Jack Mapanje (Malawi)
Por:
Jack Mapanje
Traductor:
Rafael Patiño
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 80. Diciembre de 2007.
LA HEDIONDEZ DEL POTAJE
¿Por qué la hediondez del potaje
Con larvas y gorgojos flotando,
El calor chamuscante atrapado
Entre muros pestilentes,
La irritación de estridentes
Cigarras y ciempiés,
Las hienas por siempre riendo,
El feo aguijón del escorpión
Sajando espina dorsal abajo,
Nos rastrean dondequiera nos escondemos?
¿Por qué el diario curvarse
Entre la desnudez nos busca como en prisión
Los guardias esculcan en los anos
Los falsos planos de nuestras evasiones,
La purga mensual por la
Malaria, cólera, diarrea,
El arbusto venenoso de flores amarillas,
Las filas en Bahía Enferma de esqueléticos
Miembros ávidos de valium
Para curar silencios mortales-
Por qué la hediondez de la prisión
De súbito nos arrebata como lujuria?
¿De una vez por todas no rigió el espíritu
Los lamentos de los prisioneros moribundos
Los tormentos de los enloquecidos prisioneros,
Las heridas supurantes de nuestros codos,
Rodillas, pelotas, traseros, nalgas, donde quiera
Y la ventisca soplando recio
En los oxidados techitos
Y los inermes pollos
Goteando en la lluvia?
¿Cuánto nos perseguirá esta hediondez,
Es cierto realmente lo que ellos dicen:
Una vez prisionero siempre prisionero,
Por qué?
LOS TAXIS DE NORTH YORKSHIRE
Se trata de cuán fácil confiaste a ellos
Con la historia de tu vida que confunde,
El modo de lanzarte al asiento delantero,
Ya con el cinturón, quizá te disculpaste por
La leve tardanza o la llovizna del
Valle de York que descuidaste en sus asientos
Antes de bombardearlos con cuentos
Del mundo que nunca compartiste realmente.
Cómo se atreve a dejarme después de estos
Años, comenzaste, y cotorreaste más y más
Acerca de los niños, el carro, la hipoteca,
Ardides para sobrevivir cuando finalmente ella se fue.
A menudo fueron los taxis los que lo provocaron -
¿Cómo fue eso dónde estábamos entonces?
Y te echaste un discurso liberal acerca de
Las chanzas secretas que ellos ni entendían
Ni deseaban oír. Sus respuestas
A los comentarios radiales eran ofensivas:
Esos son nuestros civilizados periodistas,
¡La mierda usual, como se dice!
Y excitado añadiste de forma natural, ¿cree ella
En verdad en el glorioso público general
Que ella inventa y para el que tan elocuentemente habla?
Acerca de política en general ellos observaron:
¿Qué es lo que pasa con los políticos,
Por qué no pueden ellos ver lo que la gente ordinaria ve?
Y tú peroraste por siempre y un día más.
Los taxis de North Yorkshire fanfarronearon
Sobre los ricos y famosos que habían conducido,
Los rufianes de fútbol que habían atracado
Sus vehículos tras las borracheras del sábado,
Y entrometidos de fiestas vomitando;
Ellos estaban prestos a advertir sobre las ciudades,
Rincones de evasión, bares y callejones también;
En cuanto a su temor de otra guerra mundial,
Los más viejos taxis se estremecieron primero: durante la guerra...
Piensa tú, mi querido Sadam,
Estás escondiendo realmente armas de masiva
Destrucción allí, ¿lo creen ustedes?
Pero los taxis de North Yorkshire estaban
En su esplendor cuando alardeaban
Con lo que ellos creían que necesitabas pensar
Antes de que les ofrecieras la propina
Y bambolearan tu equipaje a casa
CUANDO ESTE CARNAVAL TERMINE FINALMENTE
Cuando este espumoso carnaval termine finalmente, hermano
Cuando tus venas tamborileras se sequen, estos mismos funcionarios
Quemarán los textos de las plegarias que te cantamos
Y astillarán las calabazas en las cuales bebiste.
¡Tus Hechizos, estos tambores, y las efigies ardientes serán
Los cómplices de tu mundo armado con mentiras!
Debajo de tu choza de bambú sobre la playa ellos harán una hoguera
Bajo el pretexto de darle a su héroe un verdadero funeral tradicional
Aunque en verdad es para librarse ellos mismos de otro
Espíritu mortal que podría de otra manera haberlos embrujado,
Y al despertar nuevos danzantes enmascarados saltarán rápidamente
En la arena danzando al son de pieles más templadas, jactándose de
Otros clanes de calabazas mientras los embalsamadores bromean:
¿En qué creyó él que iba a convertirse, en un Dios? ¡Al Diablo!
ESTA CABEZA QUE AÚN SE RESQUEBRAJA
La cabeza
Que realmente duele es
La esposa, los niños,
Parientes y amigos
No admitidos,
La escasez
De espacio para respirar
Y la materia legible,
El ruido
Del papel crepitante
Y la pluma
Impugnada.
Jack Mapanje nació en Malawi en 1944. Poeta, lingüista, editor y activista de los Derechos Humanos. Por su poesía radical fue, en 1987, hecho prisionero cerca de tres años y medio, por la dictadura de su país, encabezada por Hastings Kamuzu Banda. Ha publicado los libros: Of Chameleons and Gods, Heinemann, 1981 & 1991 (Rotterdam International Poetry Award, 1988); The Chattering Wagtails of Mikuyu Prison, Heinemann, 1993; Skipping Without Ropes, Bloodaxe Books, 1998; Oral Poetry from Africa: an anthology, Longmans, 1983; Summer Fires: New Poetry of Modern Africa, Heinemann, 1983 y The African Writers' Handbook, African Book Collective, 1999. Por su contribución a la poesía africana y a la defensa de los Derechos Humanos, recibió en 2003 el Premio Fonlon-Nichols, de la Asociación de Literatura Africana en Estados Unidos.