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Quamruzzaman, Bangladesh

 

MIS SOLITARIOS Y HERMOSOS SENDEROS

Aquellos días en que puedo hablar con mis solitarios senderos, recorriendo en mi caminata su familiar paisaje;

No puedo huir de ellos,
mis senderos, mis bellos senderos.

Cuando vuelvo a casa al mediodía,
o por la tarde o incluso en la noche
bañado por la luz de la luna que cae como una llovizna,
las palabras vienen entre nosotros y hacen un todo, con cuidado inundan el  corazón,
y miles de hojas en los árboles al costado del camino nos saludan y sólo entonces esparcirán su verde paz,
¿por qué no expulsamos a sitios lejanos y más lejanos aún a los sedientos, ¿por qué no nos entendemos
un poco más cada día?

No obstante el corazón es excavado hasta morir bajo la lluvia, eso me entristece, también me causa dolor
que los hombres caven fosos en mis bellos senderos
que preparen impiadosas trampas  en la oscuridad.
Si los hombres crean los problemas, pregunto:
¿no sienten alguna vergüenza al respecto ?
Muchas veces mi rostro expone su melancolía
ante mis bellos y solitarios senderos
entonces ellos lanzan a los aires su vibrante valeroso mensaje
que retumbante me dice  “ Todavía estamos despiertos”.
Entonces yo caminaré por mis bellos y adorables senderos.

HERIDO, AMO

A pesar de haberme enamorado en el primer encuentro,
no podía entregarme a ella fácilmente.
No fue planeado como te encontré.
Entablamos conversación sin dificultad ¿no es cierto?
Nunca antes me había ruborizado de esa manera, ¡fue maravilloso!
Mis palabras, muy directas, la impresionaron.
Ella sonrió, su cuerpo sonrió, ondulándose como una ola
y la sonrisa floreció en su mirada.
El brillo de sus ojos sólo podía  compararse
al brillo fatal, decidido, de una espada desenvainada.
Tengo una pregunta, dijo,
y haciendo una pausa, inclinó suavemente su cabeza
y me preguntó ¿ no es algo muy personal?
Por qué me inquieté entonces de esa manera, no lo sé.
Tú eres la única a quién me entrego y mis palabras
no son simplemente un poema en el que eres una mujer inocente.
Pues hoy que guardas silencio percibo la sombra silenciosa de la muerte.
Tantas veces me atreví a decir: soy el hijo del dolor,
odio los engaños, sin embargo, he sido negligente
y a pesar de todas las heridas, amo.
La mujer desea un héroe, esa ha sido mi experiencia.
Si es así, déjame saber si no viste ese día
el brillo de la humanidad en mis ojos.
Yo también poseo un puñal mágico, con el que
abriré mi pecho y extraeré mi palpitante corazón.
No, esto  no es una broma, son los  gemidos del amor.
He sido tantas veces herido por el amor,
tantas veces me rompí en pedazos como el cristal,
que bien puedes decirme por qué tus ojos vacilaron ese día.
Lo he dicho y lo vuelvo a decir: Herido, Amo.
Provengo de las infinitas heridas del amor.

 

A VANGOUGE DAY

Mis pensamientos estaban atrapados ese día
en el torbellino del olvido de su famosa pintura
y la ironía del destino que lo acompañó hasta  la muerte
sin complacer su ciego apetito.
Una crueldad mayor que la de derramar sangre de su garganta,
algo que lo transformaría en un ser indefenso.
¿Podría el luto robarle el color a la posada
para privarla de felicidad y estremecerla en el día de su muerte?
Hoy ya nadie conoce a los hombres
ni las lágrimas que derraman en memoria de un gran genio.
Hoy nuestros sentimientos no cambiarán ante su muerte,
lo que habrá de variar es la imagen de las pinturas del gran artista.
Este es el tiempo en que debemos detenernos
y regresar al sitio de donde venimos
donde abandonamos  el amor, el afecto, la hermandad y la prosperidad
tentados por las promesas de la llamada modernidad.
No sigamos adelante pues acecha el peligro.
Debemos detenernos aquí y regresar
a los granos de oro de la tradición, al amor puro.
Sorpresivamente en las luminosas ciudades del mundo,
en los grandes paseos de compras abundan los tejidos industriales
y las enigmáticas y sospechosas prendas de dudoso origen artesanal.
¿Es la nostalgia la que nos domina?
¿Es el despertar de nuestra búsqueda de la raíz del amor?
¿Es la odisea a través de la ilusión que una vez más vuela a través del horizonte?
¡Oh sí! Hace ya mucho tiempo que aquella pintura me evoca
los resplandecientes campos de trigo rebosan el horizonte,
oscurecidos por fantasmales pájaros negros
                               que ensombrecen el firmamento.

