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Vasyl Makhno, Ucrania

Fotografía de Nidia Naranjo
20º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Vasyl Makhno
Traductor: León Blanco

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 86-87. Julio de 2010.

HILO

 

Como un hilo de lana te deslizas
por el diminuto
ojo de una aguja
hacia esta vida

y de inmediato
escapas
desde esta vida

desde ninguna parte y – probablemente – hacia ninguna parte

es así como resbalaste una vez
del útero materno

los músculos de su abdomen
te expulsaron
como un volcán erupciona lava
y al instante te marchitaste
desde el frío
y la soledad

el ojo de la aguja está siempre estrechándose

 – volviéndose más pequeño –
 – más delgado –
este hilo

buscas la llave
con la cual cerrar
la puerta tras de ti

y alejarte de aquello de lo que quieres protegerte

y anudas el hilo
de la vida

al principio con la intención
de arrancar tu diente de leche

para luego
hacer pequeños nudos
para no olvidar las cosas

más tarde pierdes cuenta
de los pequeños nudos

cuentas de rosario
se transforman en
gruesos nudos de pérdidas
y el delgado hilo de lana
se vuelve una cuerda
y cada vez hay menos y menos fuerza para halarla
tras de ti

Con esa cuerda
no hay manera de atravesar
el ojo de la aguja
como entre un bus
atestado

y eres abandonado en el paradero
solitario

el próximo bus
está retrasado, como siempre

 

 

CADA COSA TIENE SU LUGAR

 

Un violín en un estuche de terciopelo verde
ha estado mucho tiempo ocioso
la madera de su cuerpo se pudrió completamente
y los finos huesos de sus cuerdas
cubiertos de fosforescencia
y resina
han dicho adiós a la música

pero este violín sí tiene su lugar

Un zorro en su húmeda guarida
y su zorra
aúllan con suavidad
se lamen mutuamente bajo la cola

la primavera llega

y deben propagar su especie
pese al número de cazadores
en su área

recién paridos
todavía húmedos de su madre
los zorritos tendrán su lugar

La música

aparece sólo como el resultado
de los movimientos esporádicos de un arco
sus gritos atestiguan

el orgasmo
del nacimiento

y la vida de la música
es tan momentánea
que es duro llamarla
vida
la cual puede no ser un complemento de la música

puede ser comparada al resplandor de un relámpago
como las blancas y gruesas venas
de la mano de Dios

el zorro
muerde dulcemente a su compañera

que en su estómago vacío
tiene unos pocos granos de rosa salvaje

el perfume lascivo bajo su cola
y su pequeño hocico tembloroso

aquellos chillidos
y la nerviosa corriente de deseo sexual
retuercen los cuerpos de los zorros
mientras se funden
en una hélice ardiente

y cuando su esperma
con la velocidad de la luz
inunda el interior de su abdomen

entonces los temblores nerviosos
y las convulsiones decrecen lentamente

el zorro le muerde todavía
su pelaje
y las agudas marcas de sus dientes
sólo curarán al inicio del verano

cuando los jóvenes zorros
 – jugando –
se dispondrán a
mascar los verdes tallos de las plantas

 

 

AMÉRICA

 

este país es extraño – es un barco entre dos océanos
a su estribor se adhiere la vegetación llamada Nueva York
Marisco de Nueva Inglaterra – Oraciones jasídicas y comercio
de falos de Florida en el celo de mujeres caribeñas
con su pasión por lo erótico – sexo con uno de los juanes
al ritmo de la danza quebrada de sus coitos
con cuerpos entrelazados amalgamándose en uno solo

del lado del Puerto que habla español
uno ve mexicanos –como peces perdidos en el tiempo–
guardas de frontera no los aprehenden porque los ritmos apacibles
de sus sombreros y faldas meciéndose en el viento
bajo la música de los cactus – bajo una máscara antigua–
están escondidos en la historia – y usando la Pascua Cristiana
siguen los ciclos solares y adoran a todos los santos

en uno de los bares en Nueva York –artística guarida –
puedes escuchar poesía y saber que esta Babilonia
ha reunido a los vagabundos del mundo – multiplicando su número–
de tribus de pueblos cuyas semillas han germinado
en el entramado de las redes – en el aire – y un cuerno de búfalo
perfora los sueños de Ucrania porque justo ahora él se reclinó  de lado
y de su oído irradia el calor de la Navidad

