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Fathieh Saudi, Jordania

19º Festival Internacional de Poesía de Medellín
Fotografía de Nidia Naranjo

Por: Fathieh Saudi
Traductor: Isabel del Río

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 84-85. Julio de 2009.

Buscando un idioma

 

Ansiaba dotar de un idioma a mis sentimientos,
Comunicar la vida como la corriente de un río,
Volar con libertad como las aves que ponen a prueba sus alas.

Un extraño me dijo:
Todos los idiomas me pertenecen,
Mantente alejada de ellos,
Vive tus sentimientos en silencio.

Me quedé sin habla,
mis sentimientos paralizados me dolían tanto.

Ese extraño me dijo:
Todas las palabras son mi reino
Y tú eres mi esclava.

Pero ahora la página en la que escribo se desliza y se aleja.
Hasta el papel es capaz de rebelarse.

 

 

Hija del Támesis

 Un día al atardecer una sombra
Gris se alzó del río,
Transparente, sus aguas se convirtieron en
El espejo de mi vida.

Este río, donde quise poner fin a mi vida, en esas aguas
oscuras, cenagosas, turbulentas.

La corriente del río ha cesado,
Durante un segundo hay silencio, pero al segundo
Siguiente el río centellea,
La luz brota del fondo de las aguas,
Irrumpiendo por todo lo invisible.

La quietud me permite una elección final,
El río es como una red que impide la caída.

Las aguas se ríen y me dan calor
Y me enlazan con mi espíritu.

Es en ese momento cuando me convierto
En la hija del Támesis.

 

Poema dedicado a Beirut

 

Mi infancia me enseñó el alfabeto.

Beirut me enseñó el idioma de la vida,
Y en su honor levanto un altar en mi corazón.

Beirut, ciudad de mi espíritu, mi cuerpo te abraza...
Cómo es posible que una ciudad llegue a sentir dolor?

como tú y como yo?
Qué soy ?

observador o testigo?
Puedo impedir acaso que la conciencia llame a la puerta de mi corazón?

Cómo se puede frenar este torrente?

En Beirut vi las murallas del mundo
Construidas con bombas, con hierro que ardía.

En Beirut comprendí el significado de la vida.
Palpé la esencia humana.

Beirut, ay quédate conmigo,
Protege los ritmos de mi alma.

En aras de la esperanza,
En aras de un mundo justo y sin murallas.

 

 

Alma herida

 

El dolor penetra en los laberintos
Que llegan al alma.

Las células explotan y se deshacen en átomo invisibles.
La sangre se evapora en un segundo.

Los peces reconstruyen mis células, una a una,
El agua transparente restaura mi sangre,
Las mareas de la primavera recomponen los latidos de mi corazón.

Vuelve a nacer el alma,
Un cuerpo transparente empieza a navegar en torno suyo.

 

 

Encrucijada

 

El ruiseñor yace en la encrucijada.
Al amanecer, la vida le abandona, sus
Alas se derrumban, su
Corazón se encoge.
 
¡Que suerte perecer en una encrucijada!
Tal vez un extraño que por allí pase
Le llevará al ruiseñor hasta su árbol predilecto.

 

 

El amor

 

El amor puede viajar como el rayo,
Sin sonido, sin territorio, sin rutas.

Libertad absoluta de espacio y tiempo,
Océanos abiertos, cielos como espejos.

Ay amor,
Te llevo como una criatura en el vientre,
Un ser diminuto con las alas más salvajes.

Ay amor, extiende tus alas,
Protégeme de todos los huracanes.

Ay amor,
Déjame que yo misma sea tus alas.
 

 

Vertical    
Poema dedicado a Sylvia Plath

 

Desesperada, les pregunto a los ciegos que me enseñen
El camino.  Quiero salvar mi vida.

Aunque no era mi madre,
Me dio vida de nuevo.

Contemplo su rostro,
Veo sus lágrimas, siento su ira.

Alcanzo el espacio a su alrededor,
Empuño las estrellas de la vida.

Ella está allí, tan lejos.
Ella está aquí, tan cerca.
 
Dándonos la mano, nos dirigimos
Hacia mi río.

Ay, la conozco bien.  Me mantendré
Viva por ella.

Me enseña a caminar
En el agua como una gaviota,
A saltar hasta la línea transparente de la vida,
A construir un hogar con el alfabeto,
A volar con alas húmedas.
 
Me enseña a cruzar
El puente que está en el borde mismo de la vida,
A superar la tormenta.
A permanecer vertical.
Vertical.

 

Mil y una veces

 

Yo no era Sheherazade,
No había ningún rey que escuchara mis relatos,
Ningún príncipe que me concediera un día más de vida,
Yo me contaba las historias a mí misma,
Y hasta me inventé poemas.

Viajé a mi infancia,
Escribí relatos, algunos acabados
Y otros aún por imaginar.
Recordándolos en silencio
Me mantuve viva.

Ah, soy Sheherazade, pero también el propio rey.
He de escuchar descripciones sobre mí misma
una y otra vez,
para mantenerme viva
Mil y una veces.

 

 

Conmoción

 

Un niño rompe un juguete al día para divertirse.
Está aprendiendo qué forma tienen los objetos.

Un hombre rompe los huesos de su amante muchas veces al día,
Le gusta ver su alma maltratada.
 
No se le ocurre que
El cuerpo de una mujer no es el juguete de un niño.

 

 

Encuentro con el rey colérico

 

Esta noche, esta noche
Será mi última noche?

En sus ojos vi mi muerte gritar,
Ya me había matado!
Y aún así yo seguía estando viva!

De pronto en mi fuero hubo una rebelión,
Los ojos muertos no pueden decidir que yo voy a morir,
Yo elegiré mi propia muerte.
 
