Usha Akella, India
Por:
Usha Akella
Traductor:
Ricardo Gómez
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 84-85. Julio de 2008.
La oficina de correos con muchos países
Para Agha Shahid Ali
Verdades musitaste. Tus canciones bajaron flotando por el valle hasta Amherst
e hicieron eco en Manhattan. Las calles te siguieron como incienso.
Tú, que no pudiste ir a casa, escucha, “¡Está aquí! ¡Está aquí!”
Cachemira, están rotas tus pulseras 1
Los niños yacen en bolsas plásticas traslúcidas como uvas arrancadas a la vid.
¿son míos? ¿escribiste tus poemas con tinta diáfana como ese plástico
o como lágrimas? ¿guardaremos un luto rimado? Estribillo. Estribillo. Estribillo. Estribillo.
Cachemira, están abiertas tus fronteras.
Erige una iglesia dentro de una mezquita dentro de un templo dentro de un corazón dentro de un poema
y habrás hallado un hogar ¿es el mío? ¿a quién dejaremos estas líneas nuestras en lugar de grandes bibliotecas?
¿a quién tendremos que pagar por un poco de aire? Hoy en día, hasta se cosechan niños.
Cachemira, tus líneas están en nuestras palmas.
Nunca mencionaste al enemigo ni al Bien amado. Sabías del horror sin nombre.
¿a quién enviarás ahora tus cartas? ¿a quién habremos de ser fieles?
Has cruzado el río. Cachemira cae sobre nosotros como lluvia. Estamos manchados.
Cachemira, tu corazón no tiene fronteras.
Iraq, ¿dónde están tus brazos?
1.
En su mente, el mundo parece una telaraña
en los límites de la realidad, ha olvidado
su edad, pero el amor es también terco: persisten sus rescoldos
mientras él navega a trompicones con sus hermanos huérfanos,
como la reducida talla de un pingüino o una tortuga.
Esta tierra es una oscuridad en la que desaparecen todas las luces
y los niños se zambullen en el agua para lavar nuestros pecados,
en ningún libreto podría haberse escrito: las expresiones heladas,
como máscaras en un carnaval grotesco;
ni condenadas ni comprendidas,
sus almas marchitas se quedan mirando – pétalos para un pergamino,
Mahoma no escucha voces en este desierto.
2.
Ni huyendo, ni hacia ni desde ninguna parte, sino libre, correr libre,
el sol tibio sobre tus brazos, ceniza tibia, un recuerdo en la carne abrasada.
¿Suenan campanas en lugar de bombas?
¿Luces el color de la piel de Dios?
Alinea el cielo tomando tus manos, manos diminutas como estrellas en la noche,
arrójanos confeti, del color de todas las banderas,
ayuda a una madre a dormir, canta para nosotros hasta que alcancemos el perdón.
Canción para Gulsoma 2
Pequeña, vestías de verde el día de tu boda, tenías cuatro años,
tu padre, muerto; tu madre se fue; te dejaron casada,
“Déjenme morir, no quiero cumplir más años, – decías – no más, no más”
Golpizas, pan y fríjoles; golpizas, pan y fríjoles,
queloides, cortadas y cicatrices: en la tierra de los dólares,
de los autos y el dinero, pequeña, te hemos visto ya en la pantalla.
Sin ositos de peluche, ni Disney sobre el hielo, ni patines, ni hamburguesas con papitas,
ni visitar a tus amiguitos para jugar, ni patinar sobre torta, ni baloncesto, ni helado,
ni abrazos de mamá, ni cobija ni cama, temblando de frío bajo oscuros cielos.
Los días en que te golpeaban, sin comida y te encerraban en un cobertizo;
¡oh, pequeña! ¡oh, pequeña! la calidez de tu hermosa sonrisa,
el misterio de tu espíritu: seguiste viviendo cuando te querían muerta.
Gulsoma, sigue brillando, pequeña; vieja alma: sigue, sigue brillando;
eres un pájaro, has hallado tus alas, eres anaranjada llama;
Gulsoma, hueles a rosas, es el dulce perfume de tu sonrisa,
en una tierra de rocas, eres un río que corre y corre y sigue corriendo.
¿De qué color es el paraíso en tus sueños?
Gulsoma, sigue brillando, pequeña; vieja alma: sigue, sigue brillando;
eres un pájaro, has hallado tus alas, eres anaranjada llama;
Gulsoma, hueles a rosas, es el dulce perfume de tu sonrisa,
en una tierra de rocas, eres un río que corre y corre y sigue corriendo.