el mejor lugar en este barco es el bar Cornelia en invierno
en conversaciones sobre la existencia – novelas populares – Sylvia Plath
buscando a tus compatriotas, entre gruesas vidrieras de colores
te encuentras a ti mismo en lo profundo de los espejos y escuchas: Buena suerte
que alguien desea a algún otro – y nuestro navegar juntos
a nadie le interesa aquí y tu confianza disminuye
y terminamos leyendo los versos sobre el búfalo y el buey

la gente de la calle entra a esta arca de Noé
para ordenar cerveza y vino francés
meseras corren alrededor – volteando
el estancado olor del aire – y al mirar por la ventana
traicionas tu ensimismamiento como el checo que
voló sobre el cuello del cucko – injuriando su hombro
y terminó como paciente en un sanatorio

también alejas el cenicero – no hay más
tiempo de ahondar de nuevo en conversaciones sobre
qué hacer acerca de la vida en Nueva York – y el barman cuya sonrisa
florece como una cebolla está también cautivado por los temas del
del futbol y la bolsa  – y que el invierno es frío
y que está esperando sus vacaciones y cada uno de sus movimientos
semeja el de un pájaro en cautiverio – y tal vez ninguno

estás de acuerdo en que la temporada de frío ha sido larga
en Europa también – aunque no le crees –
un poeta lírico americano empieza a leer
y sus versos están cosidos con hilos - y llenos de agujeros
pero toda la gente alrededor aplaude – y él se siente como el
rey del Soho – aunque nada pruebe
 – excepto que: a este personaje le falta sentido de la proporción

o de lo que significa estar en este encuentro
de devotos de la poesía – líricos de las más profundas esquinas de Nueva York
y tal vez la melodía de la luz del avión enrareció
el oxígeno en el aire – como los anillos dorados de Júpiter
que bullen en el humo del cigarrillo – y ansiosos de ensayar narcóticos
que maduran chicas – que a punto de graduarse
       maldicen este mundo y a la vida pues son tan jóvenes aún

 

 

UN FESTIVAL DE POESÍA

10 poetas
anunciados en el programa
recitan sus versos
ante una audiencia de 10 tal vez 100

resuena una sinfonía de lenguajes:
Ucraniano con sus eróticos chillidos de violín
los sonidos del árabe ondean como vestidos de hilo
los ritmos marchantes de tambores alemanes laten en tu pecho
el trombón de jazz del inglés escupe saliva
un oboe digiere en su estómago la pronunciación española
el saxofón galante del francés
despierta deseos sexuales en núbiles jovencitas intranquilas

no hay director
y la orquesta por tiempos se desacompasa

las traducciones son horribles
porque fueron hechas de afán
los organizadores como siempre están presionados por el tiempo

los otros 10 poetas que leerán mañana
escuchan a los 10 que leen hoy
bostezan y fatigados
piensan en cerveza y chicas locales
en la tasa de cambio
en las pocas poetisas que vinieron a este festival
y lamentan observar que la edad de la poesía de las mujeres
regularmente se aproxima a la edad del retiro
¿y sobre qué puede escribir una mujer después de la menopausia?

Lamentablemente no invitan hasta ahora a los festivales
a las jóvenes Akhmatovas - Sylvias Plaths - Anas Blandianas –
obviamente esperando que se vuelvan más viejas
lo cual tiene su propia lógica

en el país que alberga este festival
hay una crisis económica
por lo tanto el hotel está lleno de cucarachas
y envejecidas camareras en los restaurantes
no provocan ningún interés particular
los poetas regalan sus libros a otros poetas
sabiendo que nadie los leerá nunca a todos ellos
porque es imposible saber todas las lenguas del mundo
por tanto este ritual recuerda
la conversación entre el sordo y el ciego
luego de la destrucción de la Torre de Babel

oh, finalmente el último en el programa de hoy está leyendo
pronto cenaremos

y tendremos una oportunidad para hablar acerca del tipo de poesía
que es de poco interés en la localidad
porque todos están muy ocupados resolviendo problemas económicos
vía celulares

