José María Memet (Chile)
Por: José María Memet
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 88-89. Julio de 2011.
UN GRANUJA EN LAS CALLES
Como un truhán de poca monta
voy por bares y por calles empedradas,
silbando sin asombro
y respondiendo a quien lo dude,
que aún soy dueño del mundo
no me importa el desenfado,
la ceguera de los tontos
o la comodidad de los burgueses;
veinte hogares he empezado
y veinte han sido las herencias
los puentes me conocen, las amantes
en las esquinas no quieren
despedirse, vuelvo a ser
el último poeta de la aldea:
tal vez los tiempos se repiten
¡vago!, ¡vago!, apellídanme las madres,
me dan con puertas en narices
al instante en que pregunto por ustedes;
no podría corromper a mis iguales,
por ende, feliz sigo mi rumbo
y en mi camino hacia la aldea
de la noche y a quien aún desee
conversar, le narro intenso que una vida
es importante si puede alzar la vista al cielo
y ver las nubes de la infancia.
VIDAS EJEMPLARES
Tres fósforos yacen acostados
en una cama de cartón.
Es tarde en la noche
y el calor del verano los sofoca;
conversan del destino
y de lo hermoso que es arder
acercándose a dos velas
cuando los enamorados
se miran con dulzura
antes de cenar.
Están concientes que sus vidas
se acercan al ocaso y no le temen;
la vida es eso,
una llama que surge
y que se apaga
al intentar asir su fuego.
Tranquilos aguardan
y en el tedio de la espera,
juegan a soñar que hay otra vida
que nace cuando mueren.
LA GRAN MARCHA
Anoche tuve un sueño, un gran sueño
Las putas de Santiago y de provincias
en una gran marcha
avanzaban por Vitacura
en dirección a La Moneda
Tacones, medias caladas, diminutos vestidos,
culos al aire, tetas enhiestas y caídas,
todas con rumbo hacia el palacio
Decenas y centenas y miles
salían de locales nocturnos, diurnos,
de cafés con piernas, prostíbulos,
night club’s, tiraderos, oficinas,
casas y mansiones
Otras columnas convergían a Mapocho
viniendo por San Pablo, avanzando en Recoleta
Por Vicuña o Gran avenida o Puente Alto
la consigna era la misma
Se iba vaciando el Minotauro, el Rugantino,
el Maeva’s, el Lucas Bar, el Passapoga, los saunas
ante esta ola incontenible
si todas somos putas y nos tratan como putas
entonces somos mayoría
gritaban por las calles
y ya frente al palacio
millones de chilenas coreaban
queremos ser gobierno, queremos el poder
y desperté sudando
-junto a mí dormía otra:
plácida, bella, eterna y joven-
pero era otro sueño, eran capas de sueños
que como olas llenaban mi cerebro
y allí en la plaza
frente al palacio donde cayó Allende
se abrazaron todas
lloraban, reían, corrían como locas,
se desnudaban por millones,
se arrojaban sobre el pasto y miraban las estrellas
Nunca se es más libre que en un sueño
Los sueños no tienen moral ni ética, son sueños,
y las estrellas son hermosas.
ELEGÍA A UN CICLISTA
Viéronle correr por estas calles,
escapado, en punta.
La neblina cubría los cerros,
la vida, su mirada
y en su mirada la ciudad quedaba atrás,
tal vez hasta Dios quedaba atrás.
Las nubes, los árboles fijos al espacio
- al subir esa montaña que es la idea -
lo ven pasar en embalaje,
lo ven doblar, perderse,
la recta lo devuelve hasta la hoja
en que yo escribo.
Viéronle correr a la distancia,
a la distancia el pelotón y la rodada.
Al entrar al cementerio
el escapado pedalea más aprisa.
Las tumbas y los nichos se abren todos
y los muertos ven pasar esta carrera;
por los lados se abren fosas y más fosas,
- nadie entiende -
cientos, miles de ojos ya al vacío
van a tierra...
...la quietud se logra al avanzar
todos los trechos,
si el hombre es el momento
la libertad se justifica.
Ya no logra detenerse. Sigue y sigue,
los pedales van al rojo.
Se alzan cruces por doquier
aunque van a campo abierto,
eso indica que la muerte se propaga
emparejada a este poema,
al cual -ya amenazado, casi censurándose-
no le queda sino huir
a un lenguaje más confuso.
Se avista la llegada. Se oyen vivas
y banderas que se alzan.
Apresúranse los rezagados,
los que siempre creyeron
- incluso en los momentos de más sangre -
que el camino es táctica y amor.
Las llantas van humeando
pero la fricción no puede ya dañar
estas palabras.
Ya no existe el escapado,
todos van allá en la punta,
el lenguaje es el recurso con que corro
en esta vía;
la meta es inminente,
la victoria será nuestra.
