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ELISA DAVOGLIO

Por toda mi frivolidad
Permanezco maquinista de fábula
En el tren de campanitas

Con mis flequillos al aire
Y la irreflexión de los años
Del país

Sobre el límite de la colina
La montaña perdura
Como un viejo motor enquistado en un muro

Allá lejos están las hadas de Buti,
de todos aquellos fuegos fatuos que

a mí no me perturban pues soy vieja y compasiva,
el sueño de los días de los días de los días
Las hojas pueden proteger
en esta muchedumbre de preceptos.

La lluvia cae en hilera de trazos,
entre el río y la playa
y busco para ti el lado claro
de aquella imagen nuestra detrás del ventanal

Vértigo del cristal
maniquí de poliéster de satín primavera

No te extraes del círculo de nuestra exhalación
de aquello que en la infancia te hizo manchar las yemas de los dedos
de polvo y néctar

Caucho verde y algodón
exhalación de Marinetti entre las piernas.

Te empaparás de anhelos al vestirte de raso,
hurgarás con las manos
y encerrarás el nylon en sus palmas

Sólo nosotros tenemos necesidad de esa circularidad
del viento para poder movernos
ordenando las hojas
maldecir este cuerpo de Lautrec
vestir al desnudo

*

Ha terminado la estación del espacio más corto,
la prisa por invadir ese asidero lóbrego
como leche envenenada

Volverlo más ardiente
engañaba a distancia con unas manchas húmedas
y por la manera de aderezar el lecho
con guarismos de prensa

Lado a lado cruzaba
el cúmulo de horas
y en los clavos del pavimento
tropezaban las puntas de los pies.

Imprecando la primavera
a los vivos y a los santos
y la mística muerte a la cual
se doblega la noche
para consolarse ahogándose
en el fondo del martirio.

*

Enarbolo en el aire
Un fragmento de cielo color púrpura
Caminando no obstante, exhausto, temerario
Forjado en bronce

Allí fue decidida la batalla

el renacer de Roma
desde un prisma óptico

-energía y registro ondulatorio
el titanio y sus grietas y de allí, mis ilusiones metálicas

Silueta azul y naranja
comunicaciones privadas al dente
sin voceadores de prensa que me anuncien el acontecer del mundo-

Corpúsculo, es el aliento de las luciérnagas
la lluvia ácida que he visto al día siguiente

Transgresión en sábado
afrenta a mi aprisco liberado
idéntico a todos mis días

Traducciones de Martha Isabel Obregón

ELISA DAVOGLIO nació en Livorno en 1976. Vive en Roma. Entró en 2006 a pertenecer al comité del Romapoesía. Su primer libro Olio Burning ( aceite quemante) fué publicado por Perrone Editores en diciembre de 2006, luego que sus textos aparecieran en la revista Gradiva y en la Revista Americana de Poesía Chelsea (traducidos al inglés). “Olio Burning” fué finalista a los premios Camaiore 2007 y Feronia 2007. En el prefacio de Daniela Attanasio a su libro “Olio Burning”, encontramos: “Un poeta es definido como tal, por ciertas característica peculiares que emergen del sentido de su escrito y por una especialísima sensibilidad que lo lleva a mirar el mundo y a sentir la vida con un vigoroso  giro de dirección. Este giro es un fenómeno que concierne al ojo, al corazón y además naturalmente a la lengua. // La poesía de ésta primera selección de Elisa Davoglio es rica en giros, en virajes del sentimiento en la cual el idioma por excesivo apremio casi parece incapaz de dejarla de cantar. Es en efecto, tal la velocidad de su expresión que no le permite detenerse a concluirla en una introspección en la que haya manera de escudriñar el desarrollo lógico – creativo de la percepción de lo real o de lo imaginario, para hacerla crecer en la frase poética. // Aquí la historia de cada poesía es una madeja de pequeños milagros que suceden sólo en instantes de la existencia, arrancados a la biografía y llevados a las páginas como si éstas fueran el testimonio vital de aquella transformación o recreación de la realidad, que es a fin de cuentas la obra poética. // A ésta búsqueda no es ajena su formación científica, fuerte componente de su expresión y su fuente metafórica predilecta; una especie de “Transfert” (transbordo) de la percepción de la vísceras y del corazón, a una percepción del cerebro. // “Olio Burning” Historia de amor y de poesía que cierra la selección, es tal vez el ejemplo más claro, aunque extremo del tema. // Los versos que componen “Olio Burnig” (Aceite quemante) son en realidad una catalogación de los aceites combustibles y de los daños que provocan en los mares y cuyo efecto contaminante es una experiencia metafórica de la pasión amorosa.

Última actualización: 28/06/2018