¿De qué color es el paraíso en tus sueños?
A finales de marzo en Austin
Las lluvias traen granizo en la oscuridad,
una pedrea cae del cielo, techos desastillados,
en la mañana hay marcas de polen
en el parabrisas, parecen vetas de orina y hollín;
botones rosa revientan en los arbustos como el soplo de un bebé,
verdes como el fulgor en el ojo de un gato, un pie más ligero
Los cielos grises un poco más livianos no auguran muerte
sino el paulatino comienzo de la primavera,
la crin de aceitosos senderos que parece derretir suavemente
las altas cumbres, el sol despedazando su tesoro
sobre oscuras láminas de vidrio y el regreso de los murciélagos,
como jeroglíficos egipcios en el cielo, un placer oscuro
para los sentidos y la ciudad, un gato de ágiles patas.
El poema de ayer
Te aseguro que el día no recordará nuestra sombra,
la noche olvidará nuestros sueños,
la luna olvidará nuestras historias,
te aseguro que el polvo hará sonar campanillas de bienvenida
en muchas lenguas.
Te aseguro que nos dejaremos atrás mutuamente
como el aliento que se abandona en el aire
para encontrarnos en una hoja.
Nos encontraremos sin saber
de reencuentros y separaciones,
ni costa ni ola lo llamaremos.
De seguro que, como huellas digitales que se desvanecen en un vidrio,
un embrión nuestro se desplegará en un libro invisible.
El poema de hoy
El poema de hoy quiere soltar
las cadenas del poema de ayer,
el llamado ‘verdadera poesía’,
el poema de ayer es ya una estrella titilante,
el poema de hoy no puede ser más
que la oscuridad primordial a la que teme el poeta.
El poema de hoy sabe que no se compara
con el poema de ayer,
va más bien cojeando y en muletas
que corriendo una maratón,
el poema de hoy es la humedad
tras la ola del poema de ayer,
el poema de hoy no es sabio, está un poco asustado,
su voz es pequeña; su abrazo, frágil;
puede agarrar el traje del poeta con una manecita,
puede pedir refugio al poeta en lugar
de ofrecérselo como el poema de ayer,
el poema de hoy puede no conseguir amigos ni siquiera enemigos,
y dice al poeta que la última palabra es humildad.
Método para lavarse las manos
Usa jabón y agua de la llave,
frota tus manos vigorosamente,
lava todas sus superficies, incluyendo
su revés,
las muñecas,
entre los dedos,
bajo las uñas,
enjuaga bien,
seca tus manos con una toalla de papel
cierra la llave con una toalla de papel,
no con las manos desnudas,
desgarra el alma de un hombre en Abu Ghraib.
Un higo maduro
Al regreso de Liubliana 3, insomne, con la metáfora en mi cama;
un lugar – un pozo en el que otro aparece o desaparece como un reflejo,
el rico pecado de Goriška Brda 4 –los viñedos– esmeraldas con terrazas, collares arrojados,
los granados reventando colmados de néctar, calles perplejas, capiteles, burek 5,
iota 6, flores de pascua, trinitarias, sinuosos núcleos de girasoles,
cielos de azul profundo – ¿veo esto o la ausencia de India, lo que India no es?
En cada acto perceptivo / se eleva un unísono – las bufandas rojas de los
flamboyanes rastrean el verde; ciudades ocultas entre los pliegues de las visibles.
Un lugar es un par de ojos en el que aparecen todas las caras de quienes amamos,
un rostro es un lugar de contornos inciertos – lo que brilla hoy, se desvanece mañana.
El aire sofocado por el monzón se aligera poco a poco, los rangolis 7 blancos se
diluyen en el crepúsculo, las hojas de banano que aletean como orejas de elefante se hacen girones,
los poemas arden en el alma uno tras otro. La vida está en una negociación permanente
de sus términos y de la mortalidad … el poeta negocia con la vida por medio de la metáfora.
El mundo es un higo maduro que revienta de hambre – las ciudades van y vienen.
Teclas de piano
Insiste en llamarme ‘mami’, ‘mamá’ o ‘ma’.
Yo me sobresalto y respondo ‘ammá’ –esta palabra– acorde
de linaje –esta palabra– río desembocando en el mar.
