Carlo Bordini, Italia
Por:
Carlo Bordini
Traductor:
Martha Canfield / Laura Ceccacci
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 88-89. Julio de 2011.
MICROFRACTURAS
La idea de la catástrofe, una catástrofe silenciosa,
advertida apenas, pero inevitable.
O bien las microfracturas psíquicas,
las microfracturas de un alma.
Mi alma está llena de
microfracturas. Son los pequeños traumas escondidos,
olvidados, que vuelven cada tanto, cuando el alma está esforzándose,
cuando no te das cuenta. Adentro estoy todo desmoronado. No me doy cuenta,
pero estoy. A lo mejor cuando cuando cruzas la calle y un ruido te estremece,
cuando tiemblas al oír un nombre, cuando
te viene un ataque imprevisto de inseguridad. Las microfracturas
son las llamadas telefónicas y las citas que te ponen los nervios de punta,
de repente,
ir a un cuarto y preguntarse: qué vine a hacer aquí,
etc. etc.
toda una lista de nerviosismos, de sobresaltos, de las cosaa que te hieren,
y las pequeñeces que ponen nervioso, etc etc
y el cerebro que funciona demasiado,
MAGRITTE
La hoja ya contiene en sí al árbol
el perfil del hombre contiene su propia tarde
La nube contiene en sí al horizonte
y la memoria es una herida
en la sien de una estatua olímpica.
La manzana se levanta sobre un cuello inexistente,
cabeza vegetal
y el título es siempre necesario,
siempre necesario.
Mientrasla nube entra en nuestra intimidad,
y el mundo vegetal se mezcla con el animal,
la ropa se mezcla con el cuerpo
las funciones con el medio (el pájaro con el cielo)
una manzana escucha invadente
y nosotros, con nuestras tres lunas,
miramos los panes que desfilan en el cielo,
y por la ventana, inquietantes,
nos miran deshechos
cincuenta de nuestros yos
horrible
vendemia de muerte.
Mientras un pájaro de piedra
vuela
en un cielo pintado
de nuestras caras
adiós sol,
triste sobre el traje negro.
FÁCIL PROFECÍA
Las máquinas se moverán por su propia autónoma
voluntad, y serán seres vivos.
Alguien tratará de hacerlas funcionar mejor infundiendo
en ellas un sensación de bienestar
cuando una acción resulta positiva,
y acaso una sensación semejante de bienestar ante palabras
de aprecio de los hombres o por el tono de la voz.
Y una sensación de malestar cuando estén dañadas, y cuando
los hombres no estén contentos de ellas,
y un sentido de malestar, al contrario,
cuando hayan trabajado demasiado y se descompongan.
Y un sentido de malestar, asimismo, cuando les falte la energía
necesaria. Y entonces las máquinas tendrán hambre,
y tendrán necesidad de alimentarse, como las gallinas, como los halcones y los
buitres,
y: pavos
en su inconciencia de máquinas
o mejor[:]
los pavos los cóndores los buitres
En una angustia de pecho
sombra o recuerdo de los dinosaurios
y buscarán la comida y empezarán
a disputárselo y a disputarlo a los hombres. Y todo aquello
que es funcional y armónico y agradable les parecerá
hermoso,
y ellas serán como nosotros.
POESÍA QUE DERIVA DE LA OBSERVACIÓN
DE ALGUNOS MORIBUNDOS DE MI FAMILIA
Cuando uno está por morir se vuelve
otra persona
se vuelve santo de los
predestinados
anacoretas de los ermitaños todo el egoísmo
que pertenecía a esa persona se deshace en este capullo
que sólo espera el momento de partir en este
estado de gracia que es como
el estado de gracia de algunas mujeres encintas
la sonrisa pálida
los cabellos plateados este capullo o ectoplasma que está
por partir
Es una verdadera metamorfosis ya no tiene relación con la (persona)
persona
que vivía y hay que perdonarle todo
aunque él sea incapaz de perdonar e
incapaz de pensar
y puede solamente
sufrir temblar y tener y en esta
fragilidad suya y en paz con el mundo y nada
de todo lo obsceno de la vida puede ya formar parte
de él excepto el temblor y la esperanza
de
irse
Traducciones de Martha Canfield
POLVO
Siempre seré un poco menos de lo que soy,
o más bien, mucho menos. Polvo. He perdido mucho.
Lo que está perdido no se puede recuperar, y si se recupera
ya está disperso, ya no entra en el orden establecido
de las cosas. Me alegro que de mi
no quede nada más que un leve
envoltorio. He perdido
mucho. En esta levedad,
lo que más importa es la ausencia de agudos,
todo es redondo y recogido. Y con eso basta.
Todo lo que se ha destruido puede volverse redondo,
y más redondo. Como un jarrón. Todavía es posible.
El polvo se puede recuperar. El polvo una vez fue
detritos. Y ahora no es detritos,
es lento, friable. El polvo
es algo menos, pero puede
juntarse. Las heridas pueden volverse polvo, recogido
cerrado. Me alegro
por no entender las cosas. Su
razón. Hay cosas que desconozco, y me
alegro. Aparecen como misterios,
quietas. Por ejemplo,
la chica que siempre me encuentro, ¿me ama
o no? No lo sé. Me alegro
por no saberlo. Me alegro por no saber
si la quiero, o más bien, sé que no la quiero, que podría
quererla; me alegro
por no saber si hubiese podido amarla. Este misterio
me anima más que su querer.
