Nguyen Bao Chan, Vietnam
Por:
Nguyen Bao Chan
Traductor:
Esteban Moore para Prometeo
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 81-82. Julio de 2008.
MEMORIA
La memoria juega al yo-espío
Con aquellas cosas que uno recuerda
Halla una muñeca de madera
Y sueña un bosque
Recoge un caracol
Y escucha las olas del océano
Ve los rayos del sol naciente
Y experimenta la tibieza de los besos
Roza una piel desnuda
Y se quema con las brasas del amor
Sorbe el rocío de la noche
Y sufre nuevamente una antigua sed
Toca el río
Y las ondas se alejan
Se oculta
Y descubre el cielo
Gira sobre sí misma
Y cae en el abismo...
AMOR SILENCIOSO
Nunca me has visto
Soy la suave luz del amanecer.
Tú siempre despiertas más tarde
Que mi amor puro.
Tú nunca me has escuchado.
Soy el murmullo de la noche
En los brotes del árbol.
Tú nunca te estableces.
Siempre te hallas en nuevos lugares.
Tú nunca me has reconocido.
Los rostros de tantas mujeres
Permanecen en tu memoria
Ninguna de ellas tiene mi rostro.
Muchos pequeños pétalos
Han caído de tu mente.
Uno de ellos soy yo
Desde entonces la flor libera su fragancia.
SILENCIO
Hay algo que no puedo decirte
Soy tan silenciosa como un gusano de seda
Hilando una brillante hebra.
Despliego mi amor a los rayos del sol.
Tejo mi amor en el interior de la luz.
Tú eres la impaciente lluvia
Que humedece la seda que hilo.
La mano de mi padre
Observando la palma de tu mano
veo las penurias del pasado y del futuro.
Observando la palma de tu mano
veo el firmamento de mi infancia,
cuando aún podía volar hasta la luna
y todos mis sueños serían una realidad.
¡Padre! El tiempo ha pasado
he regresado de los sueños a la vida.
He sostenido en mis manos los añicos
de mis sueños destrozados.
Los he molido para protegerme,
los he afilado para mantenerme viva,
los trituré nuevamente,
para ser capaz aún
de amar, tener esperanzas.
¡Padre¡ Si mi vida nuevamente se hiciera añicos,
Sé que tú recogerías los pedazos,
a pesar de que te cortarían la palma de tu mano
a pesar de que te herirían profundamente.
8/1995
Un sueño atado a un hilo
Soy una sonámbula, atada a un hilo
arrastrada por los vientos hacia el horizonte.
Bajo mis pies, los ojos de las casas están cerrados,
durmiendo profundamente en la escarcha del amanecer,
ocultando vidas secretas detrás de las ventanas cerradas.
Bajo mis pies, los senderos han sido pisoteados
por las personas que pasan. Sus rivalidades,
decepciones y traiciones también duermen,
absolutamente agotadas.
Bajo mis pies, el amor ha sido abandonado,
lo dejaron afuera en la desteñida oscuridad
anhela que la luz le devuelva la vida.
Elevo mis sueños atados a un hilo,
ellos toman altura y caen,
luego se alejan en su vuelo. No puedo retenerlos,
mientras flotan hacia el amanecer
listos para dormirse una vez más.
Bajo mis pies...
1998
La mujer en el museo de Jaffa
La mujer en el museo de Jaffa
hace seis mil años que no llora.
Durante seis mil años
ha ocultado su rostro.
Dejen que las personas contemplen
su dolor marchito,
del mismo modo en que estudian
los antiguos jarrones, monedas y lámparas.
La mujer del museo de Jaffa
hace seis mil años que no sonríe.
La urna de cristal es su fortaleza
la que se estremece
bajo el aliento inquisitivo
de aquellos que pasan.
Durante seis mil años
la mujer en el museo de Jaffa
ha perdonado
la ingratitud y negligencia
de todos los visitantes.
No obstante
continúan viniendo
y la ignoran
a ella detrás
de las mudas paredes.
La mujer en el museo de Jaffa
durante seis mil años
no ha esperado a nadie
no ha esperado nada.