 

 

CACERÍA DE TIGRES

Cazar tigres se ha vuelto seguro.
Ahora los tigres espantan en la ciudad,
allí en las casas de antigüedades donde pagan
grandes sumas por sus dientes y esos extravagantes atuendos
hechos con sus garras
que las ricas señoras cuelgan de sus cuellos 
y son aplaudidas por ello.
Ellas no se preocupan por la sangre derramada
por garras y dientes.
El tigre es salvaje pero ya no atemoriza,
ese tigre, a la luz de la escena, es hermoso.
Ahora  en medio de las risas se refieren a los tigres en las salones de té,
en los palcos de los cines, en las cafeterías, en los bancos de la plaza,
los viejos hablan de ellos en sus caminatas matutinas.
Sin embargo quién recuerda al pequeño pastor
un niño triste por el que no se guarda luto.
En la actualidad nadie desea escuchar la historia de ese pastor muerto.
No hay llanto en ningún lugar.
Los tigres  ya no atemorizan ni asustan.
Sólo queda en la ciudad su imponente belleza
desollada y fragmentada.
La piel, las garras de  los tigres, cuelgan hoy
al costado de las calles principales de la ciudad
causando la risa de los niños.
¿Quiénes exhibieron tantos tigres en  la ciudad?
¿Es que no existe ya ferocidad en tigres u hombres?

 

LA VESTIMENTA

De hecho esto es un desorden.
Mi ropa tendida sobre la cama, las camisas en sus perchas,
otras prendas muy llamativas protegidas por la naftalina
descansan abrigadas en el cajón del mueble.
Tengo un poco de dinero en un bolsillo,
para pagar los gastos de mi viaje,
en otro bolsillo guardo un manojo de pequeños sueños,
un poco de amor y afecto para los dulces e inocentes niños.
Mis prendas, bellas compañeras que me cubren con su dignidad y estima
brillan a diario al encontrarme con mis amigos,
y regresan conmigo al hogar en las sombras de la noche.
Luego me las quito cuando el festejo termina y soy tan desconocido para mí.
El espejo ejerce su crueldad descubriendo ocultos secretos.
¿Podré algún día estar en soledad,
al menos como un solitario epitafio en el cementerio?
¿Durante cuánto tiempo podré ir de aquí para allá con estas ropas,
¿Durante cuánto tiempo me quitaré estas ropas que tanto amo?
¿Acaso algún día no se dormirán?
¿Acaso algún día no estarán solas?

 

EL SONIDO DE LOS PASOS

Cuando alguien que conozco pasa, reconozco
el sonido de sus pasos. Todos las personas
tienen su propio ritmo y sonido  al caminar.
Cuando pasa una virgen el ritmo de sus pies
se asemeja a una danza que vuelve una y otra vez, como las olas.
Cuando pasa un joven muchacho sus pasos
resuenan como una montaña derrumbándose, es un sonido agraviante.
Cuando mi padre camina por el corredor de la casa, escucho sus pasos.
Mi padre a solas en la oscuridad de la medianoche,
sus pasos livianos y suaves, tienen la belleza del silencio,
ese silencio que interrumpen los pasos.
Suenan como mis propios pasos, cada vez más profundos
como la silenciosa e intocada noche. En su andar se hunden más y más,
se desvanecen en la distancia, más allá de los límites misteriosos
desde donde no habrán de regresar jamás.

 

UN DÍA MÁS

De nuevo la noche se convierte en amanecer neblinoso.
Una nueva mañana en la que las imágenes de la ciudad
se agriarán como las del día anterior. La lengua del viento
habrá de absorber la sal necesaria y los colores plastificados
                                                                               se desteñirán.
No esperaremos la suave sonrisa de la enfermera vestida de blanco
con su bandeja metálica con jeringas y medicinas, hoy un día más vieja.
La anciana madre de mi amiga vivirá un día más en la apática y pequeña
cama de hospital. Algo de otras épocas se repetirá entonces en el restaurante
tazas de té, jarras de agua, el fluir del café, la cartera de mi amiga,
que contiene lápiz labial, un pequeño espejo, un peine, pañuelos de papel,
                                                                         labial y todo eso.
El niño se desarrolla en el vientre materno envejeciendo minuto a minuto
cuando las caricias del ser amado se retraen
en el ilimitado y misteriosos caos de la oscuridad,
lo que podríamos denominar
la caída de las hojas, la flor de la muerte.

