English

Fabiano Alborghetti, Suiza

20º Festival Internacional de Poesía de Medellín
Fotografía de Nidia Naranjo

Por: Fabiano Alborghetti
Traductor: Ana Ciurans

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 86-87. Julio de 2010.

                     De La orilla opuesta

¿Y en qué otro lugar crees posible mi presencia
si también mi tierra está en contra? No queda otra cosa
que la cancelación repetía un hacerse presente

incluso sin el lugar. Ahora cuenta decía
suma los que han quedado. Restados los golpes los rayos
los sacos sin nombre o los cúmulos de miembros y bocas colmadas

de vacío tendrás la medida de lo que queda, la innombrable amplitud.

 


           De La orilla opuesta

Alla conta venne la misura non prima...

Del recuento se obtuvo la medida no antes
no en multitud sino uno a uno
desaparecían dejando la pregunta en su lugar, el vacío

del destino cierto. Con la ausencia en la mesa
mamá continuaba a preparar para cuatro
incluso tras quedarse la última aún ahora

que las fosas se olvidan de contener.

 

*

 

Había quien resistía al lugar a primera vista
immutado. Sólo signos aparecidos pero dispersos: una hoguera
por casa un manojo de fajina y miembros

una columna de humo o blindados al lado del camino.
Y permanecía sin embargo parecida la vastedad a la quietud
conocida: no ver es la abjuración decía, ignorar

a los vagabundos armados abatir a los que no cambian piel o tierra
y volver a hacer otras ruinas tras la ceniza.
El no tener intenciones ha cuantificado el error

el tener demasiadas: las facciones en el centro así obstinadas
continuaban marcando lo justo. Atravesando el silencio
con el barullo algunos y las fronteras en fila los otros.

En el centro siempre en el centro la sola carne, el flujo
del mismo color iluminar lo disuelto pero permanecía
el lugar igual: vestía de temporadas y desnudaba a la vez

sin hacer caso a los delitos a los destinos inútiles al brote.

 

*

 

Cuenta los centímetros cuadrados salvados ilesos
decía, la vajilla intacta faltando la pared:
protegiendo la intimidad la cortina y la chapa

la misma situación para todos. En la necesidad
parece mucho lo poco y así queda
velada en la tregua la misma luz del mismo cielo

la cena y el despertar que se suceden. Reproducido el entorno
no cambia el sentido. ¿Allí donde ves cambia la familia
excluida la casa? ¿Desparece igualmente el afecto o perdura?

Toda la tierra es casa decía y de su fuego y su fango resplandecía...

 

*

 

Hay gente colgada hasta en los palos de los barcos
la mirada que acusa y despunta y no cree:
tras la voz italiana el motor se apaga y cualquier sonido

reabsorbe hasta el cabeceo del mar, los cuerpos quietos: rutina dice
tus leyes siempre iguales. Bajo escolta hasta el puerto
y luego el anclaje el desembarco de cabeza al recinto a acumular

la presencia como fardos almacenados. No mucho más repite
luego se repatria así como se llega. No se ve el número
no se cuenta siquiera cuánta legión por nave al día

esperar la tierra y a pesar de las oraciones rebotar.

 

*

 

Tengo veinte años de chispas me decía pero soy un cuerpo
que estaciona sin salida: pido poco justo lo justo
para vivir pero no basta. No recuerdo otra cosa repetía

para tener las palabras: no me des sólo dinero dame un sentido....

 

*

 

Cómo llegan los héroes a la historia preguntaba
¿qué vetos o qué pasajes los hacen existir en lugar de desaparecer?
Yo no sé qué hacer de mí y se sentaba con la cabeza en las manos.

Has leído demasiado decía su padre, los héroes 
no en los ojos de la gente el destino por cumplir sino huyendo
solitarios poco a poco con pan y cierto amor.

Sí pero quién habla de ellos insistía el hijo : ¿qué soy yo?

