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Marjorie Evasco, Filipinas

18º Festival Internacional de Poesía de Medellín
Fotografía de Nidia Naranjo

Por: Marjorie Evasco
Traductor: Alice M. Sun-Cua y Jose Ma. Fons Guardiola

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 81-82. Julio de 2008.

ORIGAMI

Esta palabra se despliega, busca viento
Para acelerar el vuelo de la grulla
Al norte de mi sol, hacia ti.

Le doy forma a este poema
De papel, plegando
Las distancias entre nuestras estaciones.

Este poema es una grulla.
Cuando despliegue sus alas,
El papel quedará puro y vacío.

 

ELEMENTAL

Hay una estación para esta madurez,
la manera de ascender la savia del árbol para nutrir
el fruto de la rama más alta,
o el movimiento del jazmín
que trepa los enrejados para exhibir
una sola flor a la marea de la luna nueva.

En mi jardín los bambúes se arquean
sobre un trozo de césped, piedras de río,
tierra removida. Sola, donde las malas hierbas
crecen más salvajes, pienso:

cómo la dorada piel del mango
se quebró entre tus dientes; cómo
engulliste el cielo sin costuras
sobre Siquijor, volviéndose tu cuerpo
toda una tierra en la que yo podía comulgar
con lunas negras, el sabor de la tierra,
el fluir de cantos del río, el olor del aire
antes de la lluvia, ramos de flores
de nombres extraños. Sí, hay

razón para esta madurez.
Te haces de oro en mi lengua.

 

A UN NIÑO CONTORSIONISTA QUE
ACTÚA EN EL NATIONAL PRESS CLUB

Cuando te pusieron en el cañón
De luz, desliz de pluma
De niña,
Un grito apagado sobrecogió a tu público
Por la garganta.

Tu hazaña era diferente:
Frágil cuerpo-mente contorsionado
Entre miembros bien separados
En dos sillas sobre una mesa,
Anclado a un sólo punto
De supervivencia.

Hacías cada truco tan
Fácil, mientras ellos exhalaban su
Miedo, aplaudiendo desde sus entrañas
Pero lejos de tu verdadero
Logro.

Cada noche en Pistang Filipino
Tu agilidad de lentejuelas
Describe una precaria postura
En la que no hay arriba o abajo
Ni verdadero ni real.

Si te golpearas la cabeza
Contra el suelo,
No sería por falta de habilidad.
Hoy, no me quedé hasta el fin de la función.
Algo en mi interior se cayó.

***

 

SOLSEQUIEM
(a la manera de Maternidad de Pablo Picasso)

Ella había siempre sabido, desde que sintió 
el milagro de su corazón reviviendo en ella, 
que terminaría como empezó: sus brazos 
recogiendo su cuerpo adolorido una y otra vez
en su manto índigo, el escudo de su amor
trayendo al mundo un completo silencio.

Hoy, cuando el niño entró rengueando al cuarto
de costura, ella puso la bola de hilo,
la aguja y las tijeras en el escabel 
cerca de su silla de ébano, y lo estrechó entre sus manos, 
la derecha inclinando su cabeza para la bendición,
la izquierda cubriendo la suya que tenía una pelota 

roja y pequeña como su corazón sobre
su  frágil hombro. Al inclinarse ella
para sosegarlo, salió silenciosa la muerte
hacia el doble horizonte del mundo
siena y verdoso, verdoso y cerúleo, 
tonos primarios de la tierra tocando el mar,

del mar tocando el cielo. Al fijar esta visión
de la mujer en el centro del cuarto
calmando el corazón del niño, Picasso cuida
el mundo antes de que se destroce por completo, 
sus manos dando forma a un pequeño universo azul
iluminando la escritura, dándole cuerpo a la Palabra. 

 


CUERPOS DE ORO
( a la manera de Woodland Path in Iowa City, C.W. Kent)


El araguaney se vuelve cobre y oro ahora.
Mi hermano pintó su resplandor 
El año que se perdió en Venezuela. 

Fue este árbol ardiente de la memoria
Lo que lo llevó de nuevo al primer hurto
Cuando el ojo humano vio el fuego del dios,

Chamuscando la imaginación para que despertara
Encontró el camino fuera del bosque cuando
Semilla, flor y tronco fueron forjados en las llamas. 

Así es nuestro paseo mañanero en este día luminoso—
La búsqueda del cuerpo despierto en los árboles
De pie rojos, bronce y ocre, en Iowa.

Vivimos para abrirnos camino con palabras, 
Para realzar el color de todos los ocasos de un año
Guardando el color en la savia fluyendo, en cada retoño

Ardiendo de vuelta siempre en la noche inevitable
Prevemos el tiempo cuando la tierra se va a recoger, 
Pero ahora en el Parque Squire Point, de pronto entramos

En una senda encendida del bosque, los arces de miel
Caldeados: esta sombrilla amarilla de aire nos envuelve,
Expósitos del dios que sopla fuego. 