Durante seis mil años
ha dejado fuera a la luz.
Ella duerme sobre la almohada del tiempo.
Israel, Diciembre, 1996.
Esta tarde
Sé que esta tarde se pondrá con los últimos rayos del sol
y aquellos momentos en los que estamos juntos,
a orillas del río y de la amarilla alfombra de arena,
se disolverán en la noche;
mañana seremos extraños.
No obstante me oculto en ti, con la esperanza
de hallar la ilusión de un puerto, para dejar atrás
las angostas calles sin salida,
y conquistarnos mutuamente.
Hemos venido aquí esta tarde
y nos fusionamos con las ardientes aguas.
Fusiono miles de rotos rayos de luz
para contenerte para siempre.
Sin embargo no puedo retener el agua
mientras esta se lleva tu tierna sonrisa
5/1999
Nguyen Bao Chan: Una nueva voz dentro de la antigua fortaleza
La poesía de Nguyen Bao Chan, poeta vietnamita
NGUYEN BAO CHAN nació el 23 de noviembre de 1969 en Haiphong, Vietnam. Se graduó del programa de Escritura y Edición de la Universidad de cine y teatro de Hanoi en 1991, y actualmente trabaja como editora y guionista para Vietnam Television. Nguyen Bao Chan ha publicado varios libros de poemas: el primero, El río quemado, 1994, recibió un premio de la Unión vietnamita de arte y literatura. El segundo, Atravesando el invierno, fue publicado en 1999. Es una de las cien poetas vietnamitas incluidas en el resiente antología bilingüe La musa desafiante: Poemas vietnamitas desde la antigüedad hasta el presente, publicado en 2007. En un ensayo suyo sobre la poeta, Una nueva voz dentro de la antigua fortaleza, afirma Trinh Y Thu: “La poesía moderna puede ser brutalmente seca y carente de emoción. Pero, puedo decir con cierta certeza que este no es el caso de Nguyen Bao Chan, quien en años recientes ha emergido como una de las voces más importantes entre las mujeres poetas de la literatura vietnamita. La poesía vietnamita, con su larga tradición que data de los períodos Li-Tran e incluso antes, tiende a lo lírico y se halla cargada de emoción. La poesía de Nguyen Bao Chan, al menos en la superficie, parece gravitar hacia esa tendencia, aunque en ocasiones su lenguaje dirige al lector en la dirección contraria. Ella ha vivido, de hecho desde su segundo cumpleaños, en la ciudad de Hanoi, denominada como la tierra de la cultura de los mil años; y la ciudad tiene una gran influencia sobre su pensamiento y actividades culturales. Este hecho se refleja con claridad en sus poemas. Hanoi no es solamente la ciudad antigua del país, es también testigo del nacimiento de una nación hace miles de años. Rodeada por esa tradición, no nos sorprende entonces que su voz tenga un tono tiernamente nostálgico. Aquí, la poesía puede ser tan blanda como la nieve y la melancolía en sus palabras es irreprimible. No obstante, no sería correcto categorizarla como una tradicionalista. A pesar de que no podemos referirnos a sus poemas como experimentales, son modernos en el sentido que los sentimientos se expresan de un modo íntimo. No hay nada que ocultar, y el ser interior es examinado enérgicamente por la conciencia, casi como si estuviera realizando una meditación. El resultado es una poesía que nos habla desde el alma. Viviendo y comprendiendo perfectamente las molestias y dificultades de la vida moderna. Sin embargo, ella no desea causar una “onda expansiva” explorando demasiados tabúes como sucede en la obra de sus contemporáneos. Su lenguaje extremadamente sensual y pleno de significado crea una esfera de intimidad que acerca a sus lectores a sus propios sentimientos. Y, ese es el propósito de su trabajo, compartir sus sentimientos con el otro. Ella no tiene la necesidad de arrojar su desesperación dentro de su poesía. Cada una de sus palabras han sido cuidadas y valoradas por ella con amor, tierno y afectuoso. Y esa es la cualidad de un verdadero poeta. Su uso de la lengua vietnamita es siempre innovador…”