 

*

 

La sacudida en lo alto la intermitencia
de luz interesa por la fracción mínima
por la falta inesperada. Sobrepone

a la continuidad pero es sólo una tormenta aseguro.
El hacer inmutable prosigue entonces en su pausa de corriente
entre el dar y las huellas en las cosas. Vivimos igual

digo: así alternados entre constancia y sustracción…

 

*

           De Registro de frágiles

Luego al hijo había perdido, al improviso en la plaza
un vacío entre la gente donde el niño antes estaba:
y nadie que algo supiera, nunca nadie que haya visto

el jersey de rayas lilas, gorro rojo en la cabeza.
Del susto que tú me has dado le gritaba en plena cara
del desconsuelo en mi mano tú no puedes saber nada

tú que sabes repetía del peor presentimiento
sacudiéndolo con fuerza como se sacude un fardo.
Tú qué sabes de renuncias

del dolor que cuando pares la fe en dos te desgarra
qué sabes del cuerpo a cuerpo que en los meses se abre paso
del espacio que reclamas, qué sabes

no sabes nada: de cómo cambia la vida y del tiempo
que desvía
se acorta y desaparece, despareciendo traga

se transvasa en cada año que pasando te transforma
Tú que sabes no eres nada
de mi vida de rodillas cada día despedazada

esa vida que devoras porque eres su presencia...
Tú no sabes del cansancio que comporta ir adelante
no sabes que por tu vida he renunciado a la mía

ahora volvamos a casa
aprieta fuerte mi mano que no te pierda de nuevo
Proseguía ya más tranquila: cada madre es la memoria

de aquel Cristo que se dice, pero es sólo la madre
que en la sombra queda y muere
la que sufre por la ausencia

sola al pie de cada monte...

 

*

 

No daban ninguna fiesta, a ningún niño invitaban
a celebrar cumpleaños ni coca ni patatitas
ni el pastel ni los regalos y los juegos hasta tarde

y los gritos en el sala
que una buena educación se demuestra con la calma
y la casa no es el sitio donde armar la rebelión.

Tú no tienes que limpiar le decía para explicarle
tú no tienes que gastar ni tienes
que vigilar a esos niños tan tremendos

¿y sabes qué pasaría si alguno se hiciera daño?
Tú no tienes que evitar que coman como bestias
que beban naranjada que corta la digestión

tú no tienes al final que dar una explicación
si alguno se hace daño si alguno se cae al suelo
yo no soy una enfermera

y si alguien acaba herido me denuncian y ya está.
Fiestas nunca he tenido ¿Tú crees que haya sufrido?
Son cosas para la gente completamente vacía

se trata solo de padres incapaces de educar...

 

*

           De La orilla opuesta

¿Contento de haber venido? le decía ante la caja
en la cola de la gente para subir al tiovivo
aguantándole los hombros para que no se alejara

alrededor atracciones, los sonidos de la feria.
No entiendo por qué eliges, le preguntaba bajito
cosas que no se mueven habiendo otras mejores:

fíjate qué diferencia, la samba o el barco pirata
esas son atracciones el vacío que estremece
no los caballitos tontos ni su música de niña.

Indicaba el horizonte
le mostraba el thunderbird insistiendo
que un hombre se divierte más con eso

no el tiovivo de las nenas y decía
¿quieres subir?
El niño sin decir nada sacudía la cabeza

De otro año se acordaba que ya se había subido
y el vacío en la barriga la fuerza que desfallece
mientras todo te da vueltas y sostenerte no puedes

mientras aumenta el vacío y persiste el oscilar
mientras se va mareando y comienza a vomitar
y su padre que le grita y corriendo van al baño

para lavar la vergüenza, deseando un hijo más macho...

 

*

Las ruedecitas de apoyo a la bici había quitado
eres mayor  le decía y el niño pedaleaba
empuñando fuerte el mando, el equilibrio inestable

del que intenta ir todo recto sin nada en lo que apoyarse…

 

*

 

Se debía una explicación por el morado en el ojo
que decían no era normal en un niño de sus años
Repetía la caída, rodando las  escaleras

por la tarde a la vuelta
pero el vecino lo oía quejarse a veces
y la madre así negaba: tiene muy poco cuidado

roza los cantos jugando.
Los brazos azules en la piscina
se mezclaban con el agua

y nadie los veía y nadie de ellos hablaba
que un niño es descuidado
y la extrema consecuencia es normal

si se acusa de otro modo...