 

LA CONDITION HUMAINE

Así es como vemos el mundo

Hay un cuarto donde un hombre está tendido
Junto a una mujer cuyos hombros están iluminados
Por la mañana. El la despierta a la deriva
De nubes, turbulencia de cielos, llovizna 
De hojas en el aire. “Magritte”,
Le dice él a ella al oído, trazando
Con un largo dedo delgado
Un marco más allá del marco de la ventana.

Otro cuarto en otro tiempo
De pronto se abre dentro de ella. 
Ella está de pie junto a la ventana
Frente al espacio de hierba de la pintura, 
El corte de un sendero, y en el horizonte
Un muro de montañas midiendo el alcance
De un único álamo. La Condition Humaine,
Se vuelve ella hacia el hombre a su lado, 

Como diciendo que comprendía la forma como adentro
Y afuera de los cuartos del amor
El paisaje no siempre fue de una pieza;
Cada vez que ella tornaba su corazón en palabras
Para inventar la verdadera forma de ser,
Motas de polvo ya estaban atrapadas 
En la luz de las imágenes, como esta mañana
Que desapareció rápido y se volvió otro día. 

En seguida, cada cual estará en otra parte.  


Traducciones de Nicolás Suescún

 


MARJORIE EVASCO nació en la ciudad de Tagbilaran en la isla de Bohol en Visayas, parte central de Filipinas, en 1953. Escribe poesía en inglés y cebuano- visayés. Sus dos libros de poemas Dreamweavers (Tejedores de sueños): poemas seleccionados de 1976 a 1986 (1986) y Ochre Tones (Tonos ocre) poemas en inglés y en cebuano (1999) ambos  ganaron el Premio Nacional del Libro de poesía otorgado por el Manila Critic’s Circle (Círculo de críticos de Manila). Otros dos de sus libros, el primero escrito con Edna Manlapaz, llamado Six Women Poets: Inter./Views  (Seis mujeres poetas: Entre/ Vistas) (1996), y el segundo A Life Shaped by Music: Andrea Veneracion and the Pilippine Madrigal Singers  (Una vida moldeada por la música: Andrea Veneracion y los cantantes filipinos de Madrigal) ganaron también el Premio Nacional del libro por Narración oral y Biografía, respectivamente. En el 2006 su libro Ani: The Life and Art of Hermogena Borja Lungay (Ani: La vida y arte de Hermogena Borja Lungay) fue publicado y ganó el A. Ongpin, Premio Nacional del Libro en arte del Círculo de Críticos de Manila. Terminó su doctorado en Literatura en la Universidad De La Salle de Manila, Filipinas, donde es profesora de la Facultad del Departamento de Literatura.

“Mi primer libro de poemas llamado Dreamwevers (Tejedores de sueños) es un libro de orígenes. Me tomó más de diez años de trabajo y sus temas tocan el concepto creativo del “Mata” u “Ojo”, motivo que puede encontrarse en las telas asiáticas tradicionales, tejidas a mano. En las Cordilleras, norte de Filipinas, el motivo del ojo también comunica el concepto de llaves, cerraduras, aperturas, clausuras. En un salto de la imaginación, se pueden asociar estas ideas al sentido de un Yo integrador. Otro concepto creativo de los que informa la primera colección viene de la historia Filipina. En el punto del impacto colonizador, los cronistas españoles describieron las personas de Visayas como pintados/ pintadas, la gente tatuada. Las marcas en el cuerpo eran sólo para hombres y para mujeres que hubieran hecho actos heroicos o creado cosas hermosas, útiles para la vida de la comunidad.  El segundo libro llamado Ochre Tones (Tonos ocre) tomó más tiempo, doce años, y yo lo llamo un libro de cambios anclados sobre los primeros elementos, la tierra, el agua, el fuego y el aire. Es en el libro donde me comprometí con retomar la lengua de mi madre a través de la traducción del inglés al cebuano- visayan. No hace falta decirlo, la decisión de escribir en cebuano y convertirme en una escritora bilingüe es una elección política y artística en el contexto postcolonial de los actos del lenguaje. Yo sólo sé esto: que los materiales de la imaginación son tomados de los caóticos cultivos de sueños y memorias, y que cada poema se alimenta de lo que necesita. La rica arcilla del tiempo y el espacio, vividos fuera y dentro de la propia naturaleza, del proceso creativo. Y el hacer poemas es una manera de concentrar la visión interior, dejar que algo nuevo tome vida con sonido, movimiento, sabor, textura y forma, llevándonos de nuevo a las cosas como eran cuando las nombramos por primera vez. Yo creo que una vez el poema es escrito, el poeta puede ser invisible otra vez hasta la próxima insistencia por cantar la serpiente de cascabel, el saltamontes, ciempiés, estiércol de vaca o Buda. Porque la hechura de un poema es un excéntrico acto de fe de ambos, la cosa conjurada y la presencia viviente en la tierra, que algún día despertarán en el cuerpo de memorias y sueños de otra persona…”

Última actualización: 13/12/2021