Nos ejercitamos a diario en esta jerarquía de sonidos, este lenguaje,
nuestras aventuras en el suelo de dos continentes.
Enriquecido por el cascabeleo de sus tobilleras, el aire
brilla con tintineos de viento a cada movimiento suyo.
‘¡Vete!’ y ‘¡no me agradas!’ suenan aguzados como una ratonera que
se cierra sobre su presa. Me convierto en montaña, el censor acechante
de los sonidos por decir o no decir, a los tres años.
También llega la bandada diaria de te quieros –un sonido en torno
al cual florecen campos enteros de tulipanes en los que danzo.
Detengo mi vida entera por el sonido de su risa,
toma un chiste y lo hace pasar torpemente a través de una maraña blanca.
Desde ésta, su boca –pequeña cueva oscura, orificio misterioso,
proveniente de algún otro lugar– los sonidos se cuelan deslizándose, pistas rudimentarias
para la arcilla húmeda de su ser, en días como éste me parece que la verdad
puede tener el color de un racimo de oscuras uvas púrpuras, las horas
son como teclas de piano y a los poemas no les duele la soledad.
Fieles al lago
Noto que las tenues olas sobre la superficie del Ohrid 8 son fieles al lago y
afirmo que no mentiré como poeta, diré la verdad sobre
este pavimento; sobre este sol que salpica el azul del cielo
como la henna madura que adorna a una novia; sobre las líneas de mi mano
–un jeroglífico oculto–; diré la verdad
sobre quien respira a través de mí, esta hoja, la bravura de esta
flor de Jamaica y como asume su trono
en el universo como una emperatriz; la verdad sobre mi linaje,
el latido de mi corazón, mis relaciones;
sobre cómo cada quien es un espejo y un reflejo
al mismo tiempo, cómo la poesía es un amante, un dios
y un torturador, y yo su esclava, quien sostiene la pluma;
la verdad sobre cómo voy de un punto a otro,
desde alguna parte hasta mi madre y luego, de mi hogar
a no tenerlo; la verdad sobre por qué amo este universo
que serpentea a mi alrededor como el hilo alrededor del carrete…
cosas todas sobre las que no sé nada.
Es primavera
Es primavera. Las hojas mustias.
Es primavera. Una hoja cae.
El cielo azul. Es primavera.
Los brazos de la tierra extendidos, es primavera.
Es primavera. Ella es libre.
Es primavera. No se lleva recuerdos.
Busca a tu amigo. Es primavera.
Tu amigo te busca. Es primavera.
Es primavera. Hoja lleva contigo al árbol.
Es primavera. No dejes recuerdos ni
lágrimas detrás de ti. Es primavera.
El pájaro vuela sin dejar rastros. Es primavera.
POEMAS SUFI
1. El primer gong
La primera vez que oí tu nombre
lo sentí bajar al fondo del pozo de mi ser,
lo conocía como me conozco, el primer gong
que me devolvió ecos de mí misma.
Las flores brotaron en el suelo de mi memoria –
hibiscos salvajes, orquídeas invaluables, delicados jazmines;
un híbrido de rojo, blanco, elegancia, India y eternidad,
de tierra y cielo, de polvo y sangre y soledad y nosotros.
Olí la primavera y sentí tu aroma rezumando de la tierra.
Mi sangre te llevaba al rincón más lejano de mi ser.
Yo, una vara de zahorí sintonizada con tan sólo una cosa,
desperté, tu nombre: el gong que hizo sonar mi día;
me quedé dormida, tu nombre: la mano que me arrulló;
soñé contigo: me hizo recordar quién soy.
La cara que no porta las huellas del mundo
No creas que no noto cómo me miras.
No creas que no lo sé.
Tu rostro tiene el rubor de una flor al alba
rezuma ternura y fragilidad,
es una cara que no porta las huellas del mundo.
Nada la ha tocado excepto mi Amor,
las palomas alzan el vuelo desde nuestra mirada,
las escalas blancas de tus ojos son pálidas
y se extienden con una agonía sin edad,
sucumbiendo siempre, a la larga, ante el Amor,
atrapadas siempre como peces que yacen al sol, listos para su muerte,
no creas que no noto
que tu rostro se libera.
Sólo como tu bien amada
La verdad es que no defino otra identidad de mí misma,
sólo como tu bien amada.