LA MISIÓN DE UN HOMBRE
Un hombre es un hombre
en cualquier parte del universo
si todavía respira.
No importa que le hayan
quitado las piernas
para que no camine.
No importa que le hayan
quitado los brazos
para que no trabaje.
No importa que le hayan
quitado el corazón
para que no cante.
Nada de eso importa,
por cuanto,
un hombre es un hombre
en cualquier parte del universo
si todavía respira
y si todavía respira
debe inventar unas piernas,
unos brazos, un corazón,
para luchar por el mundo.
AGUAS DETENIDAS
Los peces se desplazan en el agua
Buscan y encuentran el sentido de girar
sobre un eje invisible e inexacto
en una vida que es muy breve
De ojos perfectos y en silencio
los peces se desplazan en el agua
Mueven agallas les late el corazón
La sangre en sus venas corre fría
En una vida que es muy breve
-frente al mundo que los mira-
los peces se desplazan en el agua
Las burbujas explosan casi mudas
Cada día los hombres se desplazan
no saben que la tierra es la pecera
Intentan respirar a veces aman
sobre un eje invisible e inexacto
Cuando se quiebra la pecera
se escurre el agua entre los dedos
Sostener el alma deja cicatrices en las manos
Los vidrios alimentan las heridas
En las profundidades de un acuario
es una tragedia pensar
Peces y hombres se vuelven
alimento de la nada.
LA RELOJERÍA
a Andrés Morales
Siempre tuve la impresión que un relojero
no puede dormir, que el tic tac
de las máquinas es una prisión,
que el desplazamiento de las manecillas
es algo verdaderamente sin control.
Tener conciencia que un cucú
-saliendo y entrando-
es una perfecta pesadilla,
se hace imprescindible.
Saber que el repique, el martillo, las campanas,
obligan a despertarse, obligan a levantarse,
es conocer la prisión.
He soñado con un mundo de despertadores
y en ese mundo yo era relojero.
Medir el tiempo de la vida y de la muerte,
era mi oficio.
Los relojes se detienen de a uno.
Todo cementerio es una gran relojería,
allí el tiempo no pasa.
Nosotros visitamos a los muertos
para entender
por qué el tiempo se detiene.
LA MEMORIA, ES REDONDA
A los 9 años
compré mi primera pelota de fútbol
y única, por cierto.
La que siempre había soñado
y que mis padres
no podían obsequiarme.
Era redonda,
con 32 cascos hexagonales y pentagonales.
Ahorré durante semanas el dinero que gané
trabajando en un mercado:
subiendo y bajando sandías
de camiones.
En esa época no tenía idea –y tampoco Colón
que descubrió en su segundo viaje a América
que los indígenas jugaban el Tlachtli:
el fútbol de hace 1500 años atrás-
el por qué la pelota era redonda, el por qué era de caucho,
el por qué daba bote y no pinchaba.
Digo esto,
porque aunque hable de fútbol o de mi primera pelota,
no hay que olvidar el compromiso con la historia,
el significado de las palabras en el tiempo:
la importancia de nuestro pasado.
Salí de casa y comencé a llamar a mis amigos.
En la pobreza una pelota de fútbol
es como un planeta o más bien como el sol.
Se abrían las puertas de las casas,
de toda la cuadra salían mis amigos dispuestos a darle a la de cuero.
Pero hubo mala suerte en ese encuentro.
Así como consigna la historia que Moctezuma perdió
2 a 3 contra Texcoco, con ayuda del árbitro;
así también en nuestra historia
se debe consignar que ese balón nos fue robado
como nos fue robada la tierra.
Después de un tiro libre y después de romper un vidrio
de la casa de un terrateniente. El balón no fue devuelto.
Años después le expropiamos sus fundos, sus haciendas.
Eran años donde el futuro ya era nuestro
y Allende estaba vivo.
El pueblo gritaba venceremos
y Colo Colo jugaría a tres partidos
la final de la Libertadores.
Todavía el Estadio Nacional era un campo de fútbol,
no era un campo de concentración.
Nosotros perdimos el partido
y nuestros jugadores están muertos.
Pero los vivos seguimos concentrados
para el encuentro de revancha.
Viva Chile, mierda.
EL HOGAR IMPERFECTO
(Variaciones sobre Brecht y mi vida
con aportes del poeta colombiano Jaime Jaramillo Escobar X - 504)
Balzac fue asesinado en la escuela,
donde todos los poetas son asesinados.
Henry Miller
La violencia es matemática y es instinto de especies.
La felicidad no es efímera porque no depende
de circunstancias contingentes.
Exiliado de la infancia, de la escuela, de la aldea:
la casa desaparece. El hogar es invisible en la mente,
aunque en el patio puedas ver a las hormigas
rápidas en tranco hacia su propio holocausto.
La familia desaparece, es el hogar imperfecto.