el hall se vacía gradualmente
mientras algunos salen a fumar
otros por una cerveza
incluso otros descansan en el hotel

el agujero negro de la poesía

se comprime desde el número de versos
tanto como para tragar
- y esto es lo más divertido de todo –

a la poesía misma
la cual últimamente ha estado sirviendo sólo a los poetas
como aquellas envejecidas meseras en el restaurante
que hace tanto dejaron de ser del interés de los hombres
                              
la formula de la poesía
expresa que 10 + 10 = 0
aunque de acuerdo a los matemáticos el cero es probablemente el número más importante en sus cálculos

y su agujero negro contiene suficiente energía
para devorarse a sí mismo

como el dragón de la mitología
que devora su propia cola
configurando con la forma de su cuerpo un círculo mágico

del cual no hay escapatoria

 

 

CONSEJO SOBRE LA MEJOR MANERA DE ESCRIBIR POESÍA

 

uno de tus ojos lee letras cirílicas
el otro – el alfabeto latino
alguno escribe versos de izquierda a derecha
Yehuda Amichai escribió de derecha a izquierda
los poetas chinos de la edad de oro escribieron muchas obras en columnas:
estas pocas semillas negras de canela
son la especia adecuada para la cocina de la poesía mundial

pero a pesar del tiempo (en el que vivieron)
o su método de escritura–
o el alfabeto (que usaron)
todos amaron: el vino y las mujeres – las cadenas de montañas–
el pescado frito – la ensalada de pimentones rojos
desperdiciando dinero e incumpliendo sus deudas–
todos cazando sonidos
como niños grandes con redes para atrapar peces y mariposas –
o como alcohólicos terminales
drogadictos sin esperanza
pervertidos sexuales –
herederos de Narciso - Odiseo – Orfeo

alguien escribió con una pluma
otros cortaron sus venas – e introdujeron en la sangre
espesada por el alcohol y las drogas
- una aguja gruesa –
la probóscide de una abeja somnolienta
pero a pesar del líquido secándose
sobre el papel o el puño de una manga –
la poesía grabada por algún método
se convierte en color y sonido
excremento – vómito
y pus

de vez en cuando
una abeja agonizante
podría caer sobre el alféizar de tu ventana
desde algún otro espacio;
y mientras – yaciendo de espaldas – sacude lejos el viscoso aire del otoño
tú renunciarás a todo consejo sobre cómo escribir poesía
pues cuando observes cómo los yates se preparan a dejar esta bahía
y  cómo los navegantes dicen adiós a sus amantes temporales
y cómo el alquitrán desaparece cabeza abajo - como un cadáver - en el agua
y cómo miles de saxofones - como signos de interrogación - 
digieren en sus estómagos los verdes goteos de la música
y cómo la corriente eléctrica que pasa a través de la más delgada cuerda de un violín
reduce a cenizas la más leve resistencia de una falsa nota
sabrás:
que es peligroso pisar esta pasarela
trazada por la luna llena
sobre el brocado cuerpo de agua

y por tanto cualquier consejo probará ser inútil
me parece que alguien lo ha intentado antes

 

 

A PETRO MOROZ

 

un poeta ucraniano

debe rimar sus versos
por qué no vas y…

debe llevar el atuendo de tortuga de una historia retorcida

de una enfermedad que se sospecha, es el alcoholismo

aunque
él pueda arrastrarse a medianoche hacia la concha del estudio
de un amigo y beber con él hasta la madrugada mecateando
sobre los olores del óleo fresco y el aserrín de los marcos
habiendo olvidado llamar a su esposa, entonces, por si acaso…

en la mañana pasando el tiempo en las afueras de un almacén con una bandada de cuervos 
como botones negros cosidos en el abrigo de nieve
y como un drama dadaísta con las raíces de palabras alcanzando el completo absurdo
 – empiezan a vender alcohol a las 11 –

sepan que las estéticas de círculos triangulares y cuadrados elípticos se encerrarán en un cuadrado negro
 – mientras ante sus ojos la negrura es real–

lean literatura especializada en alcoholismo
- y pregúntense cuánta gente nuestra ha fracasado
recuerda que shevchenko fue también uno…
y por media hora regocíjense con esta comparación