Esta es la descarada verdad,
en este siglo de mujeres liberadas
que marchan por el mundo como soldados
que se apoderan de los corredores de las universidades con el intelecto,
no he encontrado otro significado para mi vida,
sólo como tu bien amada.
Contempla. Contémplame. Sé contemplado.
Sé amado. Sé bien amado. Ama.
El llamado
Todas esas veces que recordaste que habías olvidado algo
(un lápiz, un libro, las llaves, tu permiso para conducir, los horarios del tren, tu reloj;
las cosas inagotables de la actividad)
era un truco, un empellón para que recordaras las cosas grandes–
mi corazón, mi nombre, tu alma, nuestro destino, nuestra historia;
una colcha de retazos de recuerdos y olvidos,
un vacío oscuro de angustia con lentejuelas de estrellas.
Lo que se recuerda, brilla,
mi llamado, un dobladillo, cosido con amor
hasta la luna sonríe de vez en cuando a nuestra memoria…
nuestra historia no te olvida,
amas a todos tus romances bajo este dosel.
Virando en cada esquina por ti
Caminé por las calles escuchándote en los pasos de extraños,
viré en cada esquina para verte brevemente,
en las esquinas de toda ciudad en el mundo–
en el caos y el romanticismo del bazar de Chudi
en las calles codiciosas y palpitantes de Nueva York
en los cautivantes Campos Elíseos
en los lechos de tulipanes de Keukenhauf
en los oscuros acentos de Merrida
en las desfachatadas calles de putas de Amsterdam
en los misteriosos arcos de Córdoba
los olores del Barrio Chino
la historia adoquinada de Bruug
la bendición en la cima del cerro Pavagadh
la contemplación eterna de Krishna en Guruvayur
la desolación absoluta de Betamcherla
el paso hacia Mahakali 9 en Rainigunj
los muelles de Baltimore
la soledad montañosa de Sandia
en cada esquina que viré, viré por ti
en cada esquina que viré, la tierra giró insurrecta
he hecho esto durante varias vidas
mientras juegas a las escondidas
y lo seguiré haciendo hasta que
animales carroñeros me arranquen el corazón
y cuando lo hagan
tendrán que comerse tu nombre, no el mío.
Porque tus huellas
Camino levemente sobre la tierra
porque tus huellas podrían estar sobre ella,
porque podría estar recorriendo espacios que tú has hollado.
¿Cuántos cuerpos has habitado para llamar mi atención?
el vendedor de maní,
el conductor del metro,
el zapatero en la acera en James Street,
la mujer que dijo que había visto a Dios en mi rostro.
¿cada vez que me conecto con alguien, eres tú?
¿cada vez que contemplo la belleza, eres tú?
¿has decidido hechizarme, hechizando al universo?
Este anhelo
Este anhelo nació con tu partida–
cada día hasta llegar a la noche
cada noche anhelando hasta llegar al sueño
cada sueño anhelando hasta llegar a la alborada
cada alborada hasta llegar a la realidad
cada día hasta la noche
mi cuerpo anhelando encontrar la muerte
mi espíritu anhelando disolverse en Dios
este anhelo nació con tu partida
pasé de anhelarte a anhelar a Dios
este anhelo…
este anhelo… del que hablan los profetas en palabras
que he sabido en este anhelo.
Baila la derviche 10
Ha llegado la hora de que vuelvas.
¡Lo ves! El sonrojo más profundo de las rosas.
el juguetón ondular de la hierba,
las baladas que entona el arrullo de la luz del sol,
el sonido de las campanas de las hojas,
las lluvias que llegan entonando tu nombre,
las calles que llevan a mi corazón esperan tu regreso,
que desolado está Manhattan sin ti,
mis palabras envejecen, las metáforas son ya vetustas,
y yo arrebatada por mi rostro que pronto se perderá en tus ojos,
¡lo ves! Baila la derviche enloquecida haciendo que el mundo gire con ella.
Tú dímelo
Mi rostro ha arrojado sus redes sobre ti.
Me apena semejante falsedad.
¿qué dirás del ablandamiento de mi cuerpo?
¿de las arrugas en las manos?
¿de lo pesada que estoy?
¿de las briznas grises?
¿del paso del tiempo?
¿del principio del fin?
Pero cada vez que miro el espejo
se revela un rostro nuevo –
el que viste cuando nos separamos.
¿qué edad tiene ese rostro?
Tú dímelo cuando regreses.
