Johnny Alberto Cano
Nació en Itagüí en 1984. Fue librero varios años en la Librería Interuniversitaria
de Medellín. Fotógrafo aficionado de las pequeñas cosas, los cuerpos, las calles y
los lugares inhabitados. Hizo parte de los talleres literarios de Comfenalco donde
se le publicaron unos pocos poemas y una narración: Raíz de cinco I (2000), Raíz
de cinco II (2002), y Árbol libro IV (2003). Próximamente será Licenciado en
Educación Básica con Énfasis en Matemáticas de la Universidad de Antioquia. Autor
del blog “El noctívago”http://elnoctivago.wordpress.com.
El amor germina en las retinas.
Florece el guayacán en noviembre.
El amor muere en el cuerpo.
Los pétalos del guayacán se desmoronan sobre la calle.
A María Edilia
*
El azulejo abrió sus alas
Se sumergió en el aire
respiró sobre las copas de los árboles
y perforó el firmamento infinito.
En el último parpadeo
estrelló su cabeza contra el cristal
que creyó ser su cielo.
*
La línea del horizonte,
ahora marca
el comienzo del pubis
y el final de la subordinación…
*
Si te llevas una de mis manos
llévate la otra y mis pies
y también mi dorso
y mi sexo.
Llévate si quieres mi cabeza
con mi rostro y sus aderezos circunscritos.
Si algo significa mi corazón llévatelo,
para mí sólo es un órgano
coleccionista de pulsiones.
Pero matemáticamente, a mi alma sólo te la presto
porque sin ella no podría especular,
pensar,
soñar,
ni sentirte,
así estés lejos.
*
No soy yo quien espera,
Enredado en mis nervios.
Oliverio Girondo
Este que escribe soy yo,
no el que es
sino el que soy…
(Los pensamientos por pares
y una sola respiración.)
No soy el que pesa
ni el que mide o el que talla…
ni el que sin pedirlo
logró un lugar,
una existencia.
(No soy el que habla,
ni el que respira.)
¡sólo soy una bocanada de aire,
que se pierde entre tu soplo y el tiempo!
Publicado en noviembre de 2012