Rafael del Castillo (Colombia)
Por: Rafael del Castillo
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 88-89. Julio de 2011.
LETANÍA DEL ESCRIBIENTE
I
No me lean
Siéntanme quizás, quiéranme de pronto, díganme que me ven,
que escuchan mi asesar contra su nuca
Es nada escribir, es mucho menos que leer
He visto niños casi de pecho escribir y escribir jornadas
enteras concentrados cabeza gacha corazón de rodillas
Filas filas de niños escribiendo, encorvados como viejos
viejos
Siéntanme acaso, quiéranme quizás
Escuchen cómo tartamudeo a dios rogándole
Mas todo queda igual…
Tartamudeo de rogar tanto y tontamente en vano
Para nada
dios no escucha
no me escucha
Si no escuchó cuando aún hablaba bien
Cuando cantaba
ya no me va escuchar
por eso escribo
No me lean
Siéntanme quizás, quiéranme un tanto algún momento:
Es fácil escribir
Todos lo saben
Todos lo hacen cuando quieren hablarle a dios
Pues el no escucha
Y es dable así pensar que acaso lee
Porque escribir, escribe
como si quisiera decir algo
como si quisiera que nosotros le escucháramos:
biblias, ayyavazhis, pitakas, vedas, coranes, torás,
talmudes, cábalas, taos o zend-avestas
Hace mucho ruido dios con tantos libros, no nos
deja escuchar ni nos escucha…
II
Hay los que se abotonan, que respiran, que tienen
un amor, que sueñan, que bailan como si hubiera
músicas o cantos
Respirar es mejor que escribir, dice más cosas
dejar de respirar de pronto que de repente dejar de
escribir para /toda la vida
No me lean
déjenme respirar
siéntanme quizás
escríbanme acaso
aunque esté cerca
aunque francamente esté tan a la mano
tartamudeando bajo la lluvia
buscando con lupa un corazón
como si estuviera a punto de escribir
como si escribiera
como si leyera
como si respirara
dios de testigo por fin
por qué no
por qué no
y así poder cerrar los ojos
y volverlos a abrir como en el día primero…
EL ÚLTIMO QUE SE VAYA AL INFIERNO
Bebí
miré a la mujer del prójimo por el retrovisor
la deseé también y di dos o tres pasos en pos suyo
Canté,
común y corriente amanecí en un lecho que estaba
muy lejos del mío…
Común y corriente abro todas mis ventanas para dejar
salir tanto pájaro inmundo
Bebo
miro a la mujer del próximo por el retrovisor
trastabillo por una vieja escalera de motel
pero aun así me siguen o soportan:
creen quizás que tengo una que otra verdad que decir, que dar,
que poner en vitrina,
creen que tengo algo de coca, algo de dinero, algo de
inocencia.
Amanece,
el cementerio me recibe adusto mientras pongo estas flores mustias
sobre la tumba de mi madre
Hay licor sobre la extensa mesa de la desolación:
madre sonríe y dice
-nada que te derrotan
hijo mío-,
-les costará trabajo-,
le respondo,
mientras empino dulcemente el codo a su salud…
MÍSTICA
Asumo el misticismo en cuanto no concibo
el paraíso sobre la tierra
Leonard Cohen
Porque la luz no ha estado de mi parte
he debido encender
mis propios fuegos
Porque el sol es muy pálido en mi calle
olvido pronunciarlo en mis poemas
Porque el amor me quiere lejos suyo
le pongo zancadilla y
lo poseo
en hoteles de paso
a horas
hábiles
Se dice que en mis versos todo es
ayes
todo lamentaciones y reproches,
regodeo en lo oscuro, vértigos y
caídas
Se dice
y yo lo sé
pero qué hago
yo no voy a mentir por complacer
a todos los que piensan
que el dolor
es cosa de mal gusto y destemplada
o tema de ignorantes
y de ebrios
Qué puedo yo decirle a los felices
como no sea pedirles que no lean
poemas que sean malos para el alma
o para la salud o la etiqueta
Qué puedo yo decirle a los felices
Yo no sé lo que saben
no sé de dónde vienen
sus certezas
no puedo ser feliz
no tengo tiempo
para tomarle el pulso a la belleza
Soy el que soy
en eso está el problema:
A veces me enamoro de mí mismo
y hay días en los que me odio sin remedio
y quisiera ser otro
uno cualquiera
el primero en pasar
o en alejarse...