 

HOJAS CAÍDAS

Los lamentos de las hojas caídas me lastiman,
la última luz de la tarde moribunda
se adhiere a las verdes y tiernas plantas.
Luego escucho algo caer,
el hueso del corazón estalla en pedazos
y comienza el gemir  de las hojas caídas.
El invierno continúa arrancando las hojas
cuanto tiempo habrá de durar  su frío abrazo,
la  niebla que cubre con su manto la aldea
y el vuelo de los pájaros que parten.
El rocío brilla a la luz del alba
y se escucha el llanto de las hojas caídas.
En mi corazón la roca de la ilusión se rompe.
Los cristales se empañan.
¿Cuánto tiempo durará la ilusoria relación entre el hombre y el verde
si es sólo eso, una ilusión tejida por mis deseos.
El invierno pasa arrancando las hojas,
¿cuánto tiempo habrá de durar  su frío abrazo,
viendo las hojas caer retoñar?


POEMA POR LA PAZ

Cientos de palomas han sido liberadas  en vuelo hacia el firmamento
la paz sea en la tierra, como si la paz pudiera caer sobre nuestras tierras
                                                                                       como la lluvia.
Es cierto que en un tiempo lejano la paz prevaleció en este país.
Sólo si sembramos la tierra labrada podemos esperar buenas cosechas
en todos el campo y también árboles cargados de frutos.
El aire malsano sobre los campos de pastoreo quema la tonada
que huye lejos hacia el mástil visible del barco.
¿Quién no vertió sus lágrimas presenciando al atardecer 
las obras teatrales de  Gazi-Kalu-Champabaty, Sohrab-Rustam,
y  Laily-Maznu?
¿Qué otras historias serán necesarias?  ¿Sólo aquellas
plenas de imaginación, metáforas y elegancia en las palabras?
La expresión “Desarrollo” ha teñido con el negro de la cobra,
los senderos del lodo rojo.
Puesto que han ocurrido
demasiados enfrentamientos entre aldeas y hombres,
ciento de miles de palomas han sido liberadas por la paz.
Y muchas veces al amparo de blancos estandartes
se organizaron por ella seminarios y simposios.
¿Cuándo y cómo la paz ha de prevalecer de país en país,
de aldea en aldea, a través de las obras y las vías,
noticia que debe cambiar diariamente el estilo de vida.
Algunas personas no se interesan en ello y sólo esperan y observan.
¿Cuánto tiempo demorará la paz en descender sobre sus tierras?

Traducciones de Esteban Moore

*

EL VENDEDOR DE ATAÚDES

Él es el vendedor de ataúdes
que hace los atuendos
para la procesión fúnebre.
Arregla hojas de té, hielo sólido
y cubre el cadáver con tela blanca
perfumada con esencia de rosas.

Luego pronuncia en voz baja
Ve, oh pionero de la juventud y la edad.

¿Adónde iría ahora?
Deseaste una juventud vivaz
pero la juventud también termina.
Pero, ¿quién no desea una juventud interminable?
Prácticamente, la juventud
es la edad de oro de todo hombre y mujer.

 


EL TEMA DE UN POEMA

Para escribir un poema
el tema es indefinido
mientras puedas venderte tres veces con engaño.

La famosa torre Eiffel
o el lujoso Titanic hundido
—La leyenda del siglo,
el ingeniero ignoraba el poder del Señor.

Mientras yo vago a lo largo del desigual
pero muy transitado sendero de Dhaka
habiéndome metido en el bolsillo
la suela gastada de mi zapato barato.
Ah, mi compañero de cama,
¿le temes a la muerte?

Entonces, ¿qué te hace preguntar
qué inyección te recomendó el médico?
No, no hay inyección en esta tierra
que disminuya el dolor de este hogar.
¿No sabes acaso
qué muerte embellece el poema?

Traducciones de Nicolás Suescún

Quamruzzaman nació en Dakha, Bangladesh, el 11 de marzo de 1966. Ha escrito poesía desde 1980. Ha publicado entre otros los libros de poemas: Jharnar Kase Ak Din, 1990; Amar Protibimber Protk, 1994; Mayabi Ovishar, 1998; Nirbachita Kabita, 2007 y Selected poems. Al decir de M. Mizanur Rahman, “es un fervoroso exponente tanto del romanticismo como el realismo. El poeta ha atacado a los modernistas de Dakha y los males de la sociedad moderna. Es lamentable que los poemas escritos por los poetas bengalíes modernos sean en general incomprensibles. El lector común no puede entender el significado de algunos poemas que al parecer siempre son inescrutables. Incluso la mayor parte de esos poetas a duras penas saben qué significan sus propios escritos. Tal vez desean que el trabajo de los críticos sea aclarar su oscuridad. Tengo gran confianza en Quamruzzaman porque se limita a ser concreto. En nombre del expresionismo, el surrealismo y el sensualismo, uno no debe usar palabras incomprensibles en la poesía para captar aplausos de pedantes, en lugar de hacer que la poesía sea comprendida por todos los lectores gracias a sus sonoridades y razones necesarias.

Última actualización: 28/06/2018