Catalina Garcés (Colombia)
Por: Catalina Garcés
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 91-92. Junio de 2012.
Ahora te has quedado desnuda y sin palabras para pronunciar,
ahora los cuerpos que viven otros cuerpos
que viajan otros cuerpos
no te son extraños
como tampoco las noches que huelen a miel en tu casa
ni el sueño del dios Yoruba
que te busca
vestido con telas de plata,
que te inicia.
Ahora y solo ahora
los hijos nacidos de tu boca y de tus manos
se pelean por salir del encierro de la página,
crees entonces que es fácil renunciar
y recuerdas la boca que besaste una tarde en las escalas de tu casa
y aquella frase que te invitaba a huir…
Para rostros di-versos
Hubo un “click”
y el mundo cambió:
una nota más se sumó
a esa composición interminable de la vida mía.
El recuerdo se tornó selectivo,
quedaron atrás las imágenes de los cuerpos jamás alcanzados:
hombres y mujeres inmortales
de bocas dispuestas.
Todos expuestos como obras de arte
intocables
en la galería de mi memoria.
Sin pausa
Se desarman las mujeres mías
las varias que soy estancadas en espacios lejanos
en calles esquinas bares en cuartos de hotel
en objetos
almohadas cobijas cepillos de dientes algún libro
o los pasos del acompañante
las varias mujeres adheridas a una mirada
una escena de película un concurso de cine
el techo de un teatro que acaricia a otro
manos piernas
cuerpo todo
varias de ellas en mí fuera de mí
y de sí mismas
*
No puedo hacer nada más,
el tiempo se escapa en los reclamos que hacen mis manos
y las letras,
cada hoja en blanco,
virtual o real,
cada línea en la página celeste
–desde mi ángulo de visión:
Vórtice
Escucho caminar las células
de mi cuerpo
se desintegran
–se arman
el secreto es el vórtice
–ese movimiento en espiral que atrae
hacia su centro
la forma de oraciones y signos
que inventan
–tu figura
me desarmo y me ahogo
en tu color.
Los ojos
–como agua
son el vórtice que crea la sangre
en el corazón.
Movimiento de vida
–donde me pierdo.
Hasta las montañas cambian
se deslizan
se desplazan
ya sea por la lluvia,
o por el movimiento
del choque de placas
por el agua que viaja adentro que todo lo transforma
Hasta el río se muda
CRECE
se desvanece
y los hombres construyen sobre él
pero de nuevo
Él
reclama su antiguo camino
tragedia
Hasta el corazón se cansa
Pero late… sigue haciéndolo
una, otra vez
y el cuerpo no cesa
ni se calma
ni el universo
ni la matemática deja de sumar letras,
notas,
sonidos en este teclado blanco
o en el espacio todo
en el recuerdo.
... y yo no te pienso
aunque aparenten lo contrario
mis ojos.
Collage
Después de la herida
mi piel comenzó a formarse
a crecer ocultando la carne.
Después de la herida dibujo la ruta
con incertidumbre inevitable,
despacio,
para volver al mismo punto muerto
donde sólo la palabra escrita
me soporta.
Publicado en julio de 2012
Catalina Garcés Nació en Medellín en 1980. Realizó estudios de Licenciatura en Español y Literatura en la Universidad de Antioquia. Actualmente estudia Filología hispánica en la misma universidad. Es parte del grupo de trabajo del Festival Internacional de Poesía de Medellín.
¿Es esta en realidad una era globalizada?, se pregunta Catalina Garcés. ¿La verdadera globalización no debería tener una buena dosis de equidad, de revolución cultural, económica y política?, y si la globalización está definida como un proceso dinámico de sociedades que viven bajo el “capitalismo democrático” o la “democracia liberal” y que se han abierto a la liberalización y democratización en su cultura y en sus relaciones internacionales, ¿por qué la realidad de nuestro mundo es tan distinta a esa definición, si se supone que ya estamos globalizados? Yo, particularmente, dudo de la globalización actual de la misma manera en la que dudo que seamos un Mundo Moderno, pues la Modernidad tal y como fue dibujada por las mentes de todos aquellos intelectuales que pensaron en una manera distinta de vivir, que pensaron en la igualdad entre los hombres, aún no nos ha llegado, no la hemos alcanzado: sigue siendo un hermoso proyecto de sociedad. Y como se quedó en proyecto, y como además es el paso primero para que se dé la verdadera globalización, entonces concluyo que ni somos “modernos”, ni somos“globales”. Sin Modernidad no hay globalización.