En ocasiones
y casi sin pensarlo
lo he logrado:
Se me ha visto cantar
en ese trance.
MI DOBLE
I
Mi doble no se compadece de mí
me odia por repetir su rostro en el espejo
podría diluirse entre las sombras
pero estoy yo encendiendo palabras
versos secos que chisporrotean ruidosos
en mitad de lo oscuro
se desespera mi doble al ver que a veces
un resplandor fugaz
ilumina su rostro
y hay quien le puede ver por un instante.
Fermentan, burbujean bestezuelas tristes diminutas
entre el espeso légamo que han dejado las lluvias
llorarían si no fuera por su absoluta inocencia,
mientras mi doble yo
pensamos solamente uno en el otro…
Todos los pájaros se han puesto a cantar en esta fría hora
parecieran querer darle algo de vuelo
a tanta criatura melancólica sin alas y sin voz:
sin las más mínima esperanza…
A ciertas horas de la noche o de la madrugada mi doble yo
cerramos nuestros ojos,
sordos o adormecidos
quizás muertos, seguramente muertos…
II
La sombra llora o es húmeda, no sé
Un hijo espera al padre que demora
Un padre apura el paso mientras le ruega a dios que su hijo lo espere:
hay tantas cosas que tiene que decirle:
palabras como escudos, como espadas
verbos que conjugue sin demora
nombres de frutos y de bebidas espirituosas
aromas y secretos como hierbas humeantes,
como inciensos del alma:
tesoros, sus tesoros, todos sus tesoros…
Mi doble sonríe en la penumbra
él también tiene un hijo
y apura el paso para no llegar tarde
el hijo, por su parte, ha esperado a su padre largo rato
(siempre lo espera, nació para esperarlo)
lo ve venir de lejos, afanado, de prisa
tratando de dejar atrás su sombra, su doble, sus fantasmas:
el hijo pide a dios que el padre se detenga
pues quiere saludar a los fantasmas familiares,
se apiada de su sombra
quiere verse reflejado en los verdaderos ojos de su padre
él sabe que ya a cierta edad cambiar es engañar
que a cierta edad ya somos como somos:
hombres o demonios o poetas o dioses
todo junto tal vez, seguramente todo…
SANOS CONSEJOS A UNA PROSTITUTA
Mantén la calma
todavía no acaba la noche
ve al ventorrillo de la esquina
y pide un café amargo como tú.
Mantén la calma
quizás aquella sombra que ahora surge
por una callejuela neblinosa cantando a voz en cuello
sea tu cliente de hoy
es posible también que esté muy embriagado
y quizás sólo atine a hablarte todo el tiempo
de su infeliz matrimonio, de los hijos que adora…
tal vez te deje ver sus fotos
mientras te manosea con desgano
puede ser que se adormezca en tu regazo
sin pensar en que tú
vaciaras sus bolsillos ante el menor descuido.
En cualquier caso toma tus medidas
no vaya a ser que no tenga una sola moneda
y otra vez debas pagar el cuarto
y sentarte a llorar al borde de la cama
velando a un desconocido
tal vez más indefenso
tal vez más solitario que tú misma...
LA MANZANA AGONIZA
La manzana agoniza como tú
ella lo hace a su manera
tú a la tuya
Clava su aguja de luz en las pupilas de aquellos que se
atreven a mirarla
justo en su redondez:
hasta morderla con el pensamiento...
En sus entrañas el gusano la devora también como lo hace contigo,
con esa su minucia silenciosa...
MI CORAZÓN DE PIEDRA
Mi corazón de piedra
hace
lo que puede por mí:
olvida,
por ejemplo
por ejemplo,
desprecia,
no escucha las canciones
dulces de los que aman,
no pide, no hace señas,
calla,
no se equivoca.
Mi corazón de piedra
me cuida, me protege,
pronuncia sílabas filosas
que dan muerte o que hieren.
Mi corazón de piedra
masculla por lo bajo este poema
como una ofensa
como una maldición
como un conjuro.
LETANÍA PAGANA
Querría pagarle a dios
con la misma moneda:
después de hacerlo yo también
a mi imagen y semejanza
no lo dejaría saber de mí
sino en aquellas ocasiones
en las que estuviese obligado a celebrarme
y a cantar mis alabanzas.
Le pediría a cada instante
que me amase por sobre todas las cosas
y para probarle
lo traería a este mundo
dejándolo sin más a su propia merced:
solo
muy solo
hasta que me llamase llorando
bajo la ducha
sentado en el piso
derruido.