sin mencionar:
a baudelaire – la florista
verlaine –a rimbaud – a los bohemios parisinos
a eliot – banquero de la tierra baldía
a pound – comentarista radial y sicópata
(según los militares americanos)

no sirve de nada sentarse ahora en las riberas de babilonia
 – porque no eres una gallina –

en las orillas del Sena: 14 mil artistas pintarán para poder vender
la gioconda: desnuda o con barba – no importa
si da vinci la reconociera – no sabría sobre derechos de autor

entre el hudson y el east river – puedes ser un poeta en Nueva York – una paloma celestial –
sabes por las más recientes noticias que 138 mil 
drogadictos tres veces al día practican la terapia de la aguja
mientras homosexuales y lesbianas – hermanos y hermanos de la misericordia-
practican el amor a sus semejantes

y judíos religiosos esperan su Mesías

qué queda entonces:
deudas sin pagar

citaciones de la corte
tiquete a belgrado

 – lapicero – papel
 – tinta seca – la sangre negra del computador –

y esta adicción: grabar las palabras
 – cuando la morfología semeja morfina –

¿no le temes a la sobredosis?

 – preguntan –

porque aman el arte de las jeringas desechables
cubiertas de sangre humana seca

 

UNA FIESTA

 

el tiempo  -parece- se ha aletargado en esta carnicería
la lengua cortada de un toro – traída la semana pasada
desde el norte – de Chicago – de uno de esos mataderos de los años treinta
permanece allí con la voz ronca de la muerte–
con su pesada voz de un kilo y medio
removida por el carnicero del gran cuerpo del animal

quisieron venderlo
a una de aquellas compañías latinoamericanas
que organizaba fiestas y compraba ganado en los estados sureños
pero el granjero encontró un comprador más rentable
y el toro – que cada año solía fecundar a la mitad de la manada –
no fue destinado a convertirse en la víctima de una fiesta-
para ser sujeto con alfileres –como una extraña mariposa–
                                               por un zoologista enloquecido –
no fue destinado a escuchar los silbidos de una multitud en la Arena
                                                 de un pueblo latinoamericano

donde los habitantes se preparan todo el año para aquel día de fiesta:
los hombres – fuman gruesos cigarros bajo sus sombreros
llevan botas vaqueras – perezosamente intercambian palabras
sobre la fiesta – creen que matar toros es precisamente
                                                    el trabajo de un hombre–
mujeres y muchachas lucen faldas brillantes – joyas de metal barato
viajarán a un pueblo más grande a comprar perfumes baratos
y no le prestarán atención al frívolo cotorreo de los hombres
bajo un gran árbol – el único en el área –
mientras los niños se abastecen de chucherías
en caso de que aparezcan los extranjeros
coleccionan tortugas secas – habiendo vaciado la carne rancia-
utilizada en la sopa – el resto se lo comen perros callejeros –
las tortugas son muy apetecidas

Oh aquellos ritmos cálidos de la música local:
sonidos como sacos de arena arrojados a tu espalda
sonidos como las espinas del cactus que penetran gruesos vestidos y pieles
sonidos como la salsa de tomate picante que sirven en cada plato

los carniceros han partido en cuatro esta celebración

ellos: le ganaron al niño disfrazado de oro quien –
como un zoólogo - practica
el ensartado de toros que pesan al menos media tonelada
ellos: dejaron atrás a los hombres bajo el árbol
en una conversación sin fin acerca de una fiesta
que nunca será

ellos: desairaron mujeres y chicas
que no obstante viajaron hasta el pueblo más grande
para comprar faldas y ornamentos –
que nunca llevarán

ellos: abandonados detrás de las tortugas secas –
amontonadas como la Torre de Babel –
y los chicos al lado de bien alimentados perros callejeros

todo esto puede ser envuelto en una pequeña bolsa de recuerdos
como un vagabundo hace con la sal
para hacerla rendir

 

 

EN UN BAR LLAMADO GÖSSER

 

Después de mi tercera cerveza
aros de humo por doquier,
un escultor de cabello largo
se queja de las sombras doradas de las mujeres.

Ríos de conversación espumean y se arrastran
alrededor de esta costa vidriosa,
fluyen en gotas doradas
sobre esta sucia mesa.