Es lindo no saber. Non saber, por ejemplo,
cuanto viviré,
o cuanto vivirá la tierra.
Esta suspensión
substituye la eternidad.
[...]
POESÍA DEMENTE
El mundo se hizo
en muy poco tiempo,
entre grandes peleas,
y solo en el último
momento se decidió,
por desconfianza,
instituir la muerte y dividir los sexos.
Dios estaba muy celoso
de sus cuatro o cinco colegas y por despecho
dijo:
De toda manera, en unos años estarán todos rotos,
alguno sin
un brazo, otro sin una pierna ¡más vale
dejarlos morir!
Y otro le dijo:
¿Y los nuevos cómo los haces?
¡No los hago yo, los hacen
ellos! Pues muy bien. Y entonces,
en el último momento,
en unos segundos, inventaron el instinto sexual,
y la infancia. Casi llegaron a las manos.
¿Y uno dijo: pero no ves
que así será un lío?
Me da igual – dijo Dios.
- De todos modos este mundo no me gusta.
Ha salido mal. Pues muy bien –
añadió otro. - ¿Qué pretendías, con eso de que todos tienen que comerse
unos a otros? Es lógico que se hubieran
consumido ¿Y entonces? ¿Tú qué hubieras hecho?
Casi
llegaron a las manos.
PIEDRA
Esta indulgencia que se conceden los hombres con el sueño,
¿no se parece al abandono de la muerte?
una muerte pequeña, un poco adelantada, un descanso breve.
este goloso adelanto de muerte,
este zurcir de pequeñas cosas, trae lo mejor,
las cosas más femeninas,
esas cosas femeninas
y no importa la reliquia como residuo obscuro.
Escribo todo esto para decir que la muerte y el sueño son parecidos,
obvio, of course,
pero sobretodo que a ambos les tengo cariño,
y en éste atonal abandono parecido a madera de violín,
cuando todavía no lo sacude el arco,
y la vida y también el no-nacimiento
y la muerte del feto ya viejo
ay, cuán ronco es el aliento
y cuán entumecida fluye tu sangre
NO PODEMOS SER HUMANOS
No podemos ser humanos
ya no nos lo conceden
hay que ser insensibles como animales
sentir sensaciones sencillas
pequeños desayunos artesanales
pequeños masacres
no podemos reflexionar, meditar
hay que comer hierba
LAS COSAS USADAS
Las cosas se cansan como gestos
lentos. Comprar una cosa y usarla
es un gesto, como un respiro.
Las cosas usadas son como respiros respirados,
ya están consumidos, no se pueden
usar una segunda vez. Son cosas
acontecidas, y lo que ya ha acontecido, por bueno
o malo que sea, no cambia, ni se repite.
Las cosas usadas hay que volverlas a comprar,
hay que respirarlas otra vez,
todavía envueltas en celofán;
no se lavan, como no se lava un respiro,
pierden, después del primer uso,
la opacidad
y no envejecen ni mueren, sino, simplemente,
están usadas.
NOSOTROS, MIENTRAS LA CASA SE VIENE ABAJO
Nosotros, que estamos viviendo el comienzo del colapso de la civilización humana,
nos preocupamos por cambiar el empapelado de las paredes
y por lustrar los muebles
mientras la casa se viene abajo nos dedicamos a impetuosas disputas con nuestros porteros
y hacemos proyectos para cambiar las cerraduras de nuestras casas
nuestras casas se derrumban y nosotros nos preocupamos de adornarlas
porque nuestros animales domésticos necesitan un ambiente sereno
Traducciones de Laura Ceccacci
Carlo Bordini nació en Roma, Italia, el 2 de septiembre de 1938, falleció el 10 de noviembre de 2020. Poeta, narrador y ensayista. Profesor de Historia en la Universidad de Roma. Publicó diez libros de poemas, desde su primer libro de poemas Extraña Categoría (1975), Polvere, Roma, Empirìa, 1999; Purpureo nettare, Bergamo, Alla pasticceria del pesce, 2006; Sasso, Milano, Scheiwiller, 2008; Antologia: Pericolo, Poesie 1975-2001, San Cesario di Lecce, Manni, 2004; I costruttori di vulcani, Luca Sossella, Bologna, 2010; "New York. También publicó, entre otros, los libros de prosa: Manual de autodestrucción y No es un juego: apuntes de viaje sobre la poesía en América Latina. En torno a su proceso creativo el poeta expresa: “Amo la poesía porque cuando escribo siempre sé de dónde parto, pero nunca sé adónde voy a llegar. Llego siempre a territorios desconocidos, y luego los conozco mejor que antes. No escribo sobre lo que conozco, pero lo conozco mientras lo escribo, y para la mí la poesía es siempre fuente de continuas revelaciones. Es como si durante la escritura se produjeran en mí improvisamente fisuras del inconsciente. En este sentido estoy convencido de que la palabra viene antes que el pensamiento, es un vehículo del pensamiento. No se escribe lo que se sabe, pero se sabe después de haberlo escrito”.