La manipulación de una lupa por un trío de niños,
tú en el triunvirato,
los fotones atravesando el cristal y potenciándose.
Las hormigas retorciéndose, tratando de escapar.
El olor a cadáver, los hornos.
A mí que soy poeta – a manera de crítica- suelen decirme
que vivo en la Luna. ¿Les he dicho yo – a manera de crítica-
que viven en la tierra? ¿He asesinado a alguien en la luna?
Soy poeta, no asesino.
Para que los hombres no se destruyan, en la aldea o en el mundo,
se deben a un respeto mítico. Sin ese respeto
nada es trascendente. Cuando se es un hijo de nadie,
la casa desaparece. Fue por el respeto mítico y la solidaridad
que sobreviví las dictaduras.
Cuando una casa desaparece, no hay destino.
El destino es el lugar donde estás, no construir ahí
es botar el sueño a la basura.
Soñar es construir una melodía, la que quieres escuchar.
Abre los ojos, no tengas miedo, es tu cantar.
Escucha como construyes tu casa, la música que levantas.
Qué maravilla el optimismo, que desgracia la voluntad.
La voluntad inventa crímenes y los valora como esfuerzo.
Entiendan:
los motivos políticos, económicos o religiosos
de las guerras, son nada más que un pretexto.
Los verdaderos motivos son las ganas de matar gente
y prenderle fuego al mundo.
La casa está ahí. Nuestra felicidad no debiera ser efímera.
Felicidad que no dura una eternidad no es felicidad.
Ya morí cien veces,
cuando morir unas mil veces no era moda.
Sólo me queda mirar el crepúsculo frente al mar.
La casa no existe pero es perfecta.
Los peces saltan en el mar, toda especie nos conoce desde antes.
Las mujeres quieren llegar a esta casa, no porque estén enamoradas,
si no por que están solas y aman el poder.
La poesía quema a las polillas,
pero también quema los sueños.
El mundo es lo que te queda, es tu casa.
El lenguaje es lo que te determina.
El exilio es el cáncer de la libertad.
La libertad es más sagrada porque sólo necesitas respirar.
Incluso si no piensas, eres parte de ella.
Pero aún así, la casa desaparece.
La familia, los hijos, el perro y el gato, desaparecen.
Los asesinados no tienen paz si no existe búsqueda.
Enterrar el tiempo requiere cuerpos amados.
Si tú fueras víctima, ¿no excavarías la tierra?
En América del Sur tenemos pájaros que mueren
si los privan de su libertad.
Por qué los seres humanos tendríamos
que ser menos que un pájaro.
La tierra es una casa en el espacio, el hogar imperfecto.
Pero en el hogar imperfecto crecen rebeldes.
Sin rebeldes los sueños son falacias y el exilio permanente.
El hogar de la mentira es el poder y no tiene ideología,
sólo lucra y acumula. Los diarios, la tv, cada satélite,
te dicen que comprender el pasado pertenece a la imaginación,
sin embargo nosotros sabemos que comprender el futuro
es hacer el bien a los hombres;
pero de lejos, como la luna a la tierra,
por algo salimos del mar, ayudados por mareas.
Esto en caso que sepas que es el mal
o recorras la tierra en busca de un padre.
En estos tiempos hay tantos hombres decididos
a dejarse atrapar, que a veces
cuando despierto a medianoche, me da miedo.
Pero me calmo, porque sé que cada noche
tiene su mañana.
EPÍLOGO
“Si el poeta no es un fugitivo de algo,
¿cómo podría ser poeta?
Si un fugitivo no se refugia en la poesía,
tarde o temprano le darán alcance.”
José María Memet nació en Neuquén, Argentina, en 1957 y se nacionalizó chileno en 1970. Poeta y gestor cultural. Director del Festival internacional Chile Poesía. Desde su primer libro Poemas crucificados, 1977 hasta el más reciente El cazador de instantes, 2009 son alrededor de doce los libros de poemas que ha publicado. Su obra ha recibido diversos premios, entre otros, el Gabriela Mistral 1977 y el Premio Pablo Neruda en 1996. Al preguntarle Alejandro Lavquén acerca del papel del poeta en el mundo actual, respondió: “Antes, hubo siempre un sentimiento de futuro. Pero ahora, creo que el terror y el pesimismo del ser humano (sobre todo en Occidente) no tiene fronteras ni límites. Millones de personas gobernados por sujetos de gran bajeza espiritual sólo llevan a una gran decadencia, desesperación y violencia. La constatación de que el presente y el lenguaje son inestables, contrastan con el poeta, que –al decir de Octavio Paz- es la memoria de la especie. Pero no memoria de los hechos, no se trata de recordar el pasado, se trata de recordar lo indescifrable y mantener la relación del lenguaje con la profundidad del ser en el presente. Ese es el papel del poeta en el presente: respirar y hacer que otros respiren”.