Hay ciertas voces que recuerdo.
Un torso se inclina como una huerta en primavera
con olores de húmeda oscuridad,
pegajosa sangre de pinos,
el hogar de todo hombre,
cuerpos de mujeres deseables.

Aquella mujer que permanece en la ventana
meciéndose en la espuma de mi cerveza amarga:
Afrodita de la taberna.

¿Ha regresado ya?
: las palabras cálidas
: la cerveza amarga
: ¿las ásperas líneas de aquel horrible cuerpo?

 

ELEGÍA DEL AGUA

 

Cada arcoíris bebe agua – y los peces vuelan en el viento.
Profundos océanos del mundo – agujero negro – polvo de pensamiento –
los peces resbalan de nuestras manos – a cambio de cinco panes,
a cambio de una mirada pesarosa y pálida como una vela desteñida.

Los pescadores llegan en barcos volcados como tortugas
que murmuran sobre los viejos días: chapoteo de agua –
húmeda esencia, pecas de sal – espantosas manchas de medusa
cubren la costa.

Los barcos crujen – el viento seca sus costillas

y redes verdes – no árboles – se mecen en las sombras.

 

EL OCÉANO DE Saint-John Perse

 

                                                Para Vitalii Haida

El océano de Saint-John Perse es la intención de los versos oscuros
que han sido entretejidos entre un jeroglífico del nombre
del río que fluye hacia la fosa de la soledad

el delgado cuerno de la luna ha sido cortado por las olas
en agujas de plata, en escamas de pez, brilla
con dolorosa luz, semeja el destello del aluminio

las hojas del otoño se adhieren al cuerpo de una serpiente de hierba
y se arrastran con ella hacia la madriguera de la memoria, dejando
al árbol de la patria y a la hermana hormiga a las ráfagas del viento

en el aire – una locura desgarradora como una incisión-
sangra humo amargo y luz húmeda
telarañas resuenan con un agudo sonido de cristal quebrado

donde la oscura luz fluye – y en las profundidades
del rollo aterciopelado del agua descienden cascadas
                                            en su tejido de hilo de oro
y esqueletos de pez cubren este bordado al azar

este es el misterio del corte del corazón de la raíz de alga marina
un erizo de mar vuelto arbusto blanco cuando se toca
huele tímidamente la oscuridad y torna hacia ella

y la frágil azúcar de la niebla se adhiere como cal
a la orilla del mar    sangre asiática te recuerda
una extensión que el círculo del ojo no puede abarcar

palabras que la lengua no puede soltar en una danza
sus transparentes y ordinarios vestidos y aceitunas negras
el ornamento de la avispa que no puedes reproducir ni recordar

agua oscura nocturna que brilla con conchas y estrellas de mar
riela con perlas y se desvanece en el alquitrán del aire
se engrosa como la piel de la cebra sobre olas elásticas

la tranquilidad envuelve los versos en el aluminio dorado de un capullo
la forma del tiempo redondeado trazado en tinta
un círculo de consciencia – blanco como la telaraña–

las arañas del tiempo y los ratones del tiempo– signos de la existencia
son cubiertos por el musgo de nadie – pues brillan con ojo verde
y se tragan nuestros pensamientos y salivan sobre nuestras sombras

el océano nos rodea – el jeroglífico de su nombre
¿Quién será el primero en empapar sus pies y caminar sobre el agua?
y sólo una vela extinguida como un dedo muestra la dirección del viento

Traducción de León Blanco

 

LECTURA DE POESÍA

Para Svitlana

amada – es Whitman zigzagueando por Brooklyn
con sus hojas de hierba – y no demuestra interés
por nosotros – o por las hojas – o por Wystan Hugh Auden
carros – gasolina
tiendas chinas o el viejo año nuevo
zorros en poesía – o piel de zorro
él mismo es la capital – y nosotros estamos en la capital
junto con él

amada – él es la gaviota marina helándose en la bahía
mezcla yerba con hojas – y sus dedos están cubiertos de hollín
bebe demasiado – reconozco – va errante
y fuma yerba
y sus versos son: claros de bosque y praderas
basura de Nueva York que es más apropiada para el arte
y un ángel que corriendo en un nuevo “Suzuki”
ilumina la oscuridad    