El rey dijo: Cuál es tu último deseo?
Y murmuré: un vaso de agua.

Las gotas de agua se convirtieron en un lago,
Y yo estaba nuevamente dentro de un útero,
Tan grande como un océano.

Con mi último trago de agua
Se formó una voz desconocida en mi mente
Y las palabras brotaron de mis labios
Con la hermosura de las perlas,
Como nubes infinitas que se dispersan en mil formas.

Nunca antes había oído mi propia voz,
Mis palabras eran tiernas y
Susurraban cuentos de tierras lejanas:
De niños que nacen de un arcoiris,
De heridas que sanan con una sonrisa,
De la luna que desprende lluvia,
Del sol que caliente la medianoche,
De seres humanos que nacen del agua,
De montañas voladoras que abrazan las nubes,
De la hierba que crece tanto que ampara a los amantes,
De corazones que hablan a través del espacio y del tiempo.

Esta noche sé que el rey no puede quebrantar mi vida,
Esta noche me marcharé de su palacio,
Esta noche mi vida es mía.

 

 

Silenciados

 

La música se desvanece
Y queda el eco de tu voz.

Un eco de ciudades próximas o lejanas,
Un eco de la vida distante.

Silencio y eco,
El silencio de una vida,
El eco de la muerte que penetra el silencio.

Mi voz se calla.
Nadie puede verme.
Me convierto en un eco
Que se marcha.

 

 

Atemporalidad

Me afeitó el poco cabello que me quedaba y se echó a reír,
Dijo que mi cabeza calva era bella,
Tan perfectamente esférica como la Madre Tierra.

Eligió una peluca del color de la miel.
Mi peluca va perfectamente con
Mi cabeza.  Se titula:
Atemporal

El nombre me va aún mejor:
De modo que mi ser entero es algo sin tiempo.
Sin necesidad de un principio o un fin.

Nací en un mundo de tiempo,
Pero en mi cáncer siento esa atemporalidad,
Cómo puedo medir el paso de las horas?
El peso del futuro se disuelve.

Ay, cómo adoro mi cabeza calva y fresca.

 

 

Muerte

La muerte es siempre repentina, trágica
Aun cuando tarda cien años.

Algunas muertes son gráciles, como una bailarina,
Y otras pavorosas, como la faz de una bestia.

A algunas muertes nos dirigimos conscientemente,
Y a otras de manera inconsciente como si se tratara de un sueño.

A veces caminamos hacia ellas a la velocidad de la luz,
Y en otras ocasiones como tortugas, arrastrándonos.

A algunas muertes las disfrazamos con los colores del arcoiris,
Y otras nos asustan y torturan.

Tal vez te mueras
Y nadie se entere.

O puede que un día perezcas
Rodeado de ternura.

De vez en cuando nos morimos
En el silencio del ser.

Algunas muertes las vivimos antes de que lleguen.
No, nunca es un buen momento para que llegue la muerte.

 

Continentes

 

Aprendí el ritmo de las cuatro estaciones,
La geografía de los cinco continentes.

Y sin embargo hoy he descubierto
Que el mundo tiene seis continentes,

El mayor es el que está en el interior,
Es el paisaje del Ser

Donde se tocan todos los continentes.
Me pregunté como llegar hasta allí.
 
Y así fue que aprendí a viajar atravesándolo todo
Hasta llegar a tierra.

 

 


Fotografía: Fredy Amariles

Fathieh Saudi   nació en Jordania en 1949. Completó sus estudios médicos en Francia y trabajó como medica en Jordania y Líbano. Por más de 30 años se ha ocupado de la defensa de los derechos humanos, la paz y la justicia social, en particular en el Medio Oriente. Sus anteriores publicaciones incluyen Olvido rebelde en francés (Memorias de la guerra civil  y la invasión israelí  al Líbano en 1982) y Días de Ámbar en árabe.  Ha traducido varios libros del inglés y francés al árabe incluyendo La Cruzada de los Niños de  Francoise Dolto. Recientemente tradujo varios libros de poesía  del árabe al inglés. En 2008 publicó su antología de poesía en inglés Los Profetas - Una jornada poética de la niñez a la profecía. John Berger escribió la introducción a la segunda edición. Esta colección se tradujo  al francés en 2008. Su segunda antología, Hija de Thames, será publicada este año. Actualmente es la presidenta de “Exiled Writers Ink” y también es miembro de  “Society of Authors and English PEN”. Fathieth ha publicado su poesía en varias revistas incluyendo Exiled Ink, Lapidus, Poetry London.

...Curiosamente -refiere Fathieh Saudi- nunca me atreví a escribir un poema hasta que llegué a mis cincuenta, pensaba que era un privilegio de los hombres. Luego estuve en un momento crítico de mi vida donde me sentía al borde de todo, incluso de la vida misma. Me sentía traumatizada y sin protección, desarraigada, perdida, exiliada de mí, sin derechos humanos, aunque yo era una mujer bien educada que luchaba por sus propios derechos y los de otros. Me sentía como si mi identidad y mi lengua se dispersaran al igual que cientos de piezas de un rompecabezas. Durante aquel período crítico, mi único refugio, mi único hogar se volvió escribir poesía. A través de mis poemas fui capaz de viajar a los paisajes desconocidos del ser. Empecé a darme nueva forma a mí misma, a mi identidad, mi lengua y mi memoria a través de mis poemas. Escribir poesía es una herramienta de sanación, mi única manera de mantener la motivación en el ser en la vida y la supervivencia. Mis poemas se convirtieron en mi única voz, la sin habla, la silenciada. He redescubierto mi propia voz y mi ser a través de la poesía, y decidí renacer a través de ella".

Última actualización: 27/12/2021