*

 

Bajando luego la voz confesaba sus pecados
como si fuesen blasfemias le decía sueño cosas:
es algo que se me traga

veo pies dentro del suelo, no normales ¿me comprende?
Sueño a menudo un camino que de abajo muestra el cielo
y una mole de personas con la cara de mi hijo:

es mi hijo y se repite, es mi hijo
que como una multitud se multiplica
y lo llamo lo rechazo

y no sé si hago lo justo
ni si mío cada uno
él contesta si lo llamo, me contestan todos ellos

no lo entiendo y me confundo y parada rompo en llanto
y se aprieta esa gente contra mi cuerpo y lo chafa
me empuja y es mi hijo son mi hijo todos ellos

le pregunto ¿tienes pupa? ¿Por qué
no vienes con mamá? ven con mamá y él se acerca
se acercan todos ellos y me apretujan el cuerpo

hasta cuando no respiro, hasta cuando falta el aire
el camino se ha cerrado y sin aire yo me ahogo
y no puedo hacer ya nada y me quedo entre esos cuerpos, entre mi hijo

que empuja y me aprisiona y busca espacio
y me embisten tres mil más que adelantan por pasar
y arrastran tras de sí el aire y con él a mí en el medio

sin más alternativa, soy un cuerpo que confunde
soy un cuerpo en otros cuerpos y todos ellos avanzan
y los llamo por su nombre pero ninguno responde

mientras juntos adelante y no sé en qué dirección
porque mientras me he girado porque se me han tragado
y sólo puedo quedarme y dejarme empujar

me despierto y respiro
sin aliento de vuelta de una inmersión y estoy sola
en la cama al lado de mi marido respiro a pleno pulmón

y estoy bien en el silencio con el respiro que vuelve...

 

*

 

En la paz de los jardines que no en la ciudad
en la paz de las familias con parking al por doquier
con el centro comercial

con la corta calle mayor donde ir a pasear
en la provincia sucede y todos son testigos
antes o después han visto pero no cuando sucede

nunca nadie sospecha que hay algo que parar.
Ha habido un homicidio y esto asusta a las familias
la conciencia más cristiana:

ya decían en el pueblo que algo no funcionaba.
¿Tú sabes algo más? preguntan todos absortos:
Cómo puede suceder que una madre mate a un hijo.

¿Qué dice la tele? 


Fabiano Alborghetti nació en Milán, Italia, en 1970. Vive en Paradiso (Lugano, Suiza). Ha publicado los poemarios Verso Buda (Faloppio, LietoColle, 2004); L’opposta riva (ibid, 2006) y Registro dei fragili, 43 Canti (Bellinzona, Casagrande, 2009) y otros trabajos en algunas plaquette de arte.

Es asesor editorial de varias editoriales  y crítico literario de varias revistas del Web.  Desde el año 2006 escribe la columna mensual Cercando l'oro della poesia en el portal italiano Tellusfolio. Ha creado y dirige el programa radiofónico La voce di Gwen en Radio Gwendalyn.  La voce di Gwen es el único programa que se dedica a la difusión de la poesía en  una web-radio suiza.

En el año 2010 organiza, por cuenta de Suiza, LEGGERE, CON CURA, proyecto de la manifestación italiana PoesiaPresente. El proyecto nace como terapia de la reconciliación con la enfermedad a través de la suministración de una de las medicinas naturales más curativas que el hombre haya inventado: la poesía.

Es uno de los autores que forman parte del programa Moving Words, proyecto de Pro Helvetia a favor de la traducción literaria que promueve su intensificación entre las regiones linguísticas suizas y la presencia de las obras helvéticas en el mercado internacional del libro.

Su poesía han sido traducidas al inglés, francés, español, alemán, árabe, esloveno, turco y portugués para ser publicadas en revistas especializadas. Durante este 2010 sus poemarios Registro dei fragili  – Registre des fragiles (en francés para Editions d’En Bas de Lausana) y  L’opposta riva  – The Opposite Shore (en inglés para Marick Press de Detroit, EE.UU).

Última actualización: 25/01/2022