amada – es viejo – contiene difícilmente su tos –
entre un ligero sobretodo – con un bol de kasha *–
y sus damas amigas: natashas de suburbio
mariposas nocturnas
habiéndose vuelto cliente del Ejército de Salvación
con sus pies contra la orilla de Manhattan, se recuesta
empujando a Long Island – digo esto – entre nosotros
borra

amada – sacudirá tanto la isla como nuestro refugio
la centenaria panadería de propiedad de un judío
el orden de sus versos – y las reglas
tanto de género como de estructura
con su barba barrerá este mugre y este Brooklyn
y sacudirá de sus versos sonidos y letras
este Whitman conmovido por las manos humanas
petardo – saludo

amada – ¿por qué es él el viento apurándose no entre la hierba
sino entre las hojas?
dudosa compañía que siempre mantiene
los activistas locales verdes y gays
ladrones – rufianes
estudiantes de yeshivá que se han graduado en hebreo
mercaderes que trafican canela oro y plata
todos vestidos con pieles – y la piel – en verso libre
es primavera – es primavera

*kasha, palabra que designa un potaje o sopa hecho de cereales, ordinariamente de avena

 

Traducción de Rafael Patiño Góez

 

 

CUADERNO DE NOTAS

 

ojeando mi viejo cuaderno de notas
quedé asombrado de hallar allí conocidos casuales
gente que había olvidado que existía:
algunos que conocí de vuelta a Ucrania
otros que conocí después en Nueva York,
algunos en Europa
(carece de importancia)

corriendo por las páginas
como un tímido zorro
pensaba todo el tiempo
que:

a algunos de ellos nunca intenté telefonearlos
(probablemente no hallé el tiempo o el deseo)

a otros nunca les respondí por escrito
(saludos que tecleé principalmente por e-mail)

algunos de ellos nunca me los tropecé de nuevo
(porque – de acuerdo a la teoría de las probabilidades – había una oportunidad en un millar
o más – probablemente – y no existía necesidad de ello)

echándole un vistazo rápido como un zorro
trastabillé sobre la roca de unos pocos nombres
cuyos propietarios ya nunca veré de nuevo
o encontraré

y tachándolos mecánicamente
de la libreta de apuntes

me pregunté a mí mismo
¿por qué jadeas entonces de ese modo?

Traducción de Rafael Patiño Góez

YEHUDA AMICHAI

 

Herbert me trajo a Yehuda Amichai a quien preservé como un herbario
y lo etiqueté con el nombre de cactus sabra aunque Amichai
                                                                     nació en Alemania
mientras sabra es un judío nacido en Tierra Santa
la hoja de Amichai reposó por largo tiempo en alguna
                                            edición alemana sobre surrealismo
hasta que finalmente percibí en él el dulce olor de las piedras de Jerusalén
y coloqué aquellas piedras en mis versos
como negras marcas sobre blanco lino y ellas
se cubrieron de verde musgo en El Libro de Horas y Colinas

Sandu David y Margalit Matitiahu me contaron historias sobre Amichai
cuando rodábamos con Sandu hacia la sinagoga en Novi Sad
y con Margalit cuando en el  restaurante del Hotel Casino
empapábamos pan blanco con miel que chorreaba por nuestros brazos
                                                                             hasta los codos

en Nueva York un atardecer en su recuerdo cuando sus versos eran leídos
todos recibían copias de aquellos versos en dos idiomas – hebreo e inglés –
y el vestíbulo entero entonaba los sonidos hebreos – como si
todos justamente hubieran llenado su boca de aceitunas en el buffet

esa tarde hubo un chaparrón tan horrendo que era imposible conseguir un taxi
los paraguas eran arrebatados de las manos y salían volando junto
con sus propietarios en la vecindad de la Universidad de  Nueva York
no había nadie que diera direcciones de aquella calle donde
                                                   estaba localizado el Centro Judío

una alumna de un colegio mixto a quien me tropecé en la calle vacía
señaló un edificio cercano al que di vueltas desesperadamente por media hora
entonces mientras hablábamos
su paraguas fue arrebatado de sus manos y yo salí tras él
porque me sentí culpable de ello
y ella permaneció allí sonriendo bajo la lluvia 

