Dianamar Carvajal (Colombia)
Por: Dianamar Carvajal
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 81-82. Julio de 2008.
EL CIRCO
El circo estaba anunciado y todos asistieron,
sabían que venía el trapecista,
el mago con su hermosa ayudante,
el domador de tigres, los monos juguetones
y los payasos
Lo que no sabían era que varios presidentes y otros políticos
asistirían como parte de la función.
¡SILENCIO!
Ay voz,
por qué te molestan las cuerdas vocales como culebras
finamente acomodadas en la garganta,
que protestan si oso utilizarlas
se enredan, se encojen, escupen veneno, devoran su cola
y Yo, derrotada, vuelvo a callarme.
BELARMINA
La maldad es una llaga que escupe injurias,
Larga, huesuda, torso corto, los dedos como serpientes atragantadas
con piedras, ojos de lechuza y nariz encorvada.
La maldad se asoma por una ventana y se muerde los labios de rabia,
la maldad habla cosas sin sentido,
crea monstruos en su casa y adorna con ratas las mesas;
en su cama se acurruca junto a la muñeca que ha cocido
con mi nombre, un cabello y una foto,
la agarra con sus serpientes con piedras atravesándole alfileres
en todas direcciones.
La maldad es carroñera, tiene hambre de amor muerto.
OTRO MUNDO
Recostada en el musgo con los ojos cerrados trataba de mirarse, como si ella fuera el bosque, cada pino, cada hongo, cada fuente de agua cristalina.
Descubría su fuerza en la medida que se absortaba en su mágico mundo astral, le decía palabras lindas al agua, el agua le danzaba en un coqueteo excitante.
Un día sus manos sudaban, los ojos absortos estaban irritados, los pies hinchados. No regresó, esa debe ser una forma de convertirse en hada.
DIANAMAR CARVAJAL nació en Medellín el 5 de marzo de 1983. Estudiante de la universidad de Antioquia en el programa de pregrado Licenciatura en lengua castellana. Ha participado en los talleres de poesía de la B.P.P. y de la Corporación de Arte y Poesía Prometeo. Tiene varias obras inéditas en poesía, entre ellas: Unipoefa, 1999; Celda de soñadores, 2004, Llanto Hipógeo, 2006; y Culpa de otra, 2008. En su ensayo, Dianamar, del existencialismo a la realidad, nos dice Diego Fernando García Restrepo: “Su poesía es la demostración del propio carácter del poeta intentando matizar su creación artística para hacerla única, acariciar las propias palabras, verlas crecer y florecer, su obra se basa en la propia realidad, vivida a través de su experiencia o por los ojos de las experiencias ajenas, su realidad es la realidad de los otros y partiendo de esta premisa la refleja en el poema con ensoñación e inteligencia; por eso en sus líneas se construyen historias humanas, su poema es de aire triste, abierto a la melancolía pero no cae en lo lúgubre, por el contrario este es un hijo, es el parto desgarrador que grita a las injusticias, a los ecos de la muerte que su entorno parafrasea, leerla es leer el país, es encontrar el punto donde el fascismo y la democracia se confunden, es involucrase de lleno con las mega tendencias sociales. Su obra se puede abordar desde las diferentes personalidades que posee y que expresa sin ambages, la Diana social, Romántica, la Diana Madre, la eterna enamorada, la despistada, la de culpa de otra y llanto hipógeo, murmuran palabras distintas que al filo de la cordura construyen un diario personal, con aire de vivencias para todos, escribe con soltura y pulcritud anexando a la norma, las aristas de la metáfora, el símil, la sátira entre otras. Sus poemas surgen desde su existencialismo, que también demuestra su dirección a la causa humana “La naturaleza espera con paciencia la extinción del hombre...” sin embargo deja escapar ese sentimiento de fundirse en el paisaje, de ser una entidad del bosque, de ser un elemento cotidiano, incapaz de atacar, Quiero ser árbol o flor, quiero ser agua de lluvia, quiero ser montaña casa y callarme apacible como un Dios, un nuevo ser que inspire la paz que tanto ha escuchado nombrar pero que no se realiza, por eso denuncia, por eso no calla las injusticias. Leer a Dianamar produce el entusiasmo del patriotismo, el despertar de las amnesias inducidas por los poderosos, la sensibilidad por el sentimiento amoroso, por el desgarrador y por el hace bien, la reconciliación con nuestra propia vida, vida que debe servirnos para construirnos con los otros.”