Yolande Mukagasana (Ruanda)
Por:
Yolande Mukagasana
Traductor:
Myriam Montoya
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 81-82. Julio de 2008.
LA LOCURA
Este sol malévolo y cómplice
Que osa sonreír a los asesinos
Que osa iluminar este país maldito
Donde la ley que dirige es la de la sangre
En la que no veo más que el abismo
Donde todo el mundo se hundirá
Un hueco negro donde no hay más que la muerte
Ningún destello, ningún rayo de esperanza
La ausencia de las víctimas es la de los verdugos
La ausencia de los verdugos es la de las víctimas
Tenemos toda la vida en común
Graciosa especie es la humana
Besaba al viento que se ha llevado a mis hijos
Quería besarlo para sentirlos
Estrecharlos muy fuerte entre mis brazos
Para decirles que más nada podrá arrebatármelos
Los seguiré hasta el más allá del más allá
Seguiremos juntos por la eternidad
Esta eternidad que sólo yo comprendo
Porque mi eternidad es también mi presente
El viento sopla sobre mi cuerpo
Quería estar desnuda para sentir su frescura
Tendría calor de estar en lo irreal de lo real
Transpiraba fuerte de ver lo irreal de mi vida
Yo hubiera querido que ese viento me cosquilleara
Poder reír, como antes, de mi tontería
Reír de mi bobada al pensar que el mal es fuerte
Poder aun reír de mí misma.
Reír de dicha en una desgracia demasiado fuerte
Debo salir lo más rápido
De estos sufrimientos que me esterilizan
Que reducen mi cuerpo y mi alma
Cuando el mundo piensa que vivo
Sin embargo fui muerta el día aquel
Los 100 días sin respuesta del más alto
Me hicieron dudar de su existencia
Hasta el desprecio de los que me lo han enseñado
QUÉ HACER
Todas las fuerzas físicas se han disputado sobre mí y sin mí
Sin duda ellas continuarán a disputarse sin mí o conmigo
Es la vida que nos lo mostrará o lo confirmará
Pero de lo que estoy segura, es que sola o con los otros,
Continuaré la ruta en mi infatigable labor
Combatir toda política inhumana
La de la autodestrucción de los hombres
El sol me acompañará siempre en la lucha
La noche acunará siempre mi duro sueño
La noche me tocará su bella música
La noche me tocará su bella música
La mañana me transportará hacia
Otros horizontes
tengo ninguna otra causa que defender
Sino la tomada a pecho
Algunos en un impulso de piedad
Otros intentan pararme
Me dicen que estoy fatigada
Me dicen que será mejor un reposo
Pero la fatiga es mi orgullo
Pero yo no necesito reposo
Mi día « D » vendrá
Y como el común de los mortales
Tendré el reposo eterno
No corro riesgo de aburrirme
Y allí jamás sabemos
Quizá tendrán necesidad de mí
Como siempre he sido tal
Responderé a mi llamado
Mientras tenga una gota de sangre en mis venas
Afrontaré todas mis pruebas
Tan inmenso es el trabajo
También larga la ruta y pedregosa
Pero estoy lista para pagar mi precio
Rechazo de pensar en mí
Dar la vuelta de mi ombligo
Rechazo cerrar mis horizontes
De pasar mi vida en llorar
Rechazo de encerrarme en mi dolor
Como si la vida hubiera perdido todo su color
El sufrimiento tiene su lado positivo
Cuando no nos encierra,
Cuando no nos mata
Nos madura y engrandece
Nada puede parar la hemorragia de mi corazón
Pero jamás ella secará mi espíritu
Tengo toneladas de sangre para sangrar
Y se forma todos los segundos
Mi fuente de sangre es inagotable
Es ella la que me vuelve infatigable
El mal tiene múltiples facetas
El mal tiene múltiples actores
El mal se integra en todos los medios
El mal corre más rápido que el bien
El mal es difícil de percibir
Porque a menudo es sutil
A veces es confundido con el bien
Madre, cómo quisiera ser el útil de la felicidad
Padre, cómo quisiera ser el vector de la alegría
Mis tesoros, cómo quisiera ser el vector de la vida
Rechazo ser el útil de la desgracia
Rechazo ser el vector de la muerte
Rechazo ser la base de la desolación
El útil de mi destrucción final
Mi fatiga se ha vuelto mi dicha
Es una fatiga bien meritada
Es una fatiga reparadora
Después de la labor de la felicidad
Después de la labor de la vida
Donde la conciencia está se forma alerta
La alerta para quedar despierto
Alerta contra los malos actos
Alerta para rechazar el mal
La alerta para construir sobre la muerte
La alerta para reconstruir la vida
La alerta para seguir sensible
La alerta para la sobrevivencia de los hombres
La alerta para proteger a los niños
La alerta para salvar a las generaciones
La alerta para proteger lo que uno vigila
Mi vida no me pertenece
Me ayuda justo a hacer un paso
Quién ha dicho además qué es una vida.
Ella ha sido una mucho antes
Ahora no es más que sobrevivencia
Una sobrevivencia no es una vida
Pero la vida devino una sobrevivencia
En cuanto intenta brotar
Sobre la muerte surge la sobrevivencia
Un sobreviviente no reconstruido
No es más que un zombi, muerto ambulante
Ese zombi que da miedo
Una vida más sobre la tierra
Cuando hemos visto bien a la muerte
Que no ha querido llevarnos
¿Podemos hablar de una vida?
No vemos más los mismos colores
No se sienten más los mismos olores
No se sabe más admirar
Nada tiene el mismo valor
Podemos todavía hablar de vida?
YOLANDE MUKAGASANA nació en Ruanda en 1954. Sobrevivió el genocidio de 1994, donde perdió a sus tres hijos, a su marido y a sus hermanos. En memoria del genocidio y con objeto de ayudar a la reconstrucción de su país, escribió tres libros titulados La Muerte No Me Desea; No Temas Saber; y Las heridas del Silencio. Hoy, ella ha formado una nueva familia al adoptar a tres de sus sobrinas que quedaron huérfanas en el genocidio. Construyó una nueva casa en el mismo sitio en que vivía antes y se ocupa de alrededor de veinte huérfanos. Fundó la Association Nyamirambo Point d'Appui dedicada a recordar el genocidio y a ayudar a la reconstrucción del país. La sede principal de la asociación está en Bruselas mientras que su sucursal ruandesa es una ONG llamada Nyamirambo Point d'Appui cuyo objetivo es ayudar a la regeneración del tejido social ruandés. Yolande Mukagasana dedica su tiempo y esfuerzo a informar y educar a la gente sobre la convivencia a pesar de la diferencia, y da conferencias en diversas escuelas y asociaciones. Entre los muchos premios que ha recibido está el Premio Testimonial otorgado por la Fundación Alexander Langer, en Italia, 1998; el Premio Por El Entendimiento Entre Las Naciones Y Por Los Derechos Humanos de la Universidad de Lena, Alemania, 1999; el Premio Paloma Dorada de la Paz conferido por la Asociación Archivio Disarmo de Roma; el Premio Mujer Del Siglo 21 Por La Resistencia, en Bruselas, 2003; y la Mención de Honor Por La Educación De La Paz de la UNESCO, en París, 2003. Coautora de la obra de teatro “Ruanda 94”, dónde se interpreta a sí misma.