Traducción de Rafael Patiño Góez

 

 

EL PERRO

este viento que viene a mí como un perro
con tres ojos azules

por casualidad trae encima de mí unas pocas gaviotas
que chillan lamentando a alguien
arena seca pegada al pelo empapado del perro
basura de la playa
envuelta en portadas coloridas de magazine

mientras pretencioso como un perro
hiere sus patas con las espinas de un pez muerto
y la bahía de arena verde cubierta de musgo
y pespuntada por secos brotes
de algas
parece irrelevante a fin de cuentas aquí

agarrando una bolsa abandonada con comida
gruñe y rompe el polietileno

pero no tiene amo
y por eso nadie le grita
ni tira por la traílla de su collar

el perro resplandece ante mí desde lejos
con sus tres ojos azules
como un amigo con un encendedor de cigarrillos
cuya llama le chamusca los dedos
(porque ventea)
pero – como un verdadero amigo – quiere sin embargo
encender mi cigarrillo

y en este día – junto al océano –sopla el viento
y veo cómo uno de los ojos del perro lagrimea
y cambia de color
mientras detrás de su oreja derecha parpadea monótonamente
la luz de un faro

es mi amigo quien desea encender mi cigarrillo
y está enviando alguna especie de señal

Traducción de Rafael Patiño Góez

 

FEDERICO GARCIA LORCA

 

¿Quién lame la tibia yema de la luna
quién escribe acerca del rey de Harlem
habiéndose olvidado del príncipe Hamlet
quién profetiza a los verdes árboles
su verde muerte

y a las palabras temblorosas
su temblorosa muerte?

La ciudad que él embebía como vino
rezuma a través de las aberturas de sus porosas venas
papel barato se chupó la tinta – desapareciendo las palabras escritas –
todas las flautas con sus
intestinos metálicos  
contorsionaron el aire convirtiéndolo en sonidos escalofriantes
y cortaron los ventrículos del corazón de las pinturas de Dalí 

podía sin embargo contarle a todos historias acerca de la ciudad
en la que la intervención quirúrgica de un poeta
es tan indispensable como
el agua abundante lo es para los bomberos
 - o la orina para las vejigas -
 - o la saliva para una boca –

en su ciudad residían cocodrilos y prostitutas –
verdes iguanas y coros de afro-americanos
iba y venía por Harlem en tren subterráneo
y miraba al rey
que fumaba cigarros cubanos
y soplaba aros de humo dando órdenes a sus súbditos
de no importunar a este extraño

grabó los nombres de cafeterías y teatros
memorizó los números de las calles
llevaba atuendo tirolés
siempre pagó a los músicos más de lo merecido

 y escuchó como embrujado el jazz
cuando un saxofonista
que lucía brazaletes de oro
y preciosas argollas
asfixiaba a besos el cuello de cisne del saxofón

escuchaba jazz en el Cotton Club

En Harlem
hacia el final de los años 20
los clubes de jazz se multiplicaban
como prostitutas y marineros
en los puertos

Traducciones de Rafael Patiño Góez


 

Vasyl Makhno   nació en Ucrania en 1964. Poeta, ensayista, traductor y dramaturgo. Autor de siete colecciones de poesía: Skhyma, 1993; Caesar’s Solitude, 1994; The Book of Hills and Hours, 1996; The Flipper of the Fish, 2002; 38 Poems about New York and Some Other Things, 2004; Cornelia Street Café: New and Selected Poems, 2007; un libro de ensayos: The Gertrude Stein Memorial Cultural and Recreation Park, 2006 y dos obras de teatro: Coney Island, 2006 y Bitch/Beach Generation, 2007. Ha traducidos la poesía de Zbigniew Herbert y Janusz Szuber del polaco al ucraniano y editó una antología de jóvenes poetas ucranianos de los 90’s. Su obra ha sido traducida al polaco, inglés, Aleman, Serbio, Rumano, Eslovenia, Rusia, Lituania, Malayo, República Checa y Bielorruso. En años recientes publicó sus poemas selectos en Polonia, Rumania y Estados Unidos. Ha participado en muchos festivales internacionales en Europa, América y Asia. Vive en Nueva York desde el 2000.

Última actualización: 06/12/2021