Me guardaría por lo mismo
de acudir en su ayuda
cuando lo pateasen
lo humillasen
cuando le escupiesen a la cara
pero estaría mirándolo todo
desde lejos
y aguantando las ganas
de ir a recogerlo.
Haría el milagro de dar vida
de una de sus costillas
justo a la mujer
que más pudiese despreciarlo
pero
tocado por mi infinita bondad
dispondría que ella fuese
precisamente la madre de sus hijos
pues igual tendría derecho
a unos cuantos segundos de felicidad;
en el camino sufriría por el hambre de sus hijos,
le cobrarían como a todos
por una taza de agua
y haría un calor canicular toda su vida
si es que pudiese así llamarla:
conocería por más señas
y caídas
el asqueroso valor del dinero;
desearía
y de qué forma
a la mujer de su prójimo
y la poseería en hoteles de paso
mirándose en sus ojos nublados por las lágrimas
del odio
y de la culpa...
El día de su muerte
iría a buscarlo
para al fin perdonarle
todo su sufrimiento:
Querría pagarle a dios
con la misma moneda...
FANTASMAS SUBIENDO UNA ESCALERA
Es mejor que nunca no se sepa
de qué se alimenta tu corazón,
de los lugares que frecuenta tu sombra.
Que nadie sospeche dónde
acostumbran a posarse tus manos
de qué lugar vienen volando,
ni de lo que canten,
ni de quién diablos les da la señal para dejar su nido.
Que nadie sepa de tus labios
ni de lo que pronuncian o que besan
nunca de lo que beben, menos de lo que callan
sube cada peldaño con el corazón a buen resguardo,
con tu sombra pegada a las espaldas,
las manos donde se puedan ver...
Sube cada peldaño como si tus labios pronunciaran
la tortuosa palabra de los hombres,
entra valiente al bar y siéntate en la esquina de atrás,
donde el mesero a veces olvida hacer los cobros,
donde el mundo te olvida, donde te olvidas tú,
donde cierras los ojos
tras de tu jarro de cerveza.
Nada existe ya ahora,
el silencio es la voz de los que hablan...
ÁNGELES
Los ángeles andan de luto
pues no hay día en el que alguien no traicione a su hermana la poesía
hay ángeles que vuelan aterrados entre las hojas de los libros
sobre las cabezas rapadas de los hombres
ensordecidos por los gritos
de tanta y tanta palabra agonizante
Tras el aleteo de los ángeles
desciende un suave plumón sobre las palabras muertas
y de repente
todo queda en paz
tan parecido a una página en blanco:
y aquí no se ha dicho nunca nada
y aquí no ha pasado nunca nada
mas
de improviso
el enemigo rumor de la masacre
vuelve en creciente
mientras los ángeles revolotean aterrados
sobre las cabezas rapadas de los hombres...
Para José Ángel Leyva, pese a nuestro
reyezuelo y su corona de nieve bajo el sol…
Harakiri
Llueve
a pesar de mis palabras
A pesar de mis palabras
hay sangre
sobre los bancos de los parques
en las ventanas de los grandes edificios
bajo
el llamado monótono de la ciudad
hay sangre
a pesar de mis palabras
Corro
diciendo adiós con un pañuelo
tras de los trenes de la muerte
a pesar de mis palabras
A pesar de mis palabras
paso las horas con la cabeza entre las manos
pensando seriamente en lanzar un fósforo encendido
en medio de mi santabárbara de versos
aunque de esta manera me vaya a pique
con todo
y mi navío de papeles
Rafael del Castillo nació en Tunja, Colombia, en 1962. Escritor y editor. Fundador y director de la revista de poesía Ulrika y del Festival internacional de poesía de Bogotá. Ha publicado diez libros de poemas desde Canción desnuda en 1985 hasta Puertas entornadas en 2010. Ha recibido varios premios y becas. Sus poemas han sido publicados en diversas antologías. Ensayos y poemas suyos han parecido en publicaciones de Argentina, Costa Rica, Brasil, España, Estados Unidos, México, Perú, Ecuador y Venezuela. Premio de Poesía de la revista Babel de la Universidad Nacional en 1982, Beca de Creación del Ministerio de Cultura 1996, Premio Internacional de Poesía Caza de Poesía, Los Ángeles, 2008, entre otros.