La luz dentro de la luz
Debí haber reconocido la luz dentro de la luz,
al Bien amado entre los amados,
al Dios artero que usó la carnada apropiada para pescarme – ¡tú!
la mano sagaz que jugó con nosotros,
tú el histrión, yo la engañada.
Márchate ahora con el viento,
como el copo de algodón que se suelta de la mata.
La partida de uno de nosotros ha dejado espacio
para que el universo regrese a gatas.
¿Cómo puedes conocerme sin conocer esta locura?
1. En la India, cuando muere el esposo de una mujer, rompen sus pulseras en señal ritual de que ha enviudado.
2.Gulsoma es una niña afgana que fue vendida a los 4 años de edad a un vecino, como esposa para su hijo de 3 años. Sus suegros la esclavizaron y maltrataron (la golpearon, la hacían dormir a la intemperie y la torturaban de diferentes maneras) hasta el año 2000, cuando escapó de ellos para ser atrapada por los talibanes que la devolvieron a dicha familia después de golpearla. Finalmente pudo huir con éxito en el 2005, después de que su suegro la amenazara de muerte. Hoy tiene 13 años y vive en un orfanato en Kabul.
3. Liubliana es la capital de Eslovenia.
4. Región vinícola de Eslovenia, cerca de la frontera con Italia.
5. Burek: pastel de carne en pasta hojaldrada típico de Eslovenia.
6.Iota. Estofado de carne de cerdo, repollo y blanquillos; típico de Eslovenia.
7. El Rangoli es una de las más populares formas de arte en India. Es una forma de diseño pintado con arena para el que se usan polvos blancos finamente molidos y otros de colores. Normalmente se pone a la entrada de las casas en India.
8. El Ohrid es un lago entre Macedonia y Albania, en los Balcanes.
9. Mahakali, traducido literalmente como la Gran Kali, es una diosa Hindú, considerada por algunos como la consorte de Shiva y por otros como la base de la Realidad.
10. Un derviche es un miembro de un grupo religioso musulmán de ascetismo Sufi.
Usha Akella nació en 1967. Es autora de dos libros de poesía. Se mudó de la India a EEUU en 1993. Estudió en la Universidad Central de Hyderabad (Maestría en Inglés) y en la Universidad de Baltimore (Maestría en Diseño de Publicaciones) donde simultáneamente tomó cursos en escritura creativa y diseño gráfico. Su vida de escritora comenzó en serio en la UB, con su primera y única profesora de escritura creativa, Kendra Kopelke. Su poesía va desde el feminismo hasta temas de orientación Sufi y ha sido descrita como compasiva, intensa y conmovedora. Su primer libro de poemas “Kali Danza… y yo también” fue publicado en el año 2000 con muy buena aceptación de la crítica. Desde entonces ha hecho numerosas lecturas para importantes organizaciones tanto de India como de EEUU, al igual que en festivales internacionales de poesía. Su trabajo ha aparecido en muchas revistas de India y EEUU. Presentó su libro “Un rostro que no porta las huellas del mundo” en la Conferencia Internacional Rumi, en Calicut, India, en marzo de 2008 con muy buena aceptación de parte de poetas y académicos. El libro también ha sido presentado en importantes instituciones culturales y educativas como la Universidad Central de Hyderbad y el Centro Goethe donde el famoso poeta Shiv K. Kumar lo presentó personalmente. Fundadora de la Caravana Poética: Una visionaria de corazón, su contribución más importante a las artes es la Caravana Poética en el Condado de Westchester, en Nueva York. Lanzó la caravana en octubre del 2003 como una iniciativa del municipio de Greenburgh. La caravana ofrece actividades relacionadas con la poesía, como talleres y lecturas para gente sin libre acceso a ese tipo de actividades. Una banda móvil de alrededor de 30 poetas de la caravana poética visita casas de retiro, albergues para mujeres e instituciones de salud en Westchester, en el área de Nueva York. En cerca de 5 años, la caravana ha ofrecido alrededor de 500 lecturas gratuitas. Inicialmente, ella estuvo a cargo de la visión institucional, el calendario, la gestión, la petición de subvenciones, la edición, las relaciones públicas, la documentación, el diseño gráfico, etc. Como producto de los esfuerzos de la caravana, editó en marzo de 2003 una antología de poemas de los 32 poetas de la caravana titulada ‘En(compass)’. La introducción fue escrita por el poeta laureado Billy Collins y tiene comentarios de importantes poetas nacionales en la contratapa.