Hugo Jamioy (Colombia - Nación Kamsár)
Por: Hugo Jamioy
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 91-92. Junio de 2012.
Escarba las cenizas
Hijo, abandonado está el fogón de donde desprendiste tu nombre
mientras con frío buscas abrigo fuera de tu propia energía; regresa,
siéntate en el círculo donde las palabras del abuelo giran
pregúntale a las tres piedras, ellas guardan silenciosas el eco de antiguos cantos
escarba en las cenizas, calientita encontrarás la placenta con que te arropó tu madre.
Nuestros soñados
Los sueños son los hijos de la vida
caminando brotan
y en tus pasos
la sangre retoña nuevos sueños,
ahí va quedando tu rostro, tu alma,
el fruto de tus raíces...
La sed abunda en lo alto
Jamás llueve para arriba
la sed abunda en lo alto;
qué condena ir al cielo.
Si no comes nada
Mi abuela iba diciendo:
si esta noche comes maíz blanco
mañana las nubes serán tu compañía;
si comes maíz amarillo
el sol te hará sombra;
si no comes nada
el día no tendrá color.
Esta soledad
Esta soledad que sigue mis pasos
tiene ojo de águila
siempre me encuentra.
Yagé I
Sé Quién Eres
Te he mirado
en el Yagé
a través de esos bellos colores
ese mundo mágico colorido,
la geometría borracha
ha mostrado las figuras perfectas
el sueño pensado
la alucinación, el tránsito
el viaje al otro mundo
al mundo donde reposan
todas las verdades
el mundo donde nada
se puede esconder
donde nada se puede negar
el mundo donde todo
se puede saber
el mundo del saber
allá he viajado y te he mirado
todo lo que he mirado
a través de la guasca
que da poder, saber y conocer
no te lo puedo decir
solo quiero que sepas
que te he mirado.
Shinÿe
(De aquello que da luz ó Sol)
Agonía
Sol muriendo cuando pasa el tiempo
noche atentando contra su existencia
hombre viviendo día y noche
muerte naciendo de tus propias manos.
Agua corriendo
hacia el horizonte trazado por Shinÿe
hoy te pregunto:
¿Abre hecho camino
para que no llegues a él?
Sol estás muriendo de sed
ella, no llegó en el día
de alto calor
¿Hacia donde fue?
¿Quien la desvió?
Sueño ancestral
Un hermoso sueño hoy me acompañó
en el descanso del amanecer
miraba que todo mi pueblo
sin parar bailaba una sola danza
que mil sonidos de origen natural
creaban un ritmo armónico y ancestral;
soñaba que niños, jóvenes y ancianos
todos a la vez bailaban juntos
y las mujeres hermosas adornadas
con miles de flores tomadas del jardín
su ritual exótico de danza y canción
entraban a la Tierra y al Padre Sol
versando frases de agradecimiento
por la vida de mi Pueblo Kamënt¨sá;
al danzar, regaban flores de miles colores,
plantaban por los caminos recorridos
las semillas sagradas de prosperidad
para que mañana también dancen
los hijos de ellas que en su vientre se formarán;
al final de la marcha
con paso lento y voz baja en su cantar
llena de arrugas en su rostro Kamënt¨sá
decía a sus hijos una Anciana Batá:
¡Cuidad de la Tierra
que es vuestra Mamá
adornad su rostro
y no la dejes arrugar
sembrad muchas flores
para mañana adornar
las hermosas mujeres
del Pueblo Kamënt¨sá.
Espíritus
Los ojos nunca se cansan de mirar
y cuando se vuelven tierra
o cuando los volvemos cenizas
siguen mirando
desde el alto cielo azul
otros divagan vigilantes
por los caminos de nuestro territorio
alumbrando como minacuros.
Hugo Jamioy Nació en Bëngbe Wáman Tabanók (Nuestro Sagrado Lugar de Origen), Valle de Sibundoy, en 1971. Pertenece al Pueblo Kamuentsa Kabëng Kamëntsá Biyá (Hombres de aquí con pensamiento y lengua propia) conformado por unos 7.000 kabëng (de nosotros mismos); sus actividades principales son la agricultura, las artesanías (tejido, tallado en madera, instrumentos musicales) y principalmente son grandes conocedores de la medicina tradicional Kamsá. Ha publicado los libros de Poesía: Mi Fuego y Mi Humo Mi Tierra y Mi sol, 1999; y recientemente No Somos Gente, 2001.
Sobre las leyendas poéticas aborígenes reflexiona: “…A partir de distinguir dos identidades, que uno es la palabra antigua, -cuando hablamos de la palabra antigua estamos hablando de los abuelos, las abuelas, los guardadores de la palabra antigua-, que en muchas ocasiones la guardan en su lengua materna, -ellos a veces no hablan el español, y la otra es la nueva palabra-, entonces diferenciamos dos épocas a través de las cuales es preciso crear un puente para comunicarnos…” “En los abuelos está guardado el origen de nuestros pueblos, que en muchas ocasiones no se tiene bien claro... Los nombres que tienen los pueblos indígenas en Colombia son nombres puestos por los españoles. Entonces empezamos a buscar cuál es el nombre propio a partir de nuestra lengua. Y ocurre que encontramos que nosotros no somos lo que nos determinan desde afuera, sino que encontramos otra denominación desde nuestra lengua y otro significado.