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JARED ANGIRA

AHORA NO IMPORTARÍA

Te vi crecer en mi corazón
                    Desde esa semillita de mostaza
Tierno brezo
                    Que siente el ramificarse de nuestras raíces
Cerrándose alrededor
                    De mis órganos de supervivencia
Las ramas desplegándose
                    Con el coraje del amanecer
Sombrilla para el sol calcinante
                    Paraguas para la lluvia que empapa
Aun cuando las hojas amarilleaban
                     Nunca advertí
Cuando las hojas se secaban
                    Supongo que nunca me importó
Porque no sabía
                     Pero incluso si me importara ahora
Las raíces son un tiempo lejano dentro de mí
                    Y ya nada cambiaría.

DONDE LAS TORTUGAS
NO SE ATREVEN A ANDAR

La aprieto
                    E igual que una mariposa
Se desvanece en cenizas, venenosas

Le doy espacio para respirar
                    Una bocanada de aire vespertino
Se va volando
                     Y allí, allí, se posa en la mierda
Aleteando
                    Excitación de un nuevo hallazgo
Un nuevo lugar donde posarse
                    Oh pobre polilla
Que muere en el brillo de la luz

Un río que evita la colina
                    Sólo para lanzarse en picada
Por las cascadas pavorosas
                    Una aguja que intentas esconder
Y te hinca profundamente
                    Una cepa que nunca retoña
Intentas amasarla a tu forma
                    Toma la forma propia
La púrpura flor del Jacinto
                    El triángulo de las Bermudas
Donde las tortugas no se atreven a andar.

HACE YA TANTO TIEMPO

Hace ya tanto tiempo
                   Desde que el último barco
Ancló en esta bahía
                   El canal obstruido
Los arrecifes enraizados

La última draga
Regresó a los Grandes Lagos

Hace ya tanto tiempo
                  Desde que el último tren
Silbó en esta estación
                   Las señales oxidadas
Y el rasgado caballo de agua
                  Se desplomaron en la espera

Hace ya tanto tiempo
                   Escuchando una imitación
De una voz tan familiar
                   Susurros desde los sauces
Los manantiales
                  Que han ido y venido
Sepultándose en las profundidades

Hace ya tanto tiempo
                  Desde que los espectáculos convergieron
En el cementerio junto a la colina
                  Donde los epitafios cuentan
Grandes historias en verso
                  Hace ya tanto tiempo
Cielos sobrecargados doradas nubes
                  Oficiales de aduana cerrando los ojos
A las violaciones fronterizas

Dilatados abismos
                  Que se tragaron a los valientes
Oh, hace ya tanto tiempo
                   Desde que la última risa
Rozó el sueño esquivo
                   Y perturbó
El sueño de medianoche.

Traducciones de Omar Pérez

JARED ANGIRA nació en Kenia el 21 de enero de 1947. Escribe poesía hace treinta y cinco años. Ha publicado siete libros de poemas, entre ellos: Jugos, 1970; Voces silenciosas, 1972; Suaves corales, 1973; Cascadas, 1979; Los años pasan, 1980; y Mareas de tiempo –poemas selectos-, 1996. Actualmente reside en Seattle, Washington. Fue director de la Asociación de Escritores de Kenia, hasta el 2005 que abandonó el país. “La mía ha sido una tentativa de hacer frente a las fuerzas de la destrucción de la mente, poesía que intenta encontrar significados en lo que es aparentemente mundano, significados en las situaciones que no pueden ser concretadas en prismas regulares. Son poemas que aceptan cambios constantes de paradigma pero que dan fuerza a un momento en el tiempo donde/cuando emergerá alegría, amor verdadero y esperanza desde la paciencia y humildad, honradez y sinceridad.”

Última actualización: 28/06/2018