamina hasta el gaznate y
Emerge ruidosamente con color azul.
Impedirlo no hace más que adentrarlo.
Un poema es como rabia
Por la injusticia que nubla tu vista.
Del hombre y la mujer vienen los ingredientes
La infusión se espesa con dolores previos
La explosión llega con un bang o un fizz.
Adentrada, la navaja naufraga internamente
Un poema es un chiste:
Bien contado, la gente ríe.
Repetido, se convierte en ensayo.
Un poema es un poema es un poema.
No me voy más de romance...
Con el General Sida aterrorizando las ciudades y los campos
No debemos ir más de romance muchachos
No vayamos más de romance.
Con las Feroces Leonesas del Sida merodeando las planicies y ciudades
No debemos ir más de romance muchachas
No vayamos más de romance
Con el Oficial del Sida pagando créditos a diestra y siniestra
No debemos extraviarnos del recto sendero, gentes
No nos extraviemos del recto sendero.
Con Doctores y Comerciantes recomendando diariamente los condones
Debemos utilizarlos como estudiantes recursivos
Usemos condones como recurso
Con el Banco Mundial y las Multinacionales amenazando reducciones
Debemos una admonición a los esposos para recordarles sus mayores juramentos
Una admonición a los esposos para recordarles sus juramentos
Con tantos maestros ya despachados y otros tantos consumiéndose
No nos aprovechemos de los alumnos, maestros
No nos aprovechemos.
Con los sostenes de familia despedidos a diario de la fuerza laboral
Juraremos no perder nuestros empleos
Juraremos nunca perder nuestros empleos
Con los paisajes del consumo clamando piedad por el entorno
No hagamos nada por influjo esposos
No hagamos nada por influjo.
Con tantos niños huérfanos y abandonados
Debemos pensar dos veces antes de concebir, damas
Pensemos dos veces antes de concebir.
(San Pablo fue justo:
Ello te lleva afuera
Ello te lleva abajo:
Ello te lleva a disminuir.
Hazlo sólo para procrear
Con la que desposaste.
Las travesuras de Rwachkaro
Rwachkaro emergía de su guarida
Sintiendo necesidad de vida gregaria
Extrañando el olor humano de los tipos bestias.
Como el milpiés que adelante tantea su camino
¡Los pasos de Rwachkaro estaban impedidos
Por un golpe en los nudillos!
¿Es este el camino del mundo
Que nadie te deja mover
A menos que ellos mismos te muevan?
¿Es este el camino de la condición humana
En que te mueves a pesar de la fuerte oposición?
Desafías a los rufianes
Y pierdes todo
¿O ganas todo?
¿Somos épicos charlatanes
Practicando juegos heroicos
En la Amazonía rústica?
¿Fue valioso el desafío?
¿Fue valiosa la resistencia?
¿Existe necesidad alguna de tomar una pausa?
¡No! Sería mal interpretada.
Es recio escalar una colina
Por el lado del mar.
Los gigantes debieran buscar
Climas congeniales habitados por tipos leones.
Superando la resistencia,
Buscando retos mayores,
Desafiando la gravitación terrestre.
Taban Lo Liyong nació en Sudán en 1939. Es poeta, novelista y ensayista. Estudió Literatura y Periodismo en los Estados Unidos. Ha sido considerado uno de los mayores poetas africanos de la actualidad. Entre sus libros de poesía publicados se incluyen Franz Fanon´s Uneven Ribs; Another Nigger Dead; The Cows of Shambat y la antología poética Carrying Knowledge Up a Palm Tree. Images of Women in Folktales and Short Stories of África, es uno